sábado, 17 de enero de 2009

VUESTROS ZOOLÓGICOS... NUESTROS GUANTÁNAMOS (I)



Después de un par de semanas alejado de vuestra sociedad y disfrutando de mi querida selva he vuelto a vuestra jungla de asfalto para continuar investigando y escribiendo mis impresiones sobre vuestra descerebrada forma de vivir.

En mi post de esta semana y en el de la próxima, trataré de vuestros zoológicos y de los sentimientos que despiertan en mí y en mis congeneres.

Técnicamente, un zoológico es un establecimiento donde animales salvajes secuestrados por el mono domestico viven encarcelados de por vida, junto a otros animales que ya han nacido en cautividad, para poder ser exhibidos ante un público de primates.

Los Ayuntamientos y directores de los zoológicos se esfuerzan en intentar convenceros de que los animales que están encarcelados (ellos nunca utilizaran esta palabra) lo están por su bien, para su propia protección, para preservar la especie, para hacer investigaciones científicas y para luego (en algunos casos) poderlos reintroducir en su hábitat natural.
La realidad es que habitualmente la mayoría de sus aseveraciones son una autentica sarta de mentiras.
Para demostrarlo tomaremos por ejemplo a Inglaterra. Y escogemos este país porque precisamente es el que tiene más avanzada cultural y legislativamente "la ley de protección y bienestar animal".

El proyecto "Born Free" (Nacido Libre) hizo público en el 2001, el Official Zoo Health Check, minucioso estudio para demostrar que los responsables de los zoológicos mentían.
Dicho proyecto estudió 200 colecciones diferentes en 430 zoológicos de Inglaterra. Y así pudo desmontar la mentira punto por punto sobre cada uno de los supuestos “meritos” que se atribuyen a los zoos

Por norma, las autoridades afirman:

1) Los zoológicos conservan las especies en peligro.

La realidad es que el 95% de la tasa de animales de los zoológicos estudiados (contando especies y subespecies) no estaban en peligro de extinción.

2) Los zoológicos forman parte de los programas de nacimiento en cautividad para preservar especies protegidas, y "eventualmente" retornarlas a la naturaleza libre.

Lo cierto es que el 97% de los animales de los zoos de Inglaterra no forman parte del Programa Europeo de Nacimientos en Cautividad (EEP's).

Las especies en peligro de extinción que han sido exitosamente reintroducidas en la naturaleza, en Inglaterra, durante ese período, son menos del 1%. Se trata concretamente de un caracol, un grillo, un caballo y una rata (fueron los casos del caracol Partula, el grillo inglés de campo, el caballo Przewalski y la rata silvestre Dormouse).
Ni los tigres, ni los elefantes, ni los chimpancés nunca han logrado reintroducirse con pleno éxito en la naturaleza.

3) Los zoológicos financian proyectos de conservación de la naturaleza

Lo cierto es que Born Free estimó que sólo un 11% de ellos lo hacía realmente, aunque un 21% aseguraba que financiaban tales proyectos.

4) Los zoológicos preservan el patrimonio genético de las especies en peligro.

La verdad es que aunque en Inglaterra existen tres grupos de trabajo que supervisan y manejan los programas de nacimientos en cautividad para especies en peligro de extinción (el Programa Europeo de Nacimientos en Cautividad, el Programa Europeo de Especies Protegidas y los Grupos Consultivos de Taxonomía), sólo en un 10% de los 430 zoos se hallaba alguno de estos grupos representados

5) Los zoológicos protegen a los animales del peligro.

En realidad, sólo en parte, ya que por un lado los exponen a las barbaridades de los humanos que visitais los zoos y por otro, a la vez que los apartan de sus depredadores naturales, les provocan toda una serie de traumas físicos y síquicos que cualquier visitante descubre enseguida al observar su comportamiento.



Otra evidencia que confirma la inexactitud de esa hipótesis es que muchos animales encerrados en los zoos desarrollan cierto tipo de enfermedades que son propias de los seres mantenidos en cautividad y que no se dan en los animales que viven en libertad.

6) Los zoológicos educan al público.

MENTIRA ¡¡. La mayoría de los zoos ingleses no tenían programas educativos, o planes de estudio y aprendizaje para el público, mientras fueron estudiados por el proyecto Born free.
Es más, la información en los carteles externos a los recintos de los animales estaba incompleta, equivocada o simplemente, no existía.
Por otra parte quedó demostrado que la mayoría de los visitantes “pasaba” de los carteles, y si se atrevían a leerlos, confesaban luego que no se habían enterado de nada, el 40%.

7) Los zoológicos forman parte de la investigación científica.

Lo cierto es que el 85% de los zoos ingleses nunca habían hecho una publicación científica sobre temas zoológicos entre los años 1977 y el 2001.
Por otra parte ¿Cómo se puede esperar que los estudios hechos en zoos, donde los animales son mantenidos en condiciones artificiales (muy lejos de las naturales en su entorno salvaje) puedan aportar resultados científicamente válidos?

8) Los zoológicos aseguran el mayor estándar de bienestar a sus animales.

MENTIRA ¡¡. Los hábitats artificiales de los animales en cautividad les generan graves problemas de bienestar.
¿Cómo puede tenerse en un lugar cerrado un guepardo que necesita una enorme parcela para poder ejercitar su potente carrera? ¿Cómo puede vivir en un local cerrado un chimpancé que necesita para su bienestar poder braquiar de árbol en árbol por una extensa arboleda? … y así podríamos continuar animal por animal.
A consecuencia de la falta de bienestar y de la prisión forzada no os ha de extrañar la enorme cantidad de comportamientos anormales como la automutilación, la zoocósis, los desórdenes alimentarios, los movimientos estereotípicos como: oscilaciones, marcha reiterativa, volteo reiterativo, torceduras de cuello, etc., Además de graves desórdenes reproductivos y multitud de problemas fisiológicos.
El estudio determinó que más del 80% de los zoos y parques safaris en Inglaterra exhiben animales con problemas estereotípicos de comportamiento (que por cierto son muy similares a los que podéis ver en vuestros hospitales mentales).
Los malos tratos en los zoos se multiplican por doquier: en Manila, en Chile, en Rusia (donde por falta de espacio, en el zoo de Kaliningrad, fusilan a las crías de oso negro americano conforme van naciendo. Las autoridades justifican la matanza con la teoría de que “pronto serian más grandes que la propia jaula”, etc. etc. etc. ¡¡

Todavía recuerdo el impactante caso de un flamenco ciego (uno de los más viejos del mundo) que recibió una monumental paliza por parte de unos adolescentes de vuestra especie en el zoo de Adelaida. El pobre animal de más de 80 años de edad fue encontrado sangrando por un ojo, con el pico destrozado y con graves heridas en la cabeza.
El animal, extremadamente bondadoso manso y confiado, tenía la tendencia de acercarse a los humanos en su inocente confianza. Su bondad fue premiada con una paliza por parte de los de vuestra especie y ello le costó una lenta y larga recuperación en un hospital.

La víctima, antes y después de la agresión.

La interacción humana en los zoos es constante y frecuentemente dañina.
Algunos zoológicos se ven obligados a colocar carteles al lado de la jaula de los chimpancés prohibiendo tirarles cigarrillos (los cuales se les suelen lanzar encendidos). Los pobres animales suelen quemarse (ante el divertimiento de los visitantes humanos). En esas circunstancias pueden provocar un incendio al prender la paja que tapiza el suelo.

Bastantes habitantes de los zoos padecen zoocosis, una enfermedad que afecta a los animales en cautividad y que puede llevar a que el propio animal se mutile. La zoocosis es un comportamiento autodestructivo y ello nos habla de cómo se siente el pobre animal que mantenéis encarcelado.



Los animales que son encarcelados, no tienen privacidad y muy poca oportunidad de estimulación mental o física, y ello les lleva de cabeza a la zoocosis.
Algunos zoológicos (como el zoo de Manila)para evitarla, dan a los primates, como único entretenimiento, una guía de teléfonos con cacahuetes y semillas de girasol que deben buscar y hallar entre las páginas.

Como rebela otro estudio, los elefantes emplean el 22% de su tiempo en conductas anormales como sacudir su cabeza repetidamente o morder os barrotes de su jaula. Los osos pasan el 30% de su tiempo caminando de un lado a otro de su jaula en señal de estrés. Incluso los animales rescatados de zoológicos muestran constantes señales de zoocósis.

Los Drs. Garry Marvine y Bob Mullan comparan los desordenes de conducta de los animales en cautiverio a la neurosis clínica que afecta a algunos primates humanos. Han descubierto que causas similares provocan respuestas similares.
El estado forzado de espera permanente, la pérdida de control de la propia vida, el estar fuera del grupo social al que se pertenecía, la pérdida del hogar o hábitat natural, el consumo de drogas y control médico de la fertilidad y el confinamiento… provocan la zoocosis.

Los animales en jaulas viven completamente apartados de un ambiente, natural, con una dieta y luz artificiales, ruidos inusuales y con la proximidad de otras especies que usualmente no comparten su espacio natural. Esta situación les lleva a sufrir profundamente y su penar se puede “leer” en su comportamiento.

Descubriréis que un animal sufre zoocosis si observáis en él cualquiera de los siguientes comportamientos: Si pasea continuamente sin rumbo, de un lado a otro. Golpea las rejas de la jaula, o sus puertas, y muerde los barrotes. Gruñe con desespero e insistencia. Practica la coprofagía (se come los excrementos) o juega con ellos. Balancea rítmicamente su cuerpo de manera continua. Inclina su cabeza con reverencias insistentes. Repite un dramático “baile” que consiste en dar un paso adelante y otra hacia atrás (lo que provoca las risas de los visitantes que lo interpretan como un juego divertido). Se provoca vómitos, para comérselos después. Se automutila a mordiscos cola, patas y orejas, etc.
Si tenéis la desgraciada ocurrencia de visitar un zoo, os invito a que descubráis por vosotros mismos todos y cada uno de esos síntomas de desesperación y de locura inducida… de la que vosotros sois cómplices al fomentarla con el importe de vuestra entrada.

A todo lo anteriormente expuesto hay que añadir: Apatía, tristeza y aburrimiento. Desórdenes alimentarios (negarse a comer o todo lo contrario, obsesionarse por la comida). Compulsivos comportamientos de limpieza que a veces llevan a arrancarse pelo o plumas hasta dejarse parches de piel desnuda que a veces se presenta en llaga viva. Comportamientos sexuales anormales (hiperactividad sexual, buscando frecuentemente objetos sustitutivos para copular en ausencia de una pareja). Relaciones madre-cría anormales, que les lleva a atacar, matar o abandonar a las crías. Comportamiento infantil prolongado: (inmadurez, comportamiento social anormal, falta de confianza social, etc.). Agresiones continuas frecuentes e intensas como resultado de un sobre-amontonamiento y que provocan las amenazas de los dominantes o la presión de los visitantes del zoo. Largas listas de enfermedades (digestivas, cutáneas, respiratorias, cardiovasculares, etc…)

Aparte de ese análisis sobre el trabajo de Born free, quiero haceros otras reflexiones que restan credibilidad a la utilidad de los zoos.
Un punto negativo, y poco divulgado sobre los zoológicos, es que los intentos de reproducción en cautividad propician la aparición de problemas hereditarios debido al limitado y reducido “pool” de genes (problema propio del entrecruzamiento cerrado y la consaguinidad)
Por otra parte este tipo de cruzamientos conduce a cambios genéticos que incapacitan a muchos de estos animales para moverse en estado salvaje, ello les hace poco capaces de poder sobrevivir en libertad, con lo que no podrán usarse para la repoblación .

Otro grave fallo es que, a los animales que son entrenados para poder ser liberados como repobladores en un hábitat salvaje se les prepara enfrentándoles con depredadores simulados, y fuentes alimenticias diferentes a las del lugar de destino, etc. Por ello al ser liberados, muchos de ellos, terminan por perecer de hambre o por el ataque de depredadores a causa de su falta de adaptación.

Aun más graves son los problemas que propician los zoológicos en lo que respecta a las enfermedades. No es extraño ver a ratas andando entre los animales, algunos de ellos permanecen muertos en estado de descomposición a la vista del público.
Los animales que durante generaciones no han sido expuestos a las enfermedades que se dan en estado salvaje tienen una resistencia muy reducida a las posibles infecciones que les pueden afectar en libertad, con lo que pueden morir al ser liberados y posteriormente infectados una vez en estado de libertad.

Por otra parte mientras los animales están cautivos pueden ser afectados por enfermedades propias del zoológico (de la misma manera que en los hospitales se dan las enfermedades nosocomiales, propias de esos recintos). Cuando estos animales son liberados en un hábitat salvaje pueden pasar los virus a sus compañeros salvajes que irán muriendo en cadena al no poder ofrecer resistencia a esos virus importados. La gripe y la tuberculosis pueden llegar a causar estragos.

La verdadera razón de ser de los zoológicos se encuentra en la posibilidad de hacer negocio. Muchos son los zoos que se enriquecen a costa de la salud y el bienestar de sus presos, por ello no debería extrañaros la gran variedad de situaciones ridículas que proponen algunos zoos para hacerse con unos cuantos euros de vuestras carteras.
Algunos de los zoos que se las agencian para hacer dinero a costa de los animales que tienen secuestrados, se encuentran en China, allí se conciertan "bodas" entre monos a los cuales visten de novia y de novio humanos, para mayor escarnio de las victimas y divertimiento vuestro. Las bodas tienen lugar junto con una fiesta para atraer a los turistas.

En vano intentan parar tal humillación los grupos defensores de los animales, los directores de los zoos siguen adelante con sus “brillantes” ideas y burlescas pantomimas.
En Shangai son famosas “Las Olimpíadas de los Animales” que en algunas ocasiones han sido prohibidas ante la presión ejercida por los defensores de los derechos de los demás animales.

¡¡En fin, para que seguir… estaría todo el año escribiendo y faltarían lustros ¡¡.

Capturar a los animales salvajes y encerrarlos de por vida en un espacio reducido para exhibirlos al público, no es la mejor manera de aprender sobre su vida salvaje?

Por favor, no fomentéis este abuso: Id al zoo sólo si creéis que disfrutaríais yendo a visitar las cárceles para observar a vuestros presos. Los documentales en estéreo y en alta definición os pueden aportar un mejor conocimiento del comportamiento de las especies que el ver a esos pobres animales secuestrados en su triste cautiverio rodeados de rejas...



Como dice Virginia McKenna:
"Mirar a un pájaro en una jaula te obliga a preguntarte ¿Por qué los pájaros tienen alas?..."

Seguiremos con ese tema la próxima semana....

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