Los registros históricos de las más variadas culturas desarrolladas por el mono domestico tratan de explicar su propia creación, propiciada casi siempre por dioses todopoderosos que llenaron la Tierra con otras criaturas para que el primate humano pudiera utilizarlas en su propio beneficio.
Para los Dogones, Amma creó el universo a partir de la partícula diminuta del más pequeño grano de cereal, el fonio, el cual contiene en potencia los cuatro elementos (fuego, tierra, agua y aire).
Para los japoneses, cuando la tierra todavía flotaba en la superficie del agua se aparecieron tres dioses: el dios del agua, el dios de la eternidad y el dios del martillo. A continuación se formaron otros seis dioses: el dios de la arcilla, el de la arena, el de la riqueza, el de la vivienda, el de la razón y el de la belleza.
Al final hizo su aparición una pareja de dioses: Izanagui e Izanami, a los cuales el dios del cielo les pidió que secasen la tierra.
Al remover las aguas del mar acumularon tal cantidad de sal que se formó una isla.
La pareja de dioses bajó a esta isla, y en ella construyeron un palacio y más tarde se casaron.
De este matrimonio nació Japón y seis dioses más, a saber: el dios de los mares, el de los ríos, el de las llanuras, el de las montañas, el del viento y el de los árboles.
Según los tártaros, en un principio Dios volaba alrededor de la Tierra junto con un hombre y una pareja de ocas negras.
En una ocasión Dios se hallaba desprevenido y el hombre recogió las aguas con ayuda de la brisa y las lanzó contra la figura de Dios; al hacerlo tropezó y cayó al agua. Dios le salvó de perecer ahogado pero le instó a que bajase al fondo del mar para traerle un poco de barro. Así lo hizo, y tomando Dios el barro y arrojándolo sobre la superficie del mar dijo; " Que se haga la tierra ", y de esta forma hizo nacer la tierra.
Según un escrito babilonio, el dios Marduk, aconsejado por otros dioses, decidió crear a la humanidad. Para ello encadenó al dios Kingu (que se había revelado contra él), le sometió a tortura, y de su sangre, el dios Ea creó la humanidad.
Según el Hinduismo, nuestro mundo es cíclico y se caracteriza por la encarnación de los seres vivos y la destrucción del universo seguido de una nueva creación. Cada era cósmica esta dividida en miles de ciclos. Al final de cada era, los dioses, el universo y los seres, son destruidos y sumergidos en el agua, siguiendo luego un período de reabsorción.
Brahma es el creador del primer mundo y de cada era cósmica.
Svayambu (¡que se creó a sí mismo!) creó a su vez las aguas cósmicas depositando su semilla en ellas. De ahí apareció un enorme huevo de oro del que nacería Brahma. Con lo que sobró del huevo (las cáscaras) hizo el cielo y la tierra, y entre ambas cáscaras, es decir, entre el cielo y la tierra, coloco el aire.
De su boca salieron los Brahmanes, de sus brazos salieron los guerreros, de sus caderas los comerciantes y finalmente de sus pies los servidores. Una vez terminada esta labor se partió en dos para convertirse en mujer y hombre.
Para los Dogones, Amma creó el universo a partir de la partícula diminuta del más pequeño grano de cereal, el fonio, el cual contiene en potencia los cuatro elementos (fuego, tierra, agua y aire).
Para los japoneses, cuando la tierra todavía flotaba en la superficie del agua se aparecieron tres dioses: el dios del agua, el dios de la eternidad y el dios del martillo. A continuación se formaron otros seis dioses: el dios de la arcilla, el de la arena, el de la riqueza, el de la vivienda, el de la razón y el de la belleza.
Al final hizo su aparición una pareja de dioses: Izanagui e Izanami, a los cuales el dios del cielo les pidió que secasen la tierra.
Al remover las aguas del mar acumularon tal cantidad de sal que se formó una isla.
La pareja de dioses bajó a esta isla, y en ella construyeron un palacio y más tarde se casaron.
De este matrimonio nació Japón y seis dioses más, a saber: el dios de los mares, el de los ríos, el de las llanuras, el de las montañas, el del viento y el de los árboles.
Según los tártaros, en un principio Dios volaba alrededor de la Tierra junto con un hombre y una pareja de ocas negras.
En una ocasión Dios se hallaba desprevenido y el hombre recogió las aguas con ayuda de la brisa y las lanzó contra la figura de Dios; al hacerlo tropezó y cayó al agua. Dios le salvó de perecer ahogado pero le instó a que bajase al fondo del mar para traerle un poco de barro. Así lo hizo, y tomando Dios el barro y arrojándolo sobre la superficie del mar dijo; " Que se haga la tierra ", y de esta forma hizo nacer la tierra.
Según un escrito babilonio, el dios Marduk, aconsejado por otros dioses, decidió crear a la humanidad. Para ello encadenó al dios Kingu (que se había revelado contra él), le sometió a tortura, y de su sangre, el dios Ea creó la humanidad.
Según el Hinduismo, nuestro mundo es cíclico y se caracteriza por la encarnación de los seres vivos y la destrucción del universo seguido de una nueva creación. Cada era cósmica esta dividida en miles de ciclos. Al final de cada era, los dioses, el universo y los seres, son destruidos y sumergidos en el agua, siguiendo luego un período de reabsorción.
Brahma es el creador del primer mundo y de cada era cósmica.
Svayambu (¡que se creó a sí mismo!) creó a su vez las aguas cósmicas depositando su semilla en ellas. De ahí apareció un enorme huevo de oro del que nacería Brahma. Con lo que sobró del huevo (las cáscaras) hizo el cielo y la tierra, y entre ambas cáscaras, es decir, entre el cielo y la tierra, coloco el aire.
De su boca salieron los Brahmanes, de sus brazos salieron los guerreros, de sus caderas los comerciantes y finalmente de sus pies los servidores. Una vez terminada esta labor se partió en dos para convertirse en mujer y hombre.
Los esquimales creen que los primeros hombres brotaron del suelo y uno de ellos se convirtió en mujer.
Los aborígenes de Australia creen que durante un cierto tiempo los animales se parecían a los hombres, copiando incluso el comportamiento de estos, mientras que los hombres se transformaban en animales, en árboles y en minerales.
A los cristianos se les instruye en la creencia de que su Dios fabricó al hombre con barro del suelo y soplando le colocó el alma, convirtiéndole en ser vivo. A continuación creó un jardín en el Edén, y en él colocó al hombre. Acto seguido le hizo dormir, y mientras dormía le sacó una costilla, para con ella crear a la mujer.
Los indios Hopi, de Arizona, opinan que la diosa del Oeste creó gran cantidad de animales para que poblaran la tierra. Luego la diosa del Este fabricó de barro una mujer y más tarde un hombre, cubriendo a ambos con un velo. A continuación las dos diosas cantaron a dúo para dar vida a estas dos figuras, les enseñaron una lengua y como cuidar de la tierra. Luego la diosa del Este se los llevo a su casa sobre el arco iris, donde permanecieron durante cuatro días antes de empezar la aventura de la vida por su cuenta.
Según los Incas, los hombres perecieron por causa de un diluvio que acaeció en los Andes, a excepción de una pareja que tuvo la fortuna de refugiarse dentro de un tambor. Viracocha, el dios creador, volvió a fabricar hombres modelando figuras con arcilla, pintándolas y colocándoles un vestido y un peinado particular. A cada figura le dio vida y unas costumbres determinadas. Una vez listas, las mandó a la tierra, apareciendo en ella a través de montañas, lagos, cuevas y árboles.
La creación de la tierra, según los Aztecas, fue propiciada por el quinto sol. El dios Quetzalcoatl recibió la orden de recrear al hombre con huesos de sus antepasados que había de bajar a buscar en las profundidades subterráneas. Recuperados los huesos, los depositó en un lugar llamado Tamoanchan donde otros dos dioses los pulverizaron. Quetzalcoatl hizo sangrar su pene sobre este polvo de huesos mientras los otros dos dioses hacían penitencia. Así se creó al hombre.
Para los Mayas, los dioses Tepeu y Gucumatz hicieron muñecos de madera parecidos a hombres que poblaron la tierra, y aunque hablaban como hombres, no tenían alma ni inteligencia...fue sólo un ensayo. Luego de maíz amarillo y de maíz blanco, hicieron la carne de los hombres, y con pasta de maíz hicieron los brazos y las piernas...
Como se ve, la fantasía es tan fecunda que ninguna de estas leyendas coincide. Ciertamente por fantasía no queda. Vuestro barroquismo mental os permite los más floridos delirios.
Evidentemente como todas son diametralmente diferentes queda claro que todas son falsas menos una. E incluso esta es falsa al ser una falacia el ridículo y disparatado cuento de la creación.
Lo cierto es que cada una de estas aberraciones tuvo que ser inventada un buen día por algún sujeto influyente harto de vino, drogas y fiebre. Le contó la historieta al pueblo y como el primate humano es tan “inteligente”se la creyó y luego la fue pasando de padres a hijos hasta el día de hoy.
A los bonobos todas vuestras historias nos causan hilaridad mezclada con estupor. Por una parte nos desencajamos las mandíbulas de tanto reírnos con vuestras ocurrencias. Parece como si intentarais competir entre vosotros para ver quien la dice más gorda, quien desvaría más.
Así nos encontramos que los japoneses creen que la Tierra flota sobre el agua. Que removiendo el mar se forman montañas de sal sobre las que construir palacios.
Los tártaros sin el menor sonrojo nos hablan del dios- satélite (vuela alrededor de la tierra acompañado del hombre y de ¡¡ dos ocas negras!!
Según el hinduismo Brahma nació de un huevo ¡¡ y luego usó las dos cáscaras para crear cielo y tierra, mientras colocaba el “aire” en medio. Diferentes partes de su cuerpo sirvieron para crear diversos tipos de hombres que salieron de la boca, brazos, caderas y pies, para finalmente partirse en dos y convertirse en hombre y mujer a fin de dar origen a un dios travestido. También creen en un dios que se creó a si mismo… y yo os pregunto ¿Para qué crearte a ti mismo si ya existes? ¡¡De locos!!
Los cristianos deliran con barro y una costilla. Mientras que los indios hopi creen que los humanos cabalgan sobre el arco iris. Humanos que, por supuesto, fueron creados al cantar sobre figuras de barro ¡¡
Los esquimales afirman que los hombres brotaron del suelo.
Los incas aseguraron que el hombre existe porque una pareja de humanos logró refugiarse dentro de un tambor para así poder escapar de un diluvio.
Los mayas os creían fabricados de pasta de maíz. Los babilonios os contaron que la humanidad fue creada de la sangre de un dios torturado. Los aztecas lo tuvieron más claro…según ellos el hombre fue creado mezclando la sangre de la polla de un dios con polvo de hueso ¡¡.
Ante tanto disparate, ¿Cómo osáis llamaros “animales racionales”? ¡¡Menudo “morro” tenéis!!
¿Qué tienen de “racional” estas historias, base de vuestras sagradas religiones?
¿Pero qué demonios os habéis fumado?
Que la sabiduría del bonobo alivie vuestra locura...
Los aborígenes de Australia creen que durante un cierto tiempo los animales se parecían a los hombres, copiando incluso el comportamiento de estos, mientras que los hombres se transformaban en animales, en árboles y en minerales.
A los cristianos se les instruye en la creencia de que su Dios fabricó al hombre con barro del suelo y soplando le colocó el alma, convirtiéndole en ser vivo. A continuación creó un jardín en el Edén, y en él colocó al hombre. Acto seguido le hizo dormir, y mientras dormía le sacó una costilla, para con ella crear a la mujer.
Los indios Hopi, de Arizona, opinan que la diosa del Oeste creó gran cantidad de animales para que poblaran la tierra. Luego la diosa del Este fabricó de barro una mujer y más tarde un hombre, cubriendo a ambos con un velo. A continuación las dos diosas cantaron a dúo para dar vida a estas dos figuras, les enseñaron una lengua y como cuidar de la tierra. Luego la diosa del Este se los llevo a su casa sobre el arco iris, donde permanecieron durante cuatro días antes de empezar la aventura de la vida por su cuenta.
Según los Incas, los hombres perecieron por causa de un diluvio que acaeció en los Andes, a excepción de una pareja que tuvo la fortuna de refugiarse dentro de un tambor. Viracocha, el dios creador, volvió a fabricar hombres modelando figuras con arcilla, pintándolas y colocándoles un vestido y un peinado particular. A cada figura le dio vida y unas costumbres determinadas. Una vez listas, las mandó a la tierra, apareciendo en ella a través de montañas, lagos, cuevas y árboles.
La creación de la tierra, según los Aztecas, fue propiciada por el quinto sol. El dios Quetzalcoatl recibió la orden de recrear al hombre con huesos de sus antepasados que había de bajar a buscar en las profundidades subterráneas. Recuperados los huesos, los depositó en un lugar llamado Tamoanchan donde otros dos dioses los pulverizaron. Quetzalcoatl hizo sangrar su pene sobre este polvo de huesos mientras los otros dos dioses hacían penitencia. Así se creó al hombre.
Para los Mayas, los dioses Tepeu y Gucumatz hicieron muñecos de madera parecidos a hombres que poblaron la tierra, y aunque hablaban como hombres, no tenían alma ni inteligencia...fue sólo un ensayo. Luego de maíz amarillo y de maíz blanco, hicieron la carne de los hombres, y con pasta de maíz hicieron los brazos y las piernas...
Como se ve, la fantasía es tan fecunda que ninguna de estas leyendas coincide. Ciertamente por fantasía no queda. Vuestro barroquismo mental os permite los más floridos delirios.
Evidentemente como todas son diametralmente diferentes queda claro que todas son falsas menos una. E incluso esta es falsa al ser una falacia el ridículo y disparatado cuento de la creación.
Lo cierto es que cada una de estas aberraciones tuvo que ser inventada un buen día por algún sujeto influyente harto de vino, drogas y fiebre. Le contó la historieta al pueblo y como el primate humano es tan “inteligente”se la creyó y luego la fue pasando de padres a hijos hasta el día de hoy.
A los bonobos todas vuestras historias nos causan hilaridad mezclada con estupor. Por una parte nos desencajamos las mandíbulas de tanto reírnos con vuestras ocurrencias. Parece como si intentarais competir entre vosotros para ver quien la dice más gorda, quien desvaría más.
Así nos encontramos que los japoneses creen que la Tierra flota sobre el agua. Que removiendo el mar se forman montañas de sal sobre las que construir palacios.
Los tártaros sin el menor sonrojo nos hablan del dios- satélite (vuela alrededor de la tierra acompañado del hombre y de ¡¡ dos ocas negras!!
Según el hinduismo Brahma nació de un huevo ¡¡ y luego usó las dos cáscaras para crear cielo y tierra, mientras colocaba el “aire” en medio. Diferentes partes de su cuerpo sirvieron para crear diversos tipos de hombres que salieron de la boca, brazos, caderas y pies, para finalmente partirse en dos y convertirse en hombre y mujer a fin de dar origen a un dios travestido. También creen en un dios que se creó a si mismo… y yo os pregunto ¿Para qué crearte a ti mismo si ya existes? ¡¡De locos!!
Los cristianos deliran con barro y una costilla. Mientras que los indios hopi creen que los humanos cabalgan sobre el arco iris. Humanos que, por supuesto, fueron creados al cantar sobre figuras de barro ¡¡
Los esquimales afirman que los hombres brotaron del suelo.
Los incas aseguraron que el hombre existe porque una pareja de humanos logró refugiarse dentro de un tambor para así poder escapar de un diluvio.
Los mayas os creían fabricados de pasta de maíz. Los babilonios os contaron que la humanidad fue creada de la sangre de un dios torturado. Los aztecas lo tuvieron más claro…según ellos el hombre fue creado mezclando la sangre de la polla de un dios con polvo de hueso ¡¡.
Ante tanto disparate, ¿Cómo osáis llamaros “animales racionales”? ¡¡Menudo “morro” tenéis!!
¿Qué tienen de “racional” estas historias, base de vuestras sagradas religiones?
¿Pero qué demonios os habéis fumado?
Que la sabiduría del bonobo alivie vuestra locura...
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