miércoles, 10 de diciembre de 2008

LA GUERRA DE LOS CRUCIFIJOS

Una de las características comportamentales que he observado en vuestra especie, es vuestra marcada tendencia hacia el fetichismo, y de entre la gran cantidad de fetiches que manejáis destaca poderosamente uno, el crucifijo.

Según vuestros diccionarios, un fetiche es un objeto que representa algo y es adorado. Como el crucifijo para vosotros es un objeto que representa algo y es adorado… ES UN FETICHE.
Veamos para más seguridad que es el fetichismo. Según la mega enciclopedia Wikipedia de Internet…. “El fetichismo es una forma de creencia o práctica religiosa en la cual se considera que ciertos objetos poseen poderes mágicos o sobrenaturales y que protegen al portador o a las personas de las fuerzas naturales”.
Como veis por el hecho de adorar o venerar la cruz os convertís en fetichistas.
Sois unos monos tan peculiares que pregonáis que la cruz os libra del demonio y por eso la utilizáis en los actos de exorcismo.

Siempre me maravilló vuestra insistencia en “hacer la señal de la cruz” para protegeros. La hacen algunos al salir de casa, al subirse al tren o al avión o incluso los jugadores de fútbol al salir al terreno de juego…y no digamos los toreros al saltar a la plaza.

Como no podía ser menos tenéis un buen surtido de cruces para adorar: la cruz griega, la cruz de San Andrés, la cruz latina, la cruz de Lorena, la cruz gamada, la cruz de Calatrava, la cruz visigoda, la cruz de Alcántara, etc.

El animal humano de vuestra zona geográfica opta por venerar la cruz latina, aunque algunos no tienen bastante con una cruz y se inclinan por adorar a dos al mismo tiempo, la latina (del crucifijo) y la cruz gamada… (Véase foto).



Los racistas radicales de los EEUU le prenden fuego a una cruz…y ya tienen símbolo para el Ku Klux Klan



Los que adoráis crucifijos soléis ser a la vez adictos a una gran parafernalia de fetiches religiosos, tales como: estampas, rosarios, reliquias, medallas, escapularios, etc. y muy frecuentemente los utilizáis de manera obsesiva.

Los típicos brujos de cualquier tribu son los mayores usuarios de fetiches y por supuesto, vuestros brujos (lleven o no cucurucho, enaguas o zapatitos rojos) hacen ostentación del súper fetiche durante sus supuestos números de magia.
Muchos de ellos se adornan con un amuleto mágico que afirman lleva algunos restos de la “SANTA CRUZ”, es decir, de la cruz en la que vuestras delirantes tradiciones aseguran que murió Jesucristo.

Desde mi árbol de bonobo os invito a razonar…
Si colocáramos juntos todos los trozos de cruz que se reparten los cristianos podríamos reconstruir un bosque. Ya en el siglo XVI Calvino dijo que «si se reunieran todos los fragmentos de la cruz venerados en el mundo, se podría cargar un barco de alto bordo».
Y es que os engañan hasta con vuestros fetiches. Aunque uno debe admitir que vuestra ignorancia es cómplice de las mentiras de vuestros brujos tribales.

Escribís en la enciclopedia universal Wikipedia que, analizada una porción de la supuesta madera de la Cruz, resulta ser de Cupressus sempervivens, cuando en realidad este árbol no existe, otra cosa sería Cupressus sempervirens. Ahí está vuestro error…y nadie lo corrige.

Otros de vosotros insistís en que no hubo cruz, sino que Jesucristo murió en un árbol con hojas, flores, ramas y frutos (el llamado “árbol de la vida”), así lo escriben y describen, Tertuliano, Buenaventura (en su libro Lignum vitae ) y los autores cristianos Meister Eckhart o Juan Tauler.
El que no os pongáis de acuerdo en el “lío de las cruces” resta credibilidad a vuestras leyendas.
Os cuentan una mentira, vosotros os la creéis… y os la colgáis del cuello.

Como digo tantas veces, en vuestro país os han domesticado a golpes de crucifijo hasta tal punto que vuestros brujos y chamanes han acabado por exportar los crucifijos de las iglesias para introducirlos en vuestras aulas, en las Cortes y en otros edificios gubernamentales, incluso en vuestras propias casas. Y no son pocos los hogares del mono doméstico que tienen un enorme crucifijo presidiendo … ¡ el dormitorio ¡.
Los bonobos nos partimos de risa al imaginar la cara que se os queda cuando al levantar la cabeza en plena explosión de orgasmo os encontráis con la mirada del gimnasta que os observa desde arriba.
En realidad por mucho que nos esforzamos no nos podemos imaginar una situación menos propicia para disfrutar practicando el sexo.
Luego abandonareis la cama y pasareis al comedor para desayunar… y allí os estará esperando “La Santa Cena” colgada de la pared… y ¡¡ para que seguir ¡¡.

Dice la leyenda que la “La Santa Cruz” fue colocada en el Gólgota entre dos ladrones, hoy suele encontrarse entre dos glándulas mamarias saltando al ritmo de los pasos de vuestras hembras o enterrado entre el hirsutado pelo pectoral de vuestros machos.

Hablando con franqueza debo confesaros que a los bonobos nos molesta, ofende y hiere nuestra sensibilidad la imagen de un crucifijo. De hecho, es de bien nacido que así sea.
¿Cómo os sentiríais vosotros si os mostráramos la imagen de un perro o un gato clavado sobre un madero?. Os afectaría negativamente ¿verdad?. Imaginad ahora que tenéis ante vosotros la figura de un chimpancé o de un mono domestico clavado a una madera por sus extremidades y con un círculo lleno de espinas anclado en su cabeza de la que rezuma sangre. ¿No os afecta? ¿No os produce rechazo?. Por lo que vemos con los crucifijos… ¡ seguro que no ¡. Y es que siempre os he recordado que sois unos primates sin escrúpulos.
A nosotros, en cambio, la visión de un mono domestico torturado, clavado a una cruz, sangrando y atravesado por una lanza nos produce un profundo rechazo… la explicación es que a nosotros nos sobra la sensibilidad que a vosotros os falta.


Estáis tan obsesionados con vuestros fetiches que esta semana habéis armado un nuevo zipi zape a propósito de los mismos.
Todo empezó cuando saltó la noticia de que un juez obligaba a un colegio público de Valladolid a retirar los crucifijos de las aulas y de los espacios comunes.
Se trata de uno de los colegios públicos más antiguos de la ciudad, bautizado con el nombre de un republicano progresista, Macías Picavea, que fue profesor de latín de varias generaciones de estudiantes.
Ni por asomo me podía imaginar que en vuestro país hubiera aún crucifijos en las paredes de las aulas de los COLEGIOS PÚBLICOS ¡¡.
El hecho de que aún tuvierais cristos colgados me demostraba que el Gobierno de vuestro “Estado laico” os estaba tomando el pelo.

Como era de suponer, la sentencia, de un juzgado de lo contencioso administrativo de Valladolid, dictaminaba que “la presencia de elementos religiosos vulnera los derechos fundamentales de igualdad, libertad religiosa y aconfesionalidad del Estado recogidos en la Constitución española”.
Según la sentencia, "El Estado no puede prestar respaldo a ningún credo". "La presencia de estos símbolos en las zonas comunes del centro educativo público, en el que reciben educación menores de edad en plena fase de formación de su voluntad e intelecto, puede provocar en estos el sentimiento de que el Estado está más cercano a la confesión con la que guardan relación los símbolos presentes que a otras confesiones"
El juez obligó así al consejo escolar del centro a descolgar los crucifijos presentes en el colegio desde 1930, a lo que el organismo interno ya se había negado en varias ocasiones.

La estrategia cristiana para influir la tierna mente de los niños consiste en colocar los crucifijos siempre a la vista, para ello los ubican sobre las pizarras presidiendo la actividad educativa.
Fernando Pastor miembro de la asociación Escuela Laica, estaba ya harto de esa descarada imposición, por ello, junto a otros padres venía insistiendo al Consejo Escolar, desde el año 2005, para que retiraran el símbolo cristiano del colegio público a lo que siempre se negó el Consejo. Uno por uno sus recursos fueron desestimados.
En su sentencia el juez insistió en que la libertad religiosa es "especialmente sensible" en la educación, ya que en periodo de formación de la personalidad, la enseñanza "influye decisivamente" en el futuro comportamiento de los niños "respecto de creencias e inclinaciones y condiciona sus conductas dentro de una sociedad, que aspira a la tolerancia de otras opiniones e ideales que no coincidan con los propios".
La sentencia cita la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, en la que se recuerda que "el Estado se prohíbe a sí mismo cualquier concurrencia, junto a los ciudadanos, en calidad de sujeto de actos o actitudes de signo religioso", y alude a "la laicidad y neutralidad del Estado". "El Estado no puede adherirse ni prestar respaldo a ningún credo religioso, ya que no debe existir confusión alguna entre los fines religiosos y los fines estatales. Nadie puede sentir que, por motivos religiosos, el Estado le es más o menos próximo que a sus conciudadanos", indica el juez. También advierte que el mantenimiento de los símbolos religiosos en este centro educativo conculcaría "derechos fundamentales" consagrados en los artículos 14 y 16.1 de la Constitución, referidos a la igualdad y la libertad de conciencia.

Ni que decir tiene que el caso de este colegio público no es único, ya que son muchos los centros docentes que se hallan aun infectados por esos restos preconstitucionales del nacional-catolicismo.

Ante esta sentencia ¿Cómo reaccionaron los católicos?
Pues como cabía esperar, con su habitual estrechez de miras.
Una abuela de sesenta años se quedo tan tranquila después de soltar ese par de barbaridades: …“esta medida es una concesión a los musulmanes” y "Esto lo único que puede suponer es el avance del machismo. Quitar los crucifijos es un avance a los musulmanes. Nosotros cuando vamos a sus países acatamos sus costumbres. Si aquí somos creyentes, ¿por qué quitar los Cristos?".
Como veis la vieja mona domestica mezcla machismo, musulmanes y Cristos en pleno desvarío. La abuela pretende a todas luces imponer el crucifijo por narices “por que aquí somos creyentes”. No me extraña que con ciudadanos así, Franco muriera de viejo en la cama.
Por cierto, os recuerdo que ese general nacional católico que se rebeló contra la Republica, y que se hizo con el poder por la fuerza de las armas para poder continuar matando a diestro y siniestro impunemente, llamó a su rebelión “CRUZADA” nacional. Sus delirios de grandeza fueron tales que se hizo llamar “CAUDILLO, POR LA GRACIA DE DIOS” y así lo hizo esculpir en las monedas. Él fue otro de los grandes fetichistas de la cruz.

Los “Concaperos”(Confederación Católica de Padres de Alumnos ) siguen (como buenos católicos) con sus posturas belicosas e intolerantes y declaran que la decisión judicial de Valladolid se enmarca en "una política de ataque rabiosamente laicista contra los símbolos religiosos".
Como veis esa gente, o no son capaces de respetar la Constitución, o no se han enterado aún de que viven en un Estado laico.
Para mi, en vuestro país, son mucho más dignos que ellos, los judíos, los mahometanos, los budistas, etc. los cuales ni se han planteado colocar sus símbolos religiosos en las aulas. Ellos sí se merecen mi respeto, precisamente por saber respetar vuestra Constitución.

Fernando Pastor se limitó a decir, con buen criterio, que esperaba que la Junta de Castilla y León no recurriera la sentencia ya que: "El espacio público tiene que ser un espacio de todos".
Pues bien, como os podéis imaginar, la sentencia ha sido recurrida de inmediato.

Una hembra de raíz cristiana, una tal, Begoña Bruña, madre de dos niños de primaria del mencionado colegio, se paseó unos días por la escuela con una pancarta que decía. "No a la dictadura!. Niños, este año nos quedamos sin Belén, sin Navidad y sin Semana Santa. Todo gracias a Fernando Pastor".
La pobre mujer no se da cuenta, en su católica inconsciencia, que precisamente lo que se intenta evitar con la denuncia y sentencia es LA DICTADURA DE LA CRUZ.
La mala fe cristiana se le supone al leer el redactado de la siguiente frase “Niños, este año nos quedamos sin Belén, sin Navidad y sin Semana Santa”
Queda claro que lo que pretende esa mujer es enfrentar a las criaturas contra el padre que defiende la Constitución. Este detalle la define como ser humano.
En cuanto a su coeficiente intelectual debo deciros que para valorarlo me baso el la puntuación que le otorgo por pensar que… los niños a los que les quiten los crucifijos de la escuela ya no podrán montar un pesebre en sus casas o celebrar las Navidades.
Os puedo asegurar que yo, que soy ateo y antiteo (gracias a Dios), celebro la fiesta del 25 de diciembre como el que más. Simplemente porque el 25 de diciembre es el DÍA DEL SOL INVICTO, y su celebración es más antigua que la de vuestro reciente INVENTO navideño.
Sin duda entenderéis que para nosotros, los bonobos, el SOL es muchísimo más importante que vuestra fábula del nacimiento de Cristo.

Los cristianos, en su obsesivo afán de destruir cualquier tradición pagana, intentaron anular la fiesta del Sol Invicto por considerarla pagana y por ello no se les ocurrió otra cosa que haceros creer que Jesucristo nació, precisamente, el día 25 de diciembre para que celebréis SU fiesta religiosa en lugar de la pagana.
Nosotros, el día 25 de diciembre, tenemos el inmenso placer de celebrar nuestra verdad a la vez que damos la espalda a vuestra mentira.

Fernando Pastor no sale de su asombro porque pensaba que por el mero hecho de no haber lanzando improperios a nadie durante todo este proceso, tampoco los iba a recibir. ¡¡ Que poco conocía la catadura del típico católico fanático ¡¡.
El pobre hombre, con lágrimas en los ojos, explica como su hijita es constantemente insultada en la escuela por los otros niños que le reprochan quedarse sin fiestas de Reyes, Navidad o Semana Santa por culpa de su padre.
“Le dicen cosas que me duelen mucho más que a ella, como por ejemplo que por culpa de su padre no habrá fiestas navideñas o que un niño se pone a cantar delante de ella: "Crucifijos sí, gilipollas, no". Cuando lo cuenta, su madre y yo tratamos de explicarle cómo son las cosas, aunque no sé si aguantaré mucho más esta presión. Si al menos la ejercieran solamente contra mí, sería todo más llevadero".
“Fíjese, he tenido hasta que soportar que digan que mi hija salía vestida de virgencita en la representación teatral de las fiestas del colegio del año pasado, cosa que es mentira, y aunque fuera verdad sería irrelevante”.
"Me siento ciudadano de segunda cuando tengo que explicar a mi hija que lo normal es lo de los demás y los raros somos nosotros. Es lesivo para ella y vulnera mis derechos".

Por otra parte, y como era de esperar, el PP (Partido Puritano) ha aprovechado la ocasión para meter cizaña. Según ellos: “la exigencia constitucional de aconfesionalidad está limitada por el reconocimiento del catolicismo como religión mayoritaria”.
Eso sería tanto como convertir la aconfesionalidad en una mera declaración sin consecuencias, al tiempo que da la vuelta a la exigencia democrática de respeto a las minorías, convirtiéndola en una suerte de privilegio de las mayorías.
Por otro lado, sería interesante constatar en qué sentido se puede considerar mayoritario el catolicismo en la España de hoy.

La secretaria general del Partido Puritano, María Dolores de Cospedal, ha expresado que “los crucifijos no molestan ni al PP ni a la inmensa mayoría de los españoles".
La novata y pipiola Cospedal igual se cree que habla en nombre de todos los españoles.
De acuerdo que esos fetiches pueden no molestar al Partido Puritano o a cualquier otra agrupación carca… pero ¿Cómo se atreve a hablar en nombre de todas los españoles y extranjeros residentes en España que usan vuestras aulas y que pertenecen a otras confesiones religiosas o, simplemente, que son agnósticos o ateos?

Los obispos tampoco podían dejar pasar la ocasión para soltar su habitual desvarío y así al portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el jesuita Juan Antonio Martínez Camino, no se le ocurrió otra cosa que soltar por su boca lo siguiente: "El crucifijo es un signo de garantía de la libertad frente al totalitarismo”… y se quedó tan ancho.

El cardenal Antonio Cañizares arzobispo de Toledo, propone crucifijos en todos los edificios públicos: "es importante que Dios sea grande entre nosotros, en la vida pública y en la vida privada y, en la vida pública, es importante que Dios esté presente, por ejemplo, mediante la cruz en los edificios públicos".
Y en el colmo de la desvergüenza se atreve a declarar lo siguiente: "No es posible un Estado ateo, se vuelve contra el hombre".
Y es que ya te digo: entre el vino de misa y el Agua del Carmen….


El jefe de los brujos españoles, Rouco Varela, con motivo del debate que se suscitó por la presencia del crucifijo y la Biblia católica en la toma de posesión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y de todos sus ministros, se descolgó hace unos meses con la siguiente frase: "El crucifijo pertenece a la historia y a la cultura de España. Siempre hay minorías que se ofenden por todo, pero la presencia del crucifijo es masiva en todos los pueblos, así que o se destruye España para quitarlos, o cierran los ojos"…
Por lo que dice uno diría que es la reencarnación del mismísimo Franco disfrazado de cardenal.
Ciertamente ese Rouco no tiene complejos…lo malo es que yo me pregunto si tampoco tiene principios.
¡¡Que se deje de sensaciones cristianas y que acate lo que dicta la Constitución¡¡.

Afirman los obispos que “los crucifijos en las escuelas no molestan a nadie, que siempre han estado ahí”...
Mienten al decir eso por partida doble.
En primer lugar, porque molestan a quien no es creyente o tiene otras creencias que no son cristianas y, en segundo lugar, porque no siempre han estado allí ya que fueron una imposición del general Franco.

Es una autentica vergüenza que en las aulas de las escuelas públicas todavía se tengan que soportar símbolos que además de religiosos representan un régimen que durante tantos años privó de libertad a todo un país. Aparte de que su presencia es inconstitucional porque la escuela pública es del Estado y éste no tiene confesión oficial.
Las creencias religiosas pertenecen a la esfera privada de los monos domésticos. Los crucifijos y los santos deben quedar dentro de vuestras iglesias para presidir vuestros rituales de brujería fetichista.

Ni por un momento debéis creer que la retirada de símbolos religiosos sea consecuencia de la aplicación del texto constitucional. En 1977, antes de aprobar la Constitución, el presidente de las Cortes, Antonio Hernández Gil, católico, fue víctima de una agria campaña por ordenar la retirada del crucifijo colocado en su despacho por el primer presidente de las Cortes de la dictadura, el también católico Esteban Bilbao. En aquella ocasión ya se habló de “la guerra de los crucifijos”.

Más tarde, y ya con la Constitución aprobada, también hubo execraciones eclesiásticas cuando en 1981 el director de Radio Nacional, Eduardo Sotillos, suprimió en la emisora estatal (RNE) el rezo del ángelus al mediodía.

Afortunadamente la sentencia sobre los crucifijos de Valladolid no es la única en esa dirección.
En Andalucía, el Defensor del Pueblo en la comunidad solicitó que se retiraran estos símbolos cuando hubiera una sola petición para ello, para garantizar "el respeto al derecho de libertad religiosa".
En Aragón la Consejería de Educación determinó que los materiales que pueden presidir las aulas e instalaciones no deben tener sentido confesional.

Queda claro que los consejos escolares de los centros educativos no pueden tomar decisiones sobre cuestiones que atañen a derechos fundamentales. Esa potestad es de la Administración que tenga las competencias sobre educación. Así lo han puesto de manifiesto al menos cinco sentencias en los últimos años, una del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de 2002; tres del de Castilla y León, dos de 2007 y la ya comentada de Valladolid.

El debate sobre los signos religiosos en los centros del País Vasco se hizo tras el franquismo. A finales de los setenta se retiraron los crucifijos al mismo tiempo que los símbolos de la dictadura.
Las capillas que existían en algunas escuelas fueron reutilizadas como aulas, según recuerda un portavoz de Educación del Gobierno vasco. No había ninguna normativa al respecto, pero las escuelas fueron retirándolos (en algunos casos fueron los mismos profesores quienes los quitaron, según recuerda Javier Nogales, de CC OO).
En las escuelas catalanas no hay crucifijos. Hace décadas que no se colocan en las nuevas y en las antiguas se fueron retirando tras la dictadura. La enseñanza es laica en los centros públicos, según la Constitución y el Estatuto catalán, aunque existe el derecho a recibir enseñanza religiosa.
Otra cosa son los centros religiosos concertados, que tienen ideario propio y, por tanto, signos cristianos en las aulas.

Supongo que os daréis cuenta de que si los cristianos pueden colocar crucifijos en las paredes de las aulas, el mismo derecho asiste a los musulmanes si quieren colocar su media luna, o los judíos su estrella de David. Por creencias que no quede…. Los peperos querrán colocar su gaviota y los sociatas su puño y su capullo…de rosa.
Los comunistas podrían colgar su hoz y martillo. Y ¿qué les podríamos decir a los hooligans que quisieran colgar los escudos de sus equipos? O a los que quisieran poner una imagen de Che Guevara o de cualquier santo, al fin y al cabo TODOS SON SIMBOLOS ligados a sentimientos.

Cada uno de vosotros tendrá su opinión sobre el valor de los diferentes fetiches. Yo mismo, por ejemplo, siempre he pensado que un mártir político tiene más mérito que un mártir religioso. El mártir religioso siempre pensará que con su muerte hará “el gran negocio” ya que alcanzará la “salvación eterna”, mientras que el mártir político sabe que todo termina ante la horca o el pelotón de fusilamiento, sin un “más allá”.

Y no me vengáis con lo de que las imágenes de los políticos no están colgadas en las paredes de las aulas, ahora mismo tenéis las imágenes de los reyes (de una monarquía impuesta por Franco, sin referéndum previo) y antes tuvisteis durante cuarenta años los retratos de Franco y Primo de Rivera a cada lado del crucifijo, lo que siempre me recordó las imágenes de Jesucristo en la cruz entre los dos ladrones… claro que con la importante diferencia de que, por lo menos y según vuestras historias, en aquel caso uno de los dos ladrones era un ladrón bueno ¡¡.

Para evitar problemas y complicaciones de todo tipo es de sentido común que las paredes permanezcan limpias y desnudas de posibles controversias. Vivís en un Estado “aconfesional” y no “multiconfesional”.

Los abanderados del crucifijo claman al cielo al recordar la presencia de un crucifijo y una Biblia sobre la mesa en la que toman posesión de sus cargos los ministros del Gobierno de Zapatero.
¿Cómo es posible que un Gobierno socialista, que es democrático y que gobierna amparado por una Constitución que define al Estado español como laico, utilice símbolos religiosos propios de la religión católica en un acto político, como lo es la toma de posesión del presidente y sus ministros?
Y lo que es peor… ¿Cómo se puede exigir la retirada de crucifijos y otros símbolos católicos de las paredes de las aulas o de edificios públicos después de actuar el Gobierno de esta manera?
La fórmula que oficializa la toma de posesión de los ministros está establecida en el Real Decreto 707 de 1979. En él, los ministros tienen la opción de prometer o jurar su cargo, es una decisión personal.
Como la opción de juramento, por definición, pone por testigo a Dios, el protocolo de la ceremonia establece que junto a la Constitución aparezca una Biblia y un crucifijo.
Al ser España un estado aconfesional que garantiza la libertad religiosa, un ministro que profesara la fe musulmana podría jurar sobre un Corán si se diera el caso.
El caso es que después de las últimas elecciones ningún ministro necesitaba un crucifico o una Biblia ya que se sabía por anticipado que ninguno de los 17 ministros iba a jurar en la toma de posesión de su cargo, se limitarían todos a prometer, por primera vez en la democracia.
Pues bien, incluso ante estas circunstancias se mantuvieron sobre la mesa ambos símbolos católicos junto a la Carta Magna.
El presidente Zapatero es partidario de no alterar un protocolo que les llega dispuesto por el Palacio de la Zarzuela, el lugar de las tomas de posesión gubernamentales ante el Rey.
Si es el propio Rey el que decide ignorar la Constitución, la cosa me parece aun más grave.

Luego seguiréis empeñados en convencerme de que sois animales inteligentes… cuando en realidad la mayoría de vuestros comportamientos escapan a cualquier lógica.

Como por ejemplo la presencia de curas en actos militares como la “jura de la bandera” y otros actos protocolarios de cariz político, o la presencia de militares y policías desfilando en procesiones religiosas.

Espero que alguno de vosotros que tenga dos dedos de frente intente explicarme cómo es posible que el Congreso de los Diputados de un ESTADO LAICO como el vuestro haya rechazado La proposición no de ley, registrada por IU e ICV, sobre la supresión de símbolos religiosos como el crucifijo o la Biblia en los actos de tomas de posesión de los cargos públicos, por ejemplo del presidente del Gobierno o los ministros.
Lo más vergonzoso no es ya el rechazo en si, sino el resultado numérico de la votación: 9 votos a favor, 309 en contra (las fuerzas mayoritarias PSOE, PP y CiU) y 6 abstenciones. El BNG expresó su apoyo a la iniciativa de IU e ICV.
Es triste, pero entendible, que los partidos de la derecha más rancia (PP y CIU) voten en contra, aunque bien pudieran haberse abstenido… pero que apoyen Biblia y crucifijo los del PSOE es bochornoso y me demuestra lo que siempre he pensado.
Expresándome en vuestro lenguaje castizo uno diría que la Conferencia Episcopal del ínclito Rouco Varela tiene agarrado (y bien agarrado) al Gobierno de Zapatero por sus mismísimos testículos.
Debo reconocer que es una efectiva manera de tener controladas las voluntades de los monos domésticos gobernantes.


Ello explicaría porque el Gobierno socialista incrementó hace un año en un 34% la asignación del Estado para sueldos de obispos y sacerdotes. Y también el porque los socialistas aún no se han atrevido a renegociar el Concordato con la Santa Sede que data de 1979.
Ninguno de los diversos gobiernos socialistas que se han sucedido en esos 30 años ha tenido las suficientes agallas para ponerse al día con los brujos de la tribu.

La socialista Mercedes Cabrera, actual Ministra de Educación, Política Social y Deporte ha delegado la decisión sobre el asunto de los crucifijos en las aulas en los consejos escolares, justamente lo contrario de lo que indican los jueces. El PP (Partido Puritano) la ha aplaudido por ello.
Como veis la ministra socialista sigue resistiéndose en aplicar la Constitución con lo que beneficia las intenciones de la Iglesia católica y de los peperos.
Por cierto, ¿Sabíais que las comunidades donde perduran más crucifijos en los edificios públicos son las gobernadas por los socialistas, como Andalucía? Es una paradoja interesante y extravagante y que da mucho que pensar.
Patético y vergonzante es ver la imagen del Presidente del Gobierno Vasco en el momento de tomar posesión de su cargo.
Siguiendo el ceremonial vasco, comienza con las palabras: "Ante Dios humillado....." (Con el crucifijo a dos palmos de su cara).
Fetichismo, domesticación y humillación, todo en uno.
¡¡ Qué vergüenza ¡¡

Como vergonzoso es que el secretario del Grupo Socialista, Ramón Jáuregui, dijese que no correspondía a los gobiernos sino a la sociedad civil la retirada paulatina de toda simbología confesional.
Y eso es lo que hace precisamente la sociedad civil, harta ya de tanta domesticación. Con sus continuas protestas consigue hacer retroceder el ejército de curas y meapilas cada vez con más convicción, su determinación sustituye la pasividad de los políticos. Gracias a sus acciones y presiones lleva años tomándole la delantera a la Administración.
Las protestas en los funerales religiosos por las víctimas civiles del accidente de Barajas del pasado verano, la rapidez con que se fundan asociaciones aconfesionales en España -las últimas en incorporarse a la red Europa Laica han sido Álava, Zaragoza, Toledo, Valencia y Granada- y, por encima de todo, la lucha diaria de los ciudadanos que consiguen la retirada de crucifijos en universidades, colegios, juzgados, hospitales, ayuntamientos y tanatorios públicos apunta, según los expertos, hacia la aconfesionalidad que propugna la Constitución y que no acaban de asimilar vuestros políticos.
Cada vez son más las parejas que al casarse por lo civil en los juzgados exigen que se esconda el fetiche de la cruz en el armario o en un cajón mientras dure la ceremonia.
Otros luchadores contra los fetiches católicos fueron los directores del colegio extremeño Enrique Segura que también retiraron de clase una escultura mariana, al igual que hicieron con la cruz, el Virgen de la Cabeza de Motril, el Isabel la Católica de Valladolid (pendiente de sentencia) o el General Navarro de Badajoz, …o los guardias civiles que pidieron la retirada de la Virgen del Pilar en la zona común del cuartel de Almodóvar del Río (Córdoba); o los alumnos y profesores que consiguieron (tras una sentencia del Supremo) quitar a la Virgen María del escudo de la Universidad de Valencia, o los ciudadanos que se quejaron por la presencia del crucificado en la sala de denuncias de la comisaría de La Laguna (Tenerife).

Poco a poco, paso a paso espero que logréis limpiar de fetiches vuestro espacio público.

La selva en la que habitamos nosotros siempre permaneció limpia de símbolos extraños… sólo se ensucia cuando apareceis vosotros.

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