viernes, 31 de octubre de 2008

EL CAZADOR, OTRA VERSIÓN DEL MONO ASESINO



Cuando bajasteis de los árboles y os adentrasteis en la sabana os valisteis de la visión binocular para medir las distancias con precisión. La visión estereoscópica que os permitía saltar de rama en rama, ahora os permitía lanzar una piedra o un palo con acierto.
La posibilidad de manteneros erguidos sobre vuestras patas posteriores os permitió, al pasar al bipedismo, mirar por encima de las altas gramíneas de la sabana y así descubrir la presencia de presas y la proximidad de depredadores.
La visión en color que en los árboles os ayudaba a reconocer a distancia si una fruta estaba madura, os permitió detectar toda la policromía del entorno y descubrir alguna presa escondida que escapaba de la visión en blanco y negro de otros depredadores.
Estabais bien equipados y, empujados por el hambre, os convertisteis en cazadores.

Antes cazabais para comer, ahora cazáis para divertiros. En otras palabras, el cazador actual mata por placer, de hecho, disfruta del placer de matar.
No os puedo ocultar el enorme asco que me dan vuestros cazadores del siglo XXI, justo el mismo asco que me da cualquier otro asesino que mata por placer.

Todos los monos domésticos asesinos, a los que vosotros llamáis cazadores, que me he encontrado a lo largo de mi vida, tanto en el Congo, como en España, siempre me han parecido unos animales agresivos, violentos y rudos.
Se necesita tener mala entraña para salir al campo armado con una escopeta en busca de vidas a las que poder segar.
Para más INRI, estos sujetos sin escrúpulos, se jactan de sus “trofeos” que en algunos casos disecan y cuelgan de las paredes de sus guaridas para poder presumir del recuerdo de sus fechorías.

En una ocasión, en un pueblo del Pirineo catalán, me encontraba reunido con un cazador y un biólogo; discutíamos sobre la necesidad de proteger parte de las montañas declarándolas de interés natural, en esta propuesta coincidíamos el biólogo y yo, en contra de esta propuesta se postulaba el cazador. En un momento de la discusión, ya algo subida de tono, el cazador se quitó su máscara y, crispado al máximo, nos espetó…” Si estas montañas se protegen, se hará un gran injusticia, ya que nuestros abuelos y nuestros padres siempre cazaron en ellas, si nos prohibís cazar en ellas, las QUEMAREMOS, de esta manera nosotros no las tendremos, pero vosotros tampoco".
Esta frase, que me quedó grabada, siempre la he identificado con el talante del cazador.

La “sensibilidad” de vuestros cazadores se pone de manifiesto en la forma de tratar a sus compañeros de caza…los perros, y muy especialmente a los galgos.
Vuestro país es el único, en toda la UE, que permite la caza con galgos y tenéis más de 400.000 censados.
Cuando esos fieles compañeros llegan a la edad de 7 años (la mitad de sus vidas) ya no les sirven para correr o cazar, entonces, sus amos, los cazadores, les premian su fidelidad y los servicios prestados…con la muerte.
Y aunque todos van armados con escopetas, son tan asquerosamente miserables, que buscan para matarlos los métodos más dolorosos que se les ocurren.
Generalmente optan por la horca….la que en realidad se merecen ellos.
La mente de estos asesinos es tan rebuscada que, por tradición, deciden ahorcarles lentamente. Les cuelgan de una cuerda pero cuidando de que las patas posteriores toquen el suelo, el cansancio hará que, con el tiempo, se dejen caer, muriendo ahorcados lentamente.
No me preguntéis por qué actúan así, ni ellos mismos lo saben… es la “tradición”, según ellos, “a los galgos hay que matarlos de esta manera”.
Y, como os conozco, no se os ocurra decirme que esto lo hacen sólo unos pocos cazadores. No serán tan pocos cuando las cifras de galgos martirizados hasta la muerte por vuestra especie en España llega a la monstruosa cifra de 50.000 galgos por año.




Este comportamiento me recuerda al supuesto “artista” Guillermo Vargas Habacuc, el cual en el año 2007, cogió a un perro abandonado de la calle, lo ató a una cuerda de tres palmos en la pared de una galería de arte y lo dejó allí para que muriera lentamente de hambre y sed, así permaneció varios días ante la mirada indiferente de los visitantes mientras contemplaban la agonía del pobre animal, el cual finalmente murió. Este “genio” ya se había hecho famoso al matar una vaca a martillazos en otra exposición. Para el “artista” y los visitantes eso sería “ARTE” pero para mí no deja de ser un acto delictivo más de otro mono de vuestra especie.

Volvamos a los cazadores y sus galgos…
Otros cazadores deciden que lo mejor para eliminar a sus fieles amigos es tirarlos VIVOS a un pozo o liquidarlos con una inyección de lejía o, simplemente, quemándolos vivos.
Así pagan su fidelidad y cariño.
¿Qué os parece?
Esos “humanos” son dignos representantes de vuestra especie.
Y como era de esperar, y conociendo a vuestras autoridades y jueces, no se conocen sentencias contra los maltratadores de galgos.
Y es que los humanos sois así… ¡ crueles como vuestros dioses ¡.


Cada año, los cazadores arrebatan la vida en vuestro país a 60.000 ciervos, 120.000 jabalís y otros 30.000 mamíferos, sin contar entre ellos a más de un millón de liebres, cuatro millones de conejos y 140.000 zorros.

En el apartado de aves las víctimas de esos asesinos en serie se cuentan por millones: tres millones de perdices, un millón de codornices, cinco millones de patos, gansos, faisanes, palomas, etc.

Estas cifras pertenecen al censo más conservador, otros datos cifran las víctimas en más de 30 millones por año.
Todo ello sin contar los millones i millones de presas que quedan malheridas por disparos, atrapadas en trampas y cepos, con todo tipo de fracturas y terribles heridas que se infectan y gangrenan, para morir más tarde después de terribles sufrimientos.
Estas criaturas no figuraran en las estadísticas, como tampoco aparecerán en ellas los millones de crías que mueren de hambre en sus refugios al haberles matado estos desaprensivos a sus madres. Serán meros “daños colaterales anónimos” de esos asesinos de vidas que seguirán matando y matando porque saben que nadie les juzgará y condenará por sus crímenes.

Lo más bochornoso de estos sujetos es que les oiréis proclamar, en el colmo de su desvergüenza, que contribuyen al equilibrio de la naturaleza ya que ejercen de “nuevos depredadores”
Son tan canallas que se callan que se cargan también a los pequeños depredadores, COMO YA HICIERON CON LOS GRANDES, simplemente porque les consideraron competidores en la caza.


Ninguno de estos cazadores necesita cazar para comer, por eso su catadura moral queda muy por debajo de la del chimpancé, el cual sólo caza ocasionalmente y sólo lo hace para obtener el aporte proteínico complementario que requiere su existencia.
Los cazadores de vuestro país cazan sólo por diversión, una diversión que les proporciona el placer de herir y asesinar, de ser verdugos de las demás especies que han tenido la desgracia de coincidir con ellos en el monte.

Se calcula que estos energúmenos disparan unos 250 millones de cartuchos contra presas indefensas.
Cada cartucho contiene unos 30grs de plomo (los más empleados son los de 32grs, aunque los de 28 y 36grs son también muy utilizados) en forma de unos 250 perdigones (el número de estos varía entre 68 y 1170 en función de su diámetro), así que un rápido cálculo nos permite deducir que en España se dispersan cada año unas 6000 toneladas de plomo en forma de unos 50.000 millones de perdigones.

Como consecuencia de esta contaminación masiva, se estima que más de 50.000 aves acuáticas mueren cada año víctimas del plumbismo al confundir los perdigones con piedrecillas.
Además el plomo va contaminado todo lo que deja a su paso. En España, esta es la primera causa de muerte de animales por intoxicación.
Esta situación se agrava en los humedales, ya que en España, con pocos humedales aunque muy importantes, la cifra estimada es de “sólo” 50 toneladas (de plomo depositado en humedales anualmente); ello os ha llevado a tener una de las concentraciones de plomo más altas del mundo en humedales con las consecuencias que ello tiene para los animales que allí habitan.

Luego dirán los cazadores a los “bobos de baba” que se los crean que ellos contribuyen al EQUILIBRIO DE LA NATURALEZA, cuando, en realidad lo que hacen es envenenar la ya maltrecha Tierra año tras año un poco más.
El plomo es resistente, y se estima que puede tardar entre 15 y 300 años en deshacerse totalmente en la naturaleza. Por tanto, el problema persistirá todavía durante muchos decenios, ya que los perdigones podrán ser ingeridos por las aves muchos años después de haber sido disparados.
La prueba de ello es que, si os dais una vuelta por el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, donde la caza allí está prohibida desde el año 1965, veréis que aún se detectan cerca de 100 perdigones/m2 en los primeros 20cms de sedimentos…43 años más tarde ¡¡¡
Según los biólogos, algunas zonas húmedas del mediterráneo español, en las que históricamente se ha practicado la caza de forma intensiva, presentan algunas de las concentraciones más altas de perdigones a nivel mundial, con cifras que superan los 2,5 millones por hectárea.
Cuando, al cabo de muchos años los perdigones se desintegran, aparece otro problema: el de la contaminación del suelo y del agua. En efecto, ese plomo metálico se transforma en diversos compuestos químicos, más solubles y más biodisponibles para las formas vivas.
Hay que tener en cuenta que sólo un perdigón de unos 120mg de peso y similar a los 50 millones que cada año se disparan en España, disuelto por completo, puede contaminar 12.000 litros de agua hasta el nivel crítico para el plomo de 10 microgramos por litro, valor fijado por la UE y la OMS a partir del cual no es considerada apta para consumo humano (y por tanto, también perjudicial para los demás animales).
A pesar de todo lo expuesto, los cazadores se niegan rotundamente a aceptar leyes que impidan el uso del plomo
(aunque sólo sea en los humedales, que representan un 0,8% del territorio en donde asesinan a animales).
Los cazadores rechazan que se pueda aprobar esta ley. Y repito, estos energúmenos os dirán una y otra vez que mantienen el equilibrio natural y que son amantes de la naturaleza. Pues bien, estos “amantes de la naturaleza” ante la inminencia de una nueva ley que prohibiría el uso de plomo por su elevada toxicidad, decidieron manifestarse en febrero del 2008 en Madrid para que les dejaran seguir matando con plomo, aunque esto perjudicara a la naturaleza.

Unos 700.000 monos domésticos, según los organizadores, y 40.000, según la Policía Nacional, partieron a las 12.00 horas desde la plaza de Lima y recorrieron el Paseo de la Castellana hasta la sede del Ministerio de Medio Ambiente. La manifestación estuvo convocada por la Real Federación Española de Caza (RFEC), la Oficina Nacional de Caza y la Asociación de Jóvenes Agricultores (ASAJA) y a ella se sumaron más de 40 organizaciones.

Uno de los manifestantes tuvo el morro de llevar una pancarta que rezaba: 'Por el campo, la caza y la conservación'…. Sin que nadie atinara a ponerle una camisa de fuerza.
Y ¿por qué se quejaban? …. Pues protestaban porque La Federación de Caza considera que los sustitutos al plomo como el acero, bismuto, tungsteno, o cerámica, ...SON MÁS CAROS ¡¡¡.
¡¡ YA VEIS LO QUE EN REALIDAD LES IMPORTA ¡¡

Dedicare más adelante 3 posts enteritos a estos malhechores (1.200.000 en vuestro país), pero hoy he querido sacar este tema a colación porque he leído en vuestros periódicos esta semana que una pobre osa tuvo la mala suerte de encontrarse con una de estas bandas de cobardes matarifes que acababa de invadir su territorio para disfrutar robando la vida a unos cuantos jabalíes.

Uno de esos monos armados vio a la osa que pasaba frente a él, a tan sólo dos metros de distancia SIN HACERLE NADA.
El bípedo primate empezó entonces a proferir todo tipo de gritos con el objetivo de asustar al plantígrado y evitar que se le acercara.

La pobre osa interpretó los gritos del cazador y los disparos de los acompañantes como un intento de agresión y acto seguido se abalanzó sobre el imprudente cazador mordiéndole en una pierna y arañándole en un brazo. Se limitó a esos “toques” en lugar de cebarse con él y destrozarlo. Acto seguido se marchó, sin más.

Inmediatamente los nativos del pueblo de Les, encabezados por el alcalde y los cazadores, se organizaron para matar en venganza por el mordisco y arañazo.
La masa de energúmenos enfurecidos hubiera terminado con la vida de la osa si no fuera porque un grupo de técnicos y especialistas lograron pararles a tiempo al convencerles de que ellos se encargarían de la captura incruenta.
El cabecilla de la banda, el alcalde, les hizo saber que si “no quedan contentos” ellos lo solucionaran por la fuerza de las armas.
De poco sirvió explicarles que los osos pardos están protegidos y que matarlos es un delito, que desde su reintroducción en el Pirineo catalán en 1996 este ha sido el primer caso de ataque en los últimos 12 años, que hubo circunstancias determinantes de este comportamiento inusual de la osa, como la imprudencia del cazador al chillar y bracear a un animal que se mostraba pacífico y que pasaba de largo, que fue el típico ejemplo de ataque de un animal acosado por los perros de los cazadores, que la osa pudiera estar preñada, que también es probable que estuviera alguna de sus crías (Polem y Bambou) cerca, que probablemente estuviese herida por los disparos efectuados para asustarla, etc.…
Ya sabéis, se trata de humanos, por lo tanto… PRIMERO MATAR…y luego hablamos…
Los políticos, ávidos de votos, se dedicaron al populismo y a soltar sus habituales “paridas”, como las del Síndic, que llegó a decir: "...Los propietarios de las montañas son los pueblos y la liberación del oso se ha llevado a cabo sin su consentimiento".
Como veis ese pobre infeliz ignora que los osos estaban antes de que los humanos se los cargaran.
Ese bípedo opina que el monte es de los monos y no de los osos
. Su cerebro no le da a entender que el bosque se debe compartir entre todas las especies animales y que en él caben tanto los osos como los primates.
La directora general Nuria Buenaventura, no obstante, recuerda que en el Pirineo siempre ha habido osos y que se están pagando sin problemas las indemnizaciones por ataques a ovejas y colmenas.
Quede claro también que de toda la fauna que habita los bosques, la más peligrosa es la de los primates armados con escopetas.
Cada año al llegar la temporada de caza, algo más de un millón de monos domésticos sedientos de sangre penetran en los bosques provocando millones de victimas entre las cuales se cuentan algunos ejemplares de su propia especie.
Nunca veréis ninguna declaración por parte del colectivo de cazadores para prohibir la caza porque se haya producido un accidente por culpa de sus armas de fuego.
Si visitáis hemerotecas leeréis sobre los muchos accidentes producidos por cazadores y, en cambio, ninguna muerte causada por osos.
A mi tanto me da que estos asesinos se maten entre ellos (casi lo prefiero) pero me sabe mal que maten al que sale al monte a disfrutar de la naturaleza con su familia, o al que pasea en bicicleta o se limita a sacar fotos de cualquier belleza natural.
¿Por qué nunca os preguntan si estáis de acuerdo con la intromisión de los cazadores en vuestro medio natural?
Hay muchas maneras de controlar la población de osos, jabalíes, etc. sin liarse a tiros a diestro y siniestro, pero ¿Quién controla a esos energúmenos? Ellos sí son un peligro y nadie habla de prohibirles la entrada al bosque.

En el momento de escribir estas líneas hay un gran despliegue de monos domésticos por el Pirineo persiguiendo a esta infortunada osa gris.
En la búsqueda participaron unos 30 agentes rurales y técnicos de Medio Ambiente del Consell General d'Aran y de la Generalitat, coordinados por un biólogo, con la ayuda de varios vehículos y helicópteros.
Hvala, que así se llama la osa, es perseguida por tierra y aire. Los helicópteros la tienen localizada (cosa harto fácil ya que antes se le había implantado un microchip en su vientre).
Ante la presión de las autoridades del valle de Aran posiblemente os veréis obligados a suspender el programa de reintroducción del oso pardo en el Pirineo después de que en un pasado masacrasteis a tiro limpio a la totalidad de estos bellos animales que allí vivían .
Lo verdaderamente triste es que por culpa del “susto” sufrido por uno de vuestros monos, todo el proyecto de reintroducción de una especie en extinción quedará anulado.

Se trata de un programa iniciado en Francia hace ya 12 años mediante acuerdo con la UE con los Gobiernos de Francia y España.
Las autoridades aranesas exigen la retirada de todos los osos en contra de la opinión de los científicos y grupos ecologistas.
Los ecologistas han interpuesto denuncia contra el sindico de Aran, que el juez desestimó por “falta de contenido y pruebas”.

Para la osa sólo terminara su calvario si logra escapar de este país y pasa a Francia. Una vez en la “Europa culta” se suspenderá la batida contra la osa en el país que acoge todo tipo de tortura y maltrato animal… por fin podrá descansar tranquila… y nosotros, los bonobos, (meros observadores de vuestro comportamiento) también dejaremos de sufrir.

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