No hace mucho aun os atrevíais a decir que una de las grandes diferencias entre los “hombres y los animales” estaba en el hecho de que el hombre era el único ser que utilizaba herramientas.
Tal afirmación era el resultado de vuestra ignorancia supina, y como la ignorancia es muy atrevida, una vez más metíais la pata hasta el remo.
Para demostraros cuan equivocados estáis paso a detallaros a continuación unos cuantos ejemplos en los que se ha demostrado de manera concluyente el uso de herramientas en otros animales.
El pájaro carpintero de las Galápagos (Cactospiza pallida) no posee el largo pico del típico pájaro carpintero, pero compensa su deficiencia utilizando espinas de cactus, los cuales usa para sacar insectos de las grietas de las cortezas (Bowman 1961). La espina del cactus es un perfecto substituto de su largo pico.
La tribu de los Yanomamis, de Sudamérica, utilizan como cuchillo el incisivo inferior de un roedor, el agouti (Chagnon, 1968).
El diente se utiliza como herramienta de la misma manera que lo utiliza el propio animal; la tribu carece de dientes tan agudos como los de estos roedores pero sustituyen su deficiencia utilizando las piezas dentarias arrancadas al agouti.
La Cyanocitta cristata, cuando se encuentra en cautividad encerrada en una jaula y no puede acceder a restos de comida que se encuentran fuera, arranca tiras de papel, las arruga, y las pasa a través de las rejas de la jaula para acercar pedazos de comida que se encuentran fuera de su alcance (Jones y Kamil 1973).
Las herramientas son también utilizadas por alimoches (Neophron percnopterus) los cuales lanzan piedras contra huevos de avestruz que no pueden romper, hasta que logran quebrarlos (Van Lawick-Goodall 1970).
Las nutrias se sumergen en busca de una piedra plana que colocan sobre su pecho para partir contra ella las valvas de moluscos.
Otros muchos animales (y no necesariamente vertebrados) utilizan herramientas.
Las hormigas (Aphaenogaster senilis) que se encuentran con una espesa gota de miel, buscarán pequeñas astillas de madera o cualquier particula sólida que sumergirán en el viscoso líquido. Esperarán el tiempo suficiente para que las astillas queden bien impregnadas de miel, acto seguido serán transportadas al nido. Las astillas habrán servido a las hormigas como herramientas para transportar la miel que de otra manera no se hubiese podido aprovechar.
En este ejemplo hablamos, no ya de vertebrados cercanos evolutivamente a vosotros, sino que nos referimos a invertebrados, concretamente insectos, utilizando herramientas.
Me imagino vuestras caras al descubrir que incluso los animales que se deslizan bajo la suela de vuestros zapatos son capaces de utilizar herramientas.
Como cura de humildad os va fenomenal ¡¡
Y no solamente os veis ahora obligados a admitir que los otros animales utilizan también herramientas sino que encima, debéis admitir algo aún más doloroso y humillante para vuestro ego, como es el hecho de que muchos de ellos fabrican y modifican sus herramientas para mejor solucionar los problemas que se les van presentando.
Aprenden a confeccionar y a modificar sus herramientas observando a sus compañeros de especie y de grupo.
Los jóvenes chimpancés observan a sus madres capturando termitas, luego cogen las herramientas que ella deja y juegan con ellas e intentan usarlas a su vez (Goodall 1970).
Por otra parte, la distribución de la utilización de herramientas en diferentes áreas prueba en el chimpancé la evidencia de que el uso de éstas se adquiere como tradición cultural.
Existen siete áreas en Africa en la que los chimpancés recolectan termitas, generalmente Macrotermes); en unos lugares se les ha visto en el acto de capturarlas y en otros se han encontrado sus herramientas cerca de los termiteros (McGrew et al. 1979).
En Kasoje (Tanzania), donde la Macrotermes es rara, los chimpancés capturan otra termita, la Pseudacanthotermes así como también hormigas.
Los chimpancés del Gabón, por su parte, ignoran las Macrotermes y utilizan las herramientas para obtener hormigas.
El uso de palos para obtener miel ha sido observado en sólo tres áreas, en Gombe y Kasakati en Tanzania, y en el Zaire (Teleki 1974).
Se han comparado los métodos utilizados por los chimpancés para recolectar termitas en tres poblaciones situadas en Gombe en el Este de Africa, Okorobiko (Río Muni) en Africa Central, y Monte Assirik (Senegal) en el Oeste de Africa.
Los chimpancés de Okorobiko no capturan las termitas de la misma manera que los otros; utilizan largos palos para hacer agujeros en los termiteros y recogen las termitas a mano. Esta es precisamente la técnica más efectiva para esta área debido a la particular estructura de los termiteros.
Hay otras diferencias en el uso de herramientas entre los chimpancés de estas tres áreas: los de Gombe no pelan la corteza de las ramas antes de usarlas y a menudo utilizan los dos extremos para hurgar por turno, mientras que los de Monte Assirik normalmente pelan las ramas y utilizan sólo un extremo, lo cual demuestra diferencias en las tradiciones culturales.
En algunos lugares usan otros objetos diferentes a palos y hierbas, como herramientas (Teleki 1974).
Algunos chimpancés se lavan los excrementos, la sangre, el polvo, y el barro, pero según la experta en chimpancés Jane Goodall, sólo lo hacen los de Gombe.
Los chimpancés también aplastan y mastican hojas para utilizarlas como esponjas para, una vez empapadas de agua y exprimidas, utilizarlas para beber.
La transformación de la hoja en esponja la efectúa el chimpancé al encontrarse con un depósito de agua de lluvia retenida en la concavidad de un tronco a la que no puede acceder para beberla. Con su "invento" el agua le será asequible y habrá resuelto el problema de manera inteligente.
Esta técnica sólo se ve en otra población semicautiva en Gambia (Goodall 1973).
Los chimpancés pueden utilizar también hojas para obtener los restos de tejido cerebral del cráneo de un animal muerto (Teleki 1973).
Como veis, resuelven sus problemas a base de razonar, y si razonan significa que son racionales.
Vuestra ignorancia os hace creer que sólo vosotros sois racionales, pero la evidencia, una vez más, os deja en el más grande de los ridículos.
Los demás animales también hacen uso de herramientas para amenazar o atacar, para obtener comida, o para cuidar su cuerpo. En efecto, todos los póngidos y muchos monos han sido observados lanzando ramas de árboles para asustar a los intrusos.
Los babuinos (Papio ursinus) bombardean con piedras desde la cima de una colina o acantilado, a los observadores humanos que se encuentran abajo (Hamilton 1975).
Los chimpancés en determinadas ocasiones utilizan palos como garrotes para golpear a depredadores disecados (Kortland 1972).
Otros chimpancés que habitan en Liberia y en la Costa de Marfil, utilizan piedras para romper las duras cáscaras de ciertos frutos (Teleki 1974). Se trata de una tradición local. Estas piedras son transportadas desde una cierta distancia y suelen tener el peso necesario para romper la cáscara.
El animal parece conocer la fuerza que debe aplicar y la altura desde la que debe dejar caer la piedra para reventar el fruto que previamente habrá depositado en la concavidad de alguna raíz de árbol que le servirá como yunque.
También algunos babuinos en estado salvaje rompen frutos duros golpeándoles con piedras sobre una roca, y los macacos de Singapur limpian su comida con hojas (Chiang 1967 y Marais 1969).
Los babuinos se limpian restos de fruta de la boca frotando con una piedra, y los chimpancés se limpian los dientes con palitos o astillas (Goodall 1970, McGrew y Tutin 1973).
Además, los monos y póngidos son capaces de utilizar el mismo objeto para diferentes propósitos. Como hemos visto las piedras pueden ser proyectiles, se pueden utilizar para romper las duras cortezas de los frutos, o para limpiarse; y los palos sirven como mazas, para cavar, y para hurgar en los nidos de los insectos.
Otro ejemplo del uso de herramientas lo tenemos en Gombe donde se alimentó durante mucho tiempo a los chimpancés con bananas que se sacaban de unas cajas; en varias ocasiones trataron de abrir las cajas con palancas fabricadas con ramas a las que les habían pelado las hojas y mordido un extremo para afilarlo. Una hembra que jamás había observado las cajas con anterioridad, vio a los demás trabajando desde lejos, y espero a que se marcharan para aplicar la palanca a la caja en el primer intento (Goodall 1970).
Los trabajos de Wright, en 1972, describen el comportamiento observado en el orangután llamado Abang, al cual se le enseñó a utilizar un pedernal para cortar un cordel que ataba un paquete, para poder hacerse con la comida de su interior. Con anterioridad se le había enseñado a fabricar el pedernal golpeando una gran piedra de cuarzo. En muy pocas sesiones dominó la técnica y utilizó las esquirlas para cortar el cordel.
Está pues dentro de la capacidad de los grandes primates la posibilidad de utilizar una herramienta para producir otra.
Con ello se pone de nuevo en evidencia a los humanos que afirman que tal habilidad sólo es posible en el ser humano.
Que los ejemplos que la Naturaleza os coloca día a día ante vuestras narices os hagan bajar de vuestro pedestal.
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