martes, 22 de enero de 2008

ANIMALIDAD HUMANA (2)

Sois, los animales humanos, (geológicamente hablando) un brote tar­dío en una de las muchas ramas del " árbol " de la Evolución

Las semejanzas entre vosotros y los demás monos no se reducen únicamente a la muy parecida morfología interna y externa así como a las coincidencias bioquímicas, sino que las afinidades se acentúan aun más al considerar la embriología y el proceso de desarrollo. Sólo los que perma­nezcan ciegos para los argumentos científicos se negarán a establecer la correlación inevitable entre el hombre y los demás animales.

En los primeros estadios de desarrollo, el animal humano es prácticamente indistinguible del resto de los mamíferos.



Uno de estos embriones es el vuestro, los otros pertenecen a una vaca, a un cerdo y a un conejo.

¿Cuál es el vuestro? ¿Tenéis problemas para distinguirlo, verdad?

No os quedéis con la duda, al final de este post tenéis la solución.

Pues bien, a pesar de no poderlos diferenciar, a uno le otorgáis un alma, mientras se la negáis a los demás. Uno es intocable… los demás manipulables. ¡Que vergüenza¡


Viendo su parecido, uno no puede pasar por alto la poca imaginación que tuvieron vuestros dioses al crearos. ¡Cada uno parece una copia descarada del otro¡

Las semejanzas cromosómicas y moleculares son verda­deramente impactantes.

Las pruebas bioquímicas han demostrado que las proteínas que constituyen vuestro cuerpo y el de los chimpancés son casi idénticas, diferenciándose sólo en menos del 1 %. Ello implica una relación a todas luces tan próxima que nosotros los bonobos y muchos de vuestros científicos sugerimos que, de no ser por vuestra soberbia de humanos y vuestro deseo de ser "diferentes" a toda costa, los chimpancés y nosotros deberíamos estar ya, y desde hace mucho tiempo, incluidos en vuestro Género, el género Homo.

Ello no os debe sorprender, ya que durante un tiempo, en el siglo XVIII, ya compartisteis el mismo género Homo con el chimpancé.
Lin­neo fue el primero en admitir que el hombre no ocupa un lugar singular en el ámbito de la Naturaleza sino que lo consideró como un miembro del grupo de los Primates. Lo incluyó dentro del género Homo y en la especie sapiens, pero a la vez dándole al propio Homo una segunda es­pecie, el Homo troglodytes, que era ni más ni menos que el chimpancé, considerado en la Edad Media como una raza de hombre pigmeo.

Vuestra soberbia no toleró demasiado tiempo esta situación e hicisteis marcha atrás, y un siglo después el chimpancé fue reclasificado en el género Pan, al cual pertenece hoy en día, pero ahora los biólogos del Instituto de Tecnología de Georgia, en Atlanta, Estados Unidos, después de comparar el ADN de seres humanos, chimpancés, gorilas y orangutanes, piden oficialmente que se reclasifique al chimpancé como parte del género Homo de manera ya definitiva.
Sus estudios apoyan la hipótesis de que el ser humano y el chimpancé deberían estar clasificados en el mismo género, porque no sólo compartimos genomas extremadamente similares, sino también un lapso de generación similar.
Lo mismo opinan científicos de la universidad del Estado de Wayne, en Detroit, Estados Unidos, que realizaron una exhaustiva comparación genética entre ambas especies. Los investigadores revelaron que el código genético del animal humano es un 99,4% igual al de los chimpancés.

Por el momento la ciencia ya os clasifica dentro de la familia HOMINIDAE junto con el chimpancé, el bonobo, el gorila y el orangután.

La verdad es que os debo confesar que los bonobos nos partimos de risa al imaginar vuestras caras cada vez que os hacemos notar que tanto vuestros padres, como vuestros reyes o Papas pertenecen a la familia del gorila y del chimpancé.

¿Qué tal os sienta como cura de humildad?





En mi próximo post escribiré sobre como castigais vuestra piel para ser más "bellos".

2 comentarios:

Lily dijo...

Yo prefiero ser un mono transformado que un hijo degenerado de Adan.

Paul Broca, fundador de una sociedad de (libre pensadores) uno de los pocos cientificos de su epoca que mostró adhesión a la tesis Darwiniana.

RINGO MAKUMBA dijo...

...los bonobos también lo preferimos ¡¡