jueves, 25 de noviembre de 2010

OS VISITÓ EL GRAN IMPOSTOR (II).



Da escalofríos pensar en lo que os costó el turismo de promoción del Gran Impostor
en Barcelona, entre el 6 y el 7 de noviembre. Sin lugar a dudas no bajó de los de 2,5 millones de euros, según confirmaron fuentes de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Se trata de una cuantía que en cualquier caso fue mayor, puesto que aún no ha trascendido qué le costará al Estado el dispositivo especial que hizo la Policía Nacional, ni tampoco el coste de las horas extras que el Govern pagó a Mossos d'Esquadra y trabajadores del Servei d'Emergències Mèdiques (SEM), que gestiona las ambulancias públicas.

Según las estimaciones oficiales, el Ayuntamiento de Barcelona se gastó unos 700.000 euros. De ellos, la mitad sirvieron para el acondicionamiento del espacio público, y la otra mitad para sufragar horas extras a la Guardia Urbana y los servicios de limpieza y mantenimiento. Por su parte, la retransmisión de la visita papal la asumió Televisió de Catalunya (TVC), y las estimaciones sitúaron su coste en los 800.000 euros.

Según un estudio, el coste de la visita del “sectario general de Dios en la tierra”, equivale a 70.000 mensualidades del subsidio de ayuda a parados de larga duración.

Por otra parte, la Diputación de Barcelona y la Generalitat destinaron 350.000 euros a habilitar en las Drassanes un centro internacional de prensa para los periodistas de todo el mundo que se acreditaron para cubrir el evento en Santiago y Barcelona. En la Ciudad Condal, 100.000 euros los asumió la Diputación de Barcelona, y 250.000 euros fueron a cargo de la Generalitat.
Fuentes del tripartito indicaron que el Ayuntamiento de Barcelona tuvo que pedir una ampliación de crédito para cubrir, entre otros gastos, las horas extras de su personal.

Europa Laica ya adelanta que el precio de la visita a Barcelona y a Santiago del Papa, añadido a lo que costará el viaje a Madrid, del 16 al 21 de agosto de 2011, subirá a los 29,8 millones de euros, cifra que corresponderá pagar al total de los contribuyentes, sean cuales sean sus creencias.

Comprenderéis que es una autentica obscenidad el que, en medio de una crisis galopante, se presente semejante sujeto a gorronear del erario público haciendo turismo por cuenta ajena. El hecho de que ese individuo se aviniera a viajar a costa de otros, en estas circunstancias, define la catadura moral del personaje en cuestión.

Lo más grave, con todo, es que el viaje del jefe de los católicos no fue sólo subvencionado por los de su secta, sino también, (y en contra de su voluntad) por agnósticos, ateos, musulmanes, etc.

Por supuesto, ante esta bochornosa situación se multiplicaron las protestas y manifestaciones tanto en Galicia como en Catalunya.

Muchos ciudadanos circularon con pegatinas de “Yo no te espero”. Los ateos fletaron un autobús con propaganda del estilo: «Más de 1,5 millones de catalanes son ateos y defienden la laicidad» o «Más de la mitad de los jóvenes catalanes no somos creyentes», y en muchos balcones colgaron sendas pancartas con frases de rechazo. Algunas de estas pancartas aconsejaban “vigilar y proteger a los niños ante la masiva presencia de curas en la ciudad”.

Las feministas criticaron la misoginia que traslada la Iglesia negándose, por ejemplo, a aceptar el sacerdocio femenino. "Somos brujas, somos pecadoras, somos mujeres libres. Manifestémonos contra el Papa", clamó el manifiesto del colectivo y es que, a su juicio, así las considera la institución clerical al querer decidir sobre sus cuerpos y libertades. "Fuera los rosarios de los ovarios" fue otra de las altisonantes proclamas.

Otra manifestación de protesta en contra de la visita del Papa congregó en la plaza de Sant Jaume de Barcelona a más de 3.000 personas. Albert Riba, presidente de Ateus de Catalunya y portavoz de la plataforma “Jo no t'espero” (integrada por 60 entidades que trabajaron desde julio para recibir al Papa a su manera), elevó la cifra a «5.000 asistentes» y aseguró que se trataba de «un éxito de convocatoria» que cubrió por completo sus expectativas. Se distribuyeron 2.000 banderolas, 4.000 chapas, 20.000 pegatinas.

Con la plaza de Sant Jaume repleta y presidida por un cartel que rezaba «En defensa de la laicidad. Yo no te espero», los asistentes empezaron a animarse con música de Dire Straits y acabaron de coger el tono cuando el presentador del acto, que les animó a seguir movilizándose en los próximos días, pronunció «Joseph Ratzinger». Los abucheos fueron entonces atronadores, y acto seguido comenzaron a desfilar por el escenario una veintena de personas para denunciar «la corrupción», la «misoginia» y otras tantas «atrocidades que ha cometido la Iglesia». Uno de los más aplaudidos fue el ex embajador de España en el Vaticano Gonzalo Puente Ojea, que definió muy acertadamente a la fe católica como «catecismo repugnante e indigno de un ser humano civilizado».

En los más de 60 minutos que duró la concentración, los participantes pudieron comprobar el ingenio de sus compañeros de protesta. Había pancartas de todo tipo («Niños venid, de los curas huid», «Vaticano, Guantánamo mental», Los asistentes arremetieron contra el Papa y la jerarquía católica. "Papa gorrón, viola bolsillos y conciencias" “Clero abusón, contigo ni Dios” o "Un infierno real: el Vaticano". No faltaron críticas a la religión, en general, por ser "un insulto a la inteligencia". Había jóvenes que ofrecían hostias, alguna chica disfrazada de monja y un hombre, Fernando Marín, que había llegado andando desde el Guinardó ondeando un monigote que recreaba al Papa pero con un preservativo en la cabeza en lugar del solideo. El mayor abucheo se lo llevó la entidad ultracatólica E-Cristians, por perseguir judicialmente a las clínicas abortistas en Barcelona. Y la ovación más cerrada, una frase lanzada a pleno pulmón desde el escenario: "¡Nos masturbamos, sí! ¡Y nos gusta!".

La diversidad de los manifestantes era enorme. Gente de todas las edades, de todas las orientaciones sexuales, de diferentes partidos de izquierda y de distintas nacionalidades que ovacionó al actor Leo Bassi cuando, justo antes de concluir el acto, les dedicó un alegato anticlerical y les explicó por qué iba vestido de bufón con sombrero incluido: «Estos días paseo disfrazado de payaso para que los niños me vean y que sus padres les expliquen lo que soy. Así, cuando llegue el domingo (y vean al Papa), igual alguno dirá: 'Mira, papá, otro payaso'».

Mientras, en Santiago, la principal manifestación paseaba pancartas con los lemas: "Libertad de expresión", "Visita papal, Estado policial", "Si quieren misa que la pague el Vaticano" o "vamos a quemar la Conferencia Episcopal por machista y patriarcal". Como era de esperar, conociendo vuestra historia reciente, la policía antidisturbios atacó a los manifestantes entre los que produjo varios heridos.

Paralelamente a estos actos de protesta de la “Resistencia” ante el “Estado de Sitio” impuesto por las autoridades, el comité de empresa de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) convocó un paro de 24 horas en todas las líneas metropolitanas para el domingo, 7 de noviembre, coincidiendo con la visita del gran jefe de la secta católica a Barcelona.

Paseando por la ciudad vi calles decoradas con los más diversos grafitis, así como varias fiestas paganas (con “fumeta” blanca incluida) o una misa-karaoke en un centro social de Barcelona.

Un grupo de Facebook: Volem el papa pel litoral (recordando la polémica del AVE) contó con varios centenares de miembros. Otro, Contra la visita del papa en Barcelona” superó los 5000. Una más, Movilízate si estás en contra de la visita del Papa acumuló más de 14.000 seguidores y se convirtió en un sitio clave para conocer las múltiples convocatorias antipapa que fueron surgiendo en los últimos meses y que encontraron en Internet y las redes sociales una herramienta fundamental de difusión.

Estado de Sitio.

Para preparar la venida a Barcelona del gran brujo de los monos domésticos, se sometió a los pobres ciudadanos catalanes a toda una serie de restricciones.

Cuatro días antes de su llegada ya se cortó el transito por la calle Provença, y no satisfechos con cortar el paso de vehículos prohibieron a los transeúntes utilizar algunos tramos de acera para proceder a instalar pantallas gigantes. En los días siguientes se fueron cortando más y más calles. En total, la visita del Papa a Barcelona supuso prácticamente el cierre de las ocho manzanas que rodean el templo de la Sagrada Familia.

Si los ciudadanos residentes en la zona querían invitar a alguien, este, se vio forzado a mostrar a los agentes autonómicos el DNI, el carnet de conducir o el pasaporte. Los policías autonómicos comprobaron que estuvieran limpios de antecedentes penales, antes de permitirles el acceso a la zona acotada. En algunos casos se determinó que el visitante llamara al anfitrión para que lo fuese a buscar y le acompañara a su domicilio. En otros casos fue la propia policía la que acompaño al visitante al domicilio del amigo o familiar.

A todos los vecinos de la zona se les advirtió que a medida que se acercara la hora de la llegada del Papa a la Sagrada Familia (las 9.30 horas) sería más difícil que estas personas invitadas pudieran acceder a sus destinos. Pasadas las 7.30, ya no valdría la pena intentarlo. Para evitar problemas se les aconsejó que los invitados pasasen la noche del sábado 6 dentro de esos edificios. Como si se tratara de un ARRESTO DOMICILIARIO.

Las estaciones de metro de la Sagrada Familia (líneas 2 y 5) se cerraron a medianoche del sábado 6. La estación de metro de Maragall de la línea 4, se cerró entre las 15 y las 18 horas, por la visita al colegio Nen Déu y líneas de autobuses de ese entorno del Guinardó fueron desviados.

Hasta 13 líneas de autobús sufrieron desvíos en su recorrido y otras 17, se vieron afectadas por cortes al paso de la comitiva.

Se anularon hasta 20 estaciones de Bicing desde las 15 hasta las 20 horas del domingo.

Hubo 4.000 agentes de los Mossos en la calle (incluidos los aspirantes a agente), uno por cada cinco metros del recorrido. Y algunos de ellos se encargaron de formar el cordón paralelo al vehículo en el que se desplazó Benedicto XVI.

Con anterioridad, los Mossos d'Esquadra analizaron los datos de la población empadronada en las calles por las que iba a discurrir la comitiva pontificia. Avisaban a los propietarios de los pisos que alquilaban balcones ese fin de semana, que "si ocurría algo en él sería responsabilidad de los titulares de la vivienda".

Se retiraron un total de 512 contenedores de la zona, con lo que los ciudadanos se vieron obligados a guardar la basura en sus casas durante varias horas y, durante el domingo los bares fueron forzados a prescindir de sus terrazas.

Las seis horas que Benedicto XVI permaneció en Santiago el sábado, obligaron a un despliegue sin precedentes en Galicia, con más de 6.000 efectivos policiales que velaron por la seguridad en el viaje del Super Brujo. En la capital gallega trabajaron más de 4.000 agentes de la Policía Nacional de las unidades de Intervención Policial, Unidad Central de Protección, GEO, Subsuelo, Guías Caninos, helicópteros, TEDAX, Información e Seguridad Ciudadana.

La ciudad condal contó con uno de los mayores dispositivos policiales de la década, que implicó a efectivos de la Casa Real, la Policía Vaticana, el Ejército del Aire, la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona, además de Bomberos y equipos de emergencias médicas.

Los Mossos d'Esquadra activaron la mayoría de sus unidades especializadas, como la unidad canina, la del subsuelo, la brigada móvil y los grupos especiales de intervención (GEI), además de multitud de agentes de paisano.

La policía autonómica catalana movilizó también a muchos de sus agentes en prácticas para que colaborasen en las tareas de seguridad, principalmente en el trayecto que realizó el “Visitante” entre la sede del arzobispado y la Sagrada Familia en el papamóvil.

Paralelamente se tomaron por parte de las autoridades toda una serie de medidas propias de un Estado de Sitio.

En primer lugar se trataba de abortar posibles convocatorias “sospechosas”. La red social Facebook eliminó el jueves el grupo "Queer Kissing Flashmob" y el perfil de los administradores que convocaban a gays, lesbianas y simpatizantes de la lucha por los derechos homosexuales a besarse delante del Papa durante su visita a Barcelona. El sindicato que la anunció, la CGT, se ha vio obligado a dar marcha atrás «porque el Ayuntamiento la consideró ilegal basándose en un decreto de 1975 y la multa que podría aplicarse en caso de celebrarla superaría los 250.000 euros», manifestó el portavoz de la organización, Josep Garganté. Precisamente el veto de Facebook a la besada homosexual en Barcelona ayudó a dar al evento una difusión que ni sus propios creadores podían imaginar: "Medios de los cinco continentes recogieron la cita", explicó Joan Pérez, uno de los cuatro amigos que idearon la protesta. A pesar de todas las trabas y prohibiciones la cadena de besos entre gays tuvo lugar y fue todo un éxito. Las imágenes del múltiple morreo dieron la vuelta al mundo en las portadas de todos los periódicos. En Santiago de Compostela también se hizo una cadena humana de besos por los lugares por los que circuló la comitiva vaticana.

Hubo censura al estilo franquista. La policía ordenó la retirada de diversos carteles contra la visita del Papa. Se vetó la publicidad de un libro ateo en los buses urbanos, se obligó a retirar un artículo crítico de la web de un diario gallego, mientras la revista humorística “Retranca” fue secuestrada por meterse con el capitoste vaticano, etc.

Se controló e investigó todo el personal relacionado directa o indirectamente con el evento. El Arzobispado de Barcelona remitió pocos días antes a las Fuerzas de Seguridad del Estado los datos personales de los 6.500 invitados que accedieron al interior del templo de la Sagrada Familia durante la ceremonia de consagración al culto de la basílica, que presidió el “famoso mago” el 7 de noviembre, y a la que únicamente pudieron asistir los monos domésticos portadores de una invitación nominal cursada por la diócesis. La policía pidió disponer de esa información con varias semanas de antelación a la llegada del cónsul de Dios en la Tierra a Barcelona para poder analizarla y cotejarla de manera preventiva con sus archivos de datos…. como suelen hacer con los presuntos delincuentes.

El control afectó a 2.140 feligreses representantes de las parroquias; un millar de sacerdotes; 800 cantores; varios centenares de empleados en las obras y servicios del templo, que pudieron acudir al evento con un acompañante, y los colectivos de religiosas, enfermos y minusválidos que siguieron la ceremonia en el área denominada por los servicios de seguridad zona cero. En ella se ubicaron también, las autoridades presididas por los Reyes.

El arzobispado dejó a criterio de los párrocos la distribución de invitaciones entre los feligreses para entrar en el templo. A cada parroquia se le reservaron 10 pases, cuya petición nominal hubo que comunicar al arzobispado. Este remitió la información a la policía y, una vez analizada, los fieles elegidos recibieron sus entradas personales. En la parroquia de la Mare de Déu dels Desemparats, de L'Hospitalet de Llobregat, por ejemplo, se comunicó a los fieles, al final de la misa, que quien estuviera interesado podía rellenar el formulario de solicitud.

Los Mossos d'Esquadra, encargados de la vigilancia del recorrido de Benedicto XVI por Barcelona investigaron previamente la población empadronada en las calles por las que iba a discurrir la comitiva.

Se interfirieron y bloquearan los teléfonos móviles de los ciudadanos, los cuales no funcionaron o lo hicieron mal, ya que las múltiples interferencias les impedirán poder hablar. Por la misma causa fallaron también los mandos a distancia de los parkings o de los coches (en algunos casos ya estaban inutilizados dos días antes de la fecha señalada). Esa falta de cobertura se dio a consecuencia de la concentración de los inhibidores de frecuencia que durante esos días se colocaron en los alrededores del templo. Los inhibidores policiales sirven para desactivar el funcionamiento de determinados aparatos que se puedan utilizar en contra de la seguridad de una personalidad. Los coches blindados de los miembros de la Casa del Rey o del Gobierno, por ejemplo, tienen inhibidores de una amplia gama de frecuencias que impiden, a su paso, el funcionamiento de un mando a distancia.

El domingo en el templo, además del barrido que hicieron los Mossos d'Esquadra, se encontraba en el lugar la furgoneta con inhibidor que acompaña siempre a los integrantes de la Casa del Rey y los de los vehículos de las personalidades que acudieron a la ceremonia. Aquellas personas que estuvieron cerca de la fuente de inhibición del aparato en sí, no pudieron hablar a través de sus móviles.

La situación se repitió de nuevo en la posterior visita del Pontífice al hospital Nen Déu, donde también se realizó un barrido de frecuencias de la zona. Los barridos de frecuencia se realizan con unos aparatos cada vez más sofisticados que, por ejemplo, no inutilizan las frecuencias de radio que ese día utilizaron los diferentes cuerpos policiales. En algunas ocasiones, sin embargo, la potencia es tan grande que los inhibidores afectan incluso a los televisores, como ocurre cuando el presidente de EEUU se desplaza al extranjero.

Durante estos días se suspendieron los conciertos y actos públicos multitudinarios. Se modificó incluso el horario del partido de primera división que se jugaba en la ciudad de Barcelona, el Espanyol – Málaga, que se obligó a jugar en sábado a partir de las 22 horas. En mitad del partido se apagaron los nuevos marcadores del estadio debido, según se dijo, a ensayos previos con inhibidores situados en las cercanías.

Llegados a este punto, os hago la siguiente reflexión. ¿Por qué tantas medidas? ¿Por qué tanto miedo? ¿No bastaba con los cuatro cordones de seguridad que iban a rodear al gran Brujo de los primates humanos?

Los bonobos nos partimos de risa cuando consideramos que vosotros insistís en que este impostor es el delegado de Dios en la Tierra. Nos contáis que es su legítimo representante, escogido por Él mismo por “inspiración del Espíritu Santo”.

Si eso es así, queda claro que este sujeto disfruta, sin duda, de la más hermética y blindada de las protecciones…LA PROTECCIÓN DIVINA ¡¡ ¿Por qué temer? No olvidéis que, según vosotros, Dios es omnipotente y, sin duda, no dejará que nada le suceda a su representante… ¿Verdad?

Toquemos de pies en el suelo. Vosotros, con toda esa parafernalia protectora, os descubrís a vosotros mismos. Con todo ello no hacéis sino demostrar que, COMO NO CONFIAIS EN LA PROTECCIÓN DIVINA, LE APORTAIS PROTECCIÓN HUMANA. O sea que, o sois más ateos que yo (cosa por otra parte sumamente difícil) o tenéis un cerebro mononeuronal.

La Iglesia una vez más “os ha levantado la camisa” para escarnio del resto del mundo animal.

continuará....

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