En estos momentos hay más de 1.300.000 especies de animales descritas para la ciencia. Entre todas ellas destaca una ciertamente maligna por su gran afán destructor, por su gran capacidad de odiar y por su afición a la tortura. Una especie que disfruta matando y que se proclama “Reina de la Creación”. A esta especie pertenecen los monos domésticos. A esta especie, perteneces tú.
Estos días me he entretenido indagando sobre vuestro curriculum de fechorías en lo que atañe al apartado de “Fiestas Populares”. Me he horrorizado al descubrir como os entretenéis y divertís en España a costa del dolor, martirio y muerte de una gran diversidad de animales. Vuestros antepasados os han domesticado para la diversión cruenta y os han legado incontables tradiciones teñidas de sangre que vosotros trasmitís a vuestros hijos.
En demasiadas ocasiones, el animal humano institucionaliza la tortura, bajo la forma de "ritos culturales".
En España cada año más de 30.000 reses bravas son públicamente apaleadas, pinchadas, taladradas con garfios, arrastradas con una soga por el cuello, cegadas con la brea abrasadora que rezuma del embolado, degolladas y castradas, todo ello en medio de la burla y el jolgorio del animal humano. A las vaquillas se las lidia en los lugares más insospechados (durante el verano incluso son toreadas en piscinas).
Se repiten año tras año espeluznantes escenas de malos tratos a los toros en las fiestas populares, ya sea en los festejos del "Toro por los huevos" en Coria, del "Toro lanceado" en Tordesillas, del "Jubileo del toro" en Medinaceli, del "Toro del aguardiente" en Candas, o de la "Corrida marinera" de Sitges.
En Cariñena (Zaragoza) se ejecuta el llamado "Toro de ronda", en donde al animal se le coloca también el clásico par de antorchas sobre la cornamenta, que salpican gotas ardientes a cada movimiento. Al mismo tiempo es objeto de todo tipo de vejaciones: se le golpea cruelmente, se le clavan pinchos y garrochas, se le perforan los ojos (de los que manan chorros de sangre), dejándosele morir poco a poco en la más cruel agonía. Una vez desollado, la contemplación de su piel llena de agujeros y quemaduras, es una visión verdaderamente estremecedora.
En algunos pueblos los toros son heridos a navajazos. En Zamora se le cruje a puñetazos. En Colmenar (Madrid) se les persigue con tractores hasta que se logra atropellarles. En Fuenlabrada les apuntillan con una pala de excavadora.
En Igea, localidad riojana cerca de Calahorra, se monta en la plaza una especie de estrado hecho con troncos, que es por donde se encaraman los mozos para evitar la embestida del toro. Cuando la vaquilla les sigue, resbalando por los troncos, los mozos la agarran por los cuernos aupándola por la grada en pendiente. Entonces desde lo más alto la sueltan para que el animal se deslome, la idea es producirle fracturas, de tal gravedad, que la inmovilicen.
En Cuacos de Yuste (Cáceres) se celebra en agosto la fiesta en honor del Cristo del Amparo. A las seis de la tarde grupos de mozos esperan impacientes la salida del toro frente a los toriles. Cada uno de ellos va armado con una banderilla. El divertimiento consiste en clavar las múltiples banderillas con fuerza y rabia sobre el lomo del maltrecho animal. El toro es acorralado con insistencia por los mozos, que poco a poco lo van convirtiendo en una masa sanguinolenta. Los bramidos de dolor del cornúpeta se mezclan con los de jolgorio de la multitud. A las tres horas de tortura continua, el pobre animal cae extenuado. Una vez inmolado se le echan encima los niños del lugar, los cuales intentarán hacerse con las banderillas ensangrentadas, como trofeos. Aunque tamaña salvajada fue prohibida en 1963 por Orden Ministerial del 28 de septiembre, continúa celebrándose con toda normalidad, todos los años agosto.
En Coria (Cáceres) se suelta un toro que inmediatamente es acribillado con dardos hasta que su cuerpo aparece completamente agujereado. Estos dardos (fabricados por las monjas del convento de Coria) se le pueden clavar tanto en el lomo como en el morro, ojos, o genitales. Cuando se han terminado los dardos, se le sigue lanzando todo tipo de objetos. Cuando cae, aún vivo, se le arrancan los testículos.
Estos días me he entretenido indagando sobre vuestro curriculum de fechorías en lo que atañe al apartado de “Fiestas Populares”. Me he horrorizado al descubrir como os entretenéis y divertís en España a costa del dolor, martirio y muerte de una gran diversidad de animales. Vuestros antepasados os han domesticado para la diversión cruenta y os han legado incontables tradiciones teñidas de sangre que vosotros trasmitís a vuestros hijos.
En demasiadas ocasiones, el animal humano institucionaliza la tortura, bajo la forma de "ritos culturales".
En España cada año más de 30.000 reses bravas son públicamente apaleadas, pinchadas, taladradas con garfios, arrastradas con una soga por el cuello, cegadas con la brea abrasadora que rezuma del embolado, degolladas y castradas, todo ello en medio de la burla y el jolgorio del animal humano. A las vaquillas se las lidia en los lugares más insospechados (durante el verano incluso son toreadas en piscinas).
Se repiten año tras año espeluznantes escenas de malos tratos a los toros en las fiestas populares, ya sea en los festejos del "Toro por los huevos" en Coria, del "Toro lanceado" en Tordesillas, del "Jubileo del toro" en Medinaceli, del "Toro del aguardiente" en Candas, o de la "Corrida marinera" de Sitges.
En Cariñena (Zaragoza) se ejecuta el llamado "Toro de ronda", en donde al animal se le coloca también el clásico par de antorchas sobre la cornamenta, que salpican gotas ardientes a cada movimiento. Al mismo tiempo es objeto de todo tipo de vejaciones: se le golpea cruelmente, se le clavan pinchos y garrochas, se le perforan los ojos (de los que manan chorros de sangre), dejándosele morir poco a poco en la más cruel agonía. Una vez desollado, la contemplación de su piel llena de agujeros y quemaduras, es una visión verdaderamente estremecedora.
En algunos pueblos los toros son heridos a navajazos. En Zamora se le cruje a puñetazos. En Colmenar (Madrid) se les persigue con tractores hasta que se logra atropellarles. En Fuenlabrada les apuntillan con una pala de excavadora.
En Igea, localidad riojana cerca de Calahorra, se monta en la plaza una especie de estrado hecho con troncos, que es por donde se encaraman los mozos para evitar la embestida del toro. Cuando la vaquilla les sigue, resbalando por los troncos, los mozos la agarran por los cuernos aupándola por la grada en pendiente. Entonces desde lo más alto la sueltan para que el animal se deslome, la idea es producirle fracturas, de tal gravedad, que la inmovilicen.
En Cuacos de Yuste (Cáceres) se celebra en agosto la fiesta en honor del Cristo del Amparo. A las seis de la tarde grupos de mozos esperan impacientes la salida del toro frente a los toriles. Cada uno de ellos va armado con una banderilla. El divertimiento consiste en clavar las múltiples banderillas con fuerza y rabia sobre el lomo del maltrecho animal. El toro es acorralado con insistencia por los mozos, que poco a poco lo van convirtiendo en una masa sanguinolenta. Los bramidos de dolor del cornúpeta se mezclan con los de jolgorio de la multitud. A las tres horas de tortura continua, el pobre animal cae extenuado. Una vez inmolado se le echan encima los niños del lugar, los cuales intentarán hacerse con las banderillas ensangrentadas, como trofeos. Aunque tamaña salvajada fue prohibida en 1963 por Orden Ministerial del 28 de septiembre, continúa celebrándose con toda normalidad, todos los años agosto.
En Coria (Cáceres) se suelta un toro que inmediatamente es acribillado con dardos hasta que su cuerpo aparece completamente agujereado. Estos dardos (fabricados por las monjas del convento de Coria) se le pueden clavar tanto en el lomo como en el morro, ojos, o genitales. Cuando se han terminado los dardos, se le sigue lanzando todo tipo de objetos. Cuando cae, aún vivo, se le arrancan los testículos.
El calvario del "Toro de la Vega" (Tordesillas) tiene lugar durante el mes de septiembre. Al toro se le obliga a correr por las calles del pueblo para acabar en la vega del río Duero, donde ya le esperan sus verdugos (unos 100 lanceros), los cuales, montados a caballo, le irán acosando hasta que uno de ellos logre "la proeza" de matar al animal con su lanzada para luego cortarle los testículos. Dicho sujeto será premiado con una lanza de oro. Este festejo es subvencionado con fondos públicos y dedicado a la Virgencita de la Peña. Idéntico trato sufre el toro en Hita (Guadalajara) cada 6 de julio.
También se persigue y acosa al toro hasta la muerte en Armuña de Tajuña (Guadalajara). Otro tanto ocurre en Fuentelaencina, donde vale todo, excepto matar al toro durante las horas nocturnas, que es cuando se celebra la "fiesta". Hasta la salida del sol, el toro no puede morir.
Al "bou embolat" se le suelta a las 12 de la noche en multitud de pueblos de Castellón. Al toro se le amarra a una soga y sobre su cornamenta se coloca una armadura metálica rematada en cada extremo por bolas de pez y estopa. Acto seguido se les prende fuego. El animal con el fuego sobre su testa corre despavorido y poseído de un pánico cerval a lo largo y ancho de una noche interminable, mientras sufre toda suerte de vejaciones. No sólo es víctima del miedo, sino que lo es también del dolor provocado por la ardiente brea que, rezumando de la estopa en llamas, le abrasa sus ojos, cara y morro. También se celebra el mismo tipo de salvaje ritual en Amposta y en Ulldecona.
Al "bou embolat" se le suelta a las 12 de la noche en multitud de pueblos de Castellón. Al toro se le amarra a una soga y sobre su cornamenta se coloca una armadura metálica rematada en cada extremo por bolas de pez y estopa. Acto seguido se les prende fuego. El animal con el fuego sobre su testa corre despavorido y poseído de un pánico cerval a lo largo y ancho de una noche interminable, mientras sufre toda suerte de vejaciones. No sólo es víctima del miedo, sino que lo es también del dolor provocado por la ardiente brea que, rezumando de la estopa en llamas, le abrasa sus ojos, cara y morro. También se celebra el mismo tipo de salvaje ritual en Amposta y en Ulldecona.
Quemar toros es muy “divertido” en Medinaceli (Soria), Daroca, Cariñena, Ricla, La Almunia de Doña Godina, Figuerolas y Villafranes (Zaragoza); Luzema del Cid (Castellón) y Játiva (Valencia) entre otras poblaciones.
En Illana (Guadalajara), en el mes de agosto, se emborracha a una vaquilla ("La Vaquilla del Aguardiente"), la cual es arrastrada por todo el pueblo entre las burlas de la gente, hasta que muere agotada… o despeñada.
En Móstoles, lo “divertido” es lapidarlos, apalearlos y pincharlos con tenedores hasta su muerte en un pasillo cerrado de 300 metros de largo por 10 de ancho.
En Benavente (Zamora) en el mes de julio, es tradición atar a una vaquilla a una larga cuerda y arrastrarla por las calles del pueblo hasta que muere despellejada y agotada.
En Ciudad Rodrigo, en agosto, se coloca una barrera en mitad de la calle. Dicha barrera deberá ser saltada por el toro, si no lo consigue, es castigado duramente y finalmente se le ejecuta de un tiro.
En Fuenlabrada (Madrid) se somete a un toro a las más crueles torturas durante horas, a base de clavarle navajas y palos afilados, moliéndole a golpes...hasta la muerte. Posteriormente se le cortan los testículos (ritual de simbología marcadamente machista con el que terminan muchas de las inmolaciones en las que se involucra al toro). El mismo trato innoble sufre el toro de Garciaz (Cáceres), cada 25 de julio.
En Fuentesauco (Zamora), los toros son conducidos a la plaza clavándoles cuchillos y golpeándoles con palos, una vez en la plaza, el pueblo entero los mata a navajazos. Otros “acuchillamientos culturales” se repiten en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Consuegra (Toledo), donde la vaquilla acuchillada por los mozos se filma y se pasa por video en la discoteca; Mondejar (Guadalajara), Fuentelaencina (Guadalajara), donde la vida de la vaquilla se va en los filos de los cuchillos, navajas y tijeras de los vecinos del pueblo, que las esgrimen por la calles y por las plazas.
Los toros son ensogados y enmaromados en: Benavente (Zamora), Amposta (Tarragona), Tomelloso (Ciudad Real) y en Grazalema (Cádiz). El acto consiste en arrastrar al toro por todo el pueblo, por lo que a menudo la parte de la cabeza queda totalmente desollada por los tirones.
Los mozos de Valdemorillo (Madrid) gozan reventando a una vaquilla. Para lograrlo se lanzan en masa sobre ella.
En Cebreros (Avila) se estrangula a una vaquilla, que posteriormente será arrastrada por todo el pueblo ante las burlas de la multitud. En Amposta (Tarragona) la "proeza" consiste en atar a un toro por los cuernos, para después tirar de los mismos. El pobre animal es paseado de esa guisa hasta que ya no puede más. Cuando llega este momento se le sacrifica públicamente.
Los "corre-bous", "bou capllaçat" y "bou embolat", se celebran en 17 poblaciones del Baix Ebre y del Montsià.
Todo tipo de actos criminales perpetráis contra el noble toro en : Algeciras con "La Fiesta del Toro Embolao", Arcos de la Frontera con "El Toro del Aleluya", Los Barrios con "La Fiesta del Toro Embolao", Banacoaz con "La Fiesta del Toro de Cuerda", Chipiona con "El Toro del Moscatel", Grazalema con "El Toro del Domingo de Resurrección" y "Lunes del Toro", Puerto del Real con "La Feria del Toro", Puerto de Santa María con "El Toro del Aguardiente", San Roque con "El Toro Ensogao", Ubrique con "El Toro del Aguardiente", Vejer con "El Día del Toro Embolao" y "Los Toros de la Peá", Villamartín con "La Velada de Santa Ana ", etc. etc.
La lista sigue y sigue, hasta teñir con la sangre inocente de vuestras victimas a 97 pueblos de España.
Se da el caso paradójico de que, por una parte, se promulgan leyes para proteger a los animales de tales ritos y, por otra, son las mismas autoridades las que los promueven, asistiendo a algunas de estas celebraciones. El propio presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, asistió al "corre bou" de Cardona en 1983, mientras que al año siguiente fue el presidente de la Diputación de Barcelona, el que lo presidió. En esta misma población, su alcalde tuvo la desfachatez de declarar que: "...el toro ni sufre ni se lo pasa mal,...más bien se divierte...". ¡¡ Canalla ¡¡
Además de torturar vaquillas durante las fiestas populares, en España maltratáis también todo tipo de animales.
En las cucañas se suelen introducir en ollas pequeñas crías de conejos o gatos, que caen al suelo desde una notable altura al ser partida la olla de barro a bastonazos.
En Málaga se cuelgan conejos y palomas de los árboles, para que los ciudadanos puedan ejercitar sus habilidades de tiro al blanco. Las piedras utilizadas como proyectiles se venden al precio de 20 céntimos de euro.
En La Rioja tiene lugar la tradicional carrera de gallos. Los jinetes que participan en ella deben arrancar la cabeza a 11 gallos que cuelgan por las patas de una cuerda, cual guirnalda viva.
En Guarrete (Zamora) en el mes de septiembre, mozos a caballo armados con sables decapitan a gallos vivos colgados boca abajo. En Cataluña se celebran las "cucalles", en las que se cuelga de una cuerda a unos cuantos ánades, y luego les van dando tirones, hasta arrancarles la cabeza.
En Vimbodí, en el mes de agosto, se libera un cerdo dentro de un círculo formado con balas de paja. Previamente ha sido cubierto de grasa. Los mozos deben capturarlo y, en menos de un minuto y medio, colocarle unas bragas y un sujetador.
En Cáceres un burro es arrastrado por las calles con el hombre más pesado del pueblo encima, hasta que cae reventado por el peso del individuo ante el regocijo del populacho. Una vez en el suelo es rematado a golpes.
Los periódicos de media Europa y varios programas de televisión del Continente, se hacen eco cada año de la denuncia contra el pueblo cacereño de Villanueva de la Vera. El grito unánime es el de: "¡Salvad al burro!", y miles de telegramas, la mayoría firmados por niños, llegan a esta localidad durante los días del "festejo". Las protestas no surten efecto y, año tras año, se escenifica el aprehendimiento, juicio y muerte de un muñeco que representa a un personaje llamado Pero-Palo que, según la tradición, fue un judío, un ladrón y un "putero". El sábado de Quincuagésima, los mozos confeccionan un muñeco en un extraño ritual sin la presencia de curiosos. El muñeco se monta sobre un pollino, el cual será maltratado a golpes, patadas, etc.
Los reporteros extranjeros desplazados para cubrir el acto son insultados y golpeados por los lugareños, que tratan de impedir cualquier tipo de información gráfica sobre el acontecimiento que pueda escandalizar a la Europa civilizada.
En Illana (Guadalajara), en el mes de agosto, se emborracha a una vaquilla ("La Vaquilla del Aguardiente"), la cual es arrastrada por todo el pueblo entre las burlas de la gente, hasta que muere agotada… o despeñada.
En Móstoles, lo “divertido” es lapidarlos, apalearlos y pincharlos con tenedores hasta su muerte en un pasillo cerrado de 300 metros de largo por 10 de ancho.
En Benavente (Zamora) en el mes de julio, es tradición atar a una vaquilla a una larga cuerda y arrastrarla por las calles del pueblo hasta que muere despellejada y agotada.
En Ciudad Rodrigo, en agosto, se coloca una barrera en mitad de la calle. Dicha barrera deberá ser saltada por el toro, si no lo consigue, es castigado duramente y finalmente se le ejecuta de un tiro.
En Fuenlabrada (Madrid) se somete a un toro a las más crueles torturas durante horas, a base de clavarle navajas y palos afilados, moliéndole a golpes...hasta la muerte. Posteriormente se le cortan los testículos (ritual de simbología marcadamente machista con el que terminan muchas de las inmolaciones en las que se involucra al toro). El mismo trato innoble sufre el toro de Garciaz (Cáceres), cada 25 de julio.
En Fuentesauco (Zamora), los toros son conducidos a la plaza clavándoles cuchillos y golpeándoles con palos, una vez en la plaza, el pueblo entero los mata a navajazos. Otros “acuchillamientos culturales” se repiten en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Consuegra (Toledo), donde la vaquilla acuchillada por los mozos se filma y se pasa por video en la discoteca; Mondejar (Guadalajara), Fuentelaencina (Guadalajara), donde la vida de la vaquilla se va en los filos de los cuchillos, navajas y tijeras de los vecinos del pueblo, que las esgrimen por la calles y por las plazas.
Los toros son ensogados y enmaromados en: Benavente (Zamora), Amposta (Tarragona), Tomelloso (Ciudad Real) y en Grazalema (Cádiz). El acto consiste en arrastrar al toro por todo el pueblo, por lo que a menudo la parte de la cabeza queda totalmente desollada por los tirones.
Los mozos de Valdemorillo (Madrid) gozan reventando a una vaquilla. Para lograrlo se lanzan en masa sobre ella.
En Cebreros (Avila) se estrangula a una vaquilla, que posteriormente será arrastrada por todo el pueblo ante las burlas de la multitud. En Amposta (Tarragona) la "proeza" consiste en atar a un toro por los cuernos, para después tirar de los mismos. El pobre animal es paseado de esa guisa hasta que ya no puede más. Cuando llega este momento se le sacrifica públicamente.
Los "corre-bous", "bou capllaçat" y "bou embolat", se celebran en 17 poblaciones del Baix Ebre y del Montsià.
Todo tipo de actos criminales perpetráis contra el noble toro en : Algeciras con "La Fiesta del Toro Embolao", Arcos de la Frontera con "El Toro del Aleluya", Los Barrios con "La Fiesta del Toro Embolao", Banacoaz con "La Fiesta del Toro de Cuerda", Chipiona con "El Toro del Moscatel", Grazalema con "El Toro del Domingo de Resurrección" y "Lunes del Toro", Puerto del Real con "La Feria del Toro", Puerto de Santa María con "El Toro del Aguardiente", San Roque con "El Toro Ensogao", Ubrique con "El Toro del Aguardiente", Vejer con "El Día del Toro Embolao" y "Los Toros de la Peá", Villamartín con "La Velada de Santa Ana ", etc. etc.
La lista sigue y sigue, hasta teñir con la sangre inocente de vuestras victimas a 97 pueblos de España.
Se da el caso paradójico de que, por una parte, se promulgan leyes para proteger a los animales de tales ritos y, por otra, son las mismas autoridades las que los promueven, asistiendo a algunas de estas celebraciones. El propio presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, asistió al "corre bou" de Cardona en 1983, mientras que al año siguiente fue el presidente de la Diputación de Barcelona, el que lo presidió. En esta misma población, su alcalde tuvo la desfachatez de declarar que: "...el toro ni sufre ni se lo pasa mal,...más bien se divierte...". ¡¡ Canalla ¡¡
Además de torturar vaquillas durante las fiestas populares, en España maltratáis también todo tipo de animales.
En las cucañas se suelen introducir en ollas pequeñas crías de conejos o gatos, que caen al suelo desde una notable altura al ser partida la olla de barro a bastonazos.
En Málaga se cuelgan conejos y palomas de los árboles, para que los ciudadanos puedan ejercitar sus habilidades de tiro al blanco. Las piedras utilizadas como proyectiles se venden al precio de 20 céntimos de euro.
En La Rioja tiene lugar la tradicional carrera de gallos. Los jinetes que participan en ella deben arrancar la cabeza a 11 gallos que cuelgan por las patas de una cuerda, cual guirnalda viva.
En Guarrete (Zamora) en el mes de septiembre, mozos a caballo armados con sables decapitan a gallos vivos colgados boca abajo. En Cataluña se celebran las "cucalles", en las que se cuelga de una cuerda a unos cuantos ánades, y luego les van dando tirones, hasta arrancarles la cabeza.
En Vimbodí, en el mes de agosto, se libera un cerdo dentro de un círculo formado con balas de paja. Previamente ha sido cubierto de grasa. Los mozos deben capturarlo y, en menos de un minuto y medio, colocarle unas bragas y un sujetador.
En Cáceres un burro es arrastrado por las calles con el hombre más pesado del pueblo encima, hasta que cae reventado por el peso del individuo ante el regocijo del populacho. Una vez en el suelo es rematado a golpes.
Los periódicos de media Europa y varios programas de televisión del Continente, se hacen eco cada año de la denuncia contra el pueblo cacereño de Villanueva de la Vera. El grito unánime es el de: "¡Salvad al burro!", y miles de telegramas, la mayoría firmados por niños, llegan a esta localidad durante los días del "festejo". Las protestas no surten efecto y, año tras año, se escenifica el aprehendimiento, juicio y muerte de un muñeco que representa a un personaje llamado Pero-Palo que, según la tradición, fue un judío, un ladrón y un "putero". El sábado de Quincuagésima, los mozos confeccionan un muñeco en un extraño ritual sin la presencia de curiosos. El muñeco se monta sobre un pollino, el cual será maltratado a golpes, patadas, etc.
Los reporteros extranjeros desplazados para cubrir el acto son insultados y golpeados por los lugareños, que tratan de impedir cualquier tipo de información gráfica sobre el acontecimiento que pueda escandalizar a la Europa civilizada.
En Manganeses de la Polverosa, hasta hace poco, aun se cumplía cada año con el vergonzoso ritual (en el que la Iglesia juega un papel muy destacado) de precipitar una cabra desde lo alto del campanario de la iglesia.
Tampoco los gallos escapan de la barbarie del animal humano. En algunos pueblos se entierra el gallo o gallina, dejando sólo el cuello y la cabeza fuera del suelo. Acto seguido se venda los ojos a unos cuantos niños, a cada uno de los cuales se le da un palo a fin de que puedan reventarle la cabeza al gallo, de un trancazo. El primero que lo logra es proclamado vencedor. Los padres y abuelos aplauden a rabiar el bastonazo certero.
A los gansos se les cuelga por las patas de una soga, y algunos concursantes a caballo llegan al galope para tratar de cortarles la cabeza de un solo tajo.
En Lequeitio (Vizcaya), el 5 de septiembre, se celebra la "Fiesta de los gansos". Los marineros avanzan en traineras hasta colocarse debajo de un ganso vivo, que cuelga boca abajo pendiente de una soga. Uno de ellos salta hasta lograr agarrarse al cuello del desdichado animal. Una vez asido el ganso, se tira de la cuerda, y el que logra aguantar mayor número de "alzadas" sin arrancar el cuello de cuajo, resulta vencedor.
A los gansos se les cuelga por las patas de una soga, y algunos concursantes a caballo llegan al galope para tratar de cortarles la cabeza de un solo tajo.
En Lequeitio (Vizcaya), el 5 de septiembre, se celebra la "Fiesta de los gansos". Los marineros avanzan en traineras hasta colocarse debajo de un ganso vivo, que cuelga boca abajo pendiente de una soga. Uno de ellos salta hasta lograr agarrarse al cuello del desdichado animal. Una vez asido el ganso, se tira de la cuerda, y el que logra aguantar mayor número de "alzadas" sin arrancar el cuello de cuajo, resulta vencedor.
Desde hace más de 70 años, en Roses (Cataluña), el 15 de agosto se lanzan 200 patos al mar, los cuales deberán ser capturados por nadadores que participan en esta "competición" marítima. Muchos de los pobres animales perecen ante la brutalidad de los participantes, otros terminan con extremidades rotas. Los trofeos vivos o agonizantes quedan en poder de sus captores para lo que gusten disponer.
La Ley catalana de Protección de los Animales no tolera malos tratos y prohíbe, específicamente, que estos sean entregados como trofeo (" Llei de Protecció dels Animals ": Artículos 2.2.a, 2.2.f y 4.1. ). Los dos primeros artículos prohíben " maltratar, o agredir físicamente a los animales o someterlos a cualquier otra práctica que les produzca sufrimiento o daños injustificados, y hacer donación como premio, recompensa, o regalo de compensación, por adquisiciones de naturaleza distinta a la transacción onerosa de animales”. Por otra parte el Artículo 4.1., prohíbe " el uso de animales en espectáculos, luchas y otras actividades, si estas pueden ocasionar sufrimiento, o pueden ser objeto de burlas o tratos antinaturales, o bien herir la sensibilidad de las personas que las contemplen”. A pesar de que el Ayuntamiento de Roses fue sancionado por no cumplir estas leyes y de que el propio alcalde aconsejó la suspensión de la fiesta, bastó una campaña vecinal de recogida de firmas, y que se amenazara al Consistorio con retirarle los votos en las próximas elecciones, para que la suspensión quedase sin efecto.
"L'empaitada d'ànecs", tiene lugar también, en Llafranc, Palamós y Calella de Palafrugell.
Todo este tipo de canalladas forman parte de la "cultura popular española" legado de vuestros ancestros. Yo maldeciría mi suerte de haber nacido en un país donde tamañas brutalidades tienen lugar.
Si triste es constatar, una y otra vez, como el pueblo llano disfruta con la tortura de los animales, más doloroso es comprobar como algunos "filántropos" les apoyan en sus reivindicaciones de tortura. El departamento de Antropología Cultural de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona (UB) interpuso en 1988 una demanda ante el "Síndic de Greuges" (Defensor del Pueblo en Catalunya), solicitando la rectificación del artículo 4 de la ley de Protección de los Animales. Según estos antropólogos, “los "corre bous" son una parte irrenunciable del patrimonio cultural de nuestro pueblo". Afirman que "su prohibición sería comparable a la redacción de una ley que prohibiera la constitución de los grupos de "castellers". Sin comentarios !....
Por lo que se ve, poco les importa a estos antropólogos la tortura que sufren los animales víctimas de los ritos ancestrales del primate humano. Justifican la tortura de un ser vivo en aras de una supuesta "cultura ancestral". Si los ritos de sangre deben ser mantenidos a toda costa por formar parte del acervo cultural de un pueblo, podríais haber mantenido también, toda una serie de ritos violentamente cruentos, que el mono doméstico diluyó en la historia de los tiempos. Si todo lo arcaico fuese digno de conservar, ¿Por qué razón no seguís practicando las orgías y las autocastraciones propias de los ritos dionisíacos, o la venta de esclavos, o la quema de brujas, o los festejos religiosos con las consabidas víctimas humanas, ofrecidas a los dioses?
El que una fiesta, o una costumbre, sea tradicional, no basta para justificar la violencia. Por otra parte no todo lo que se llama tradición lo es en realidad. A menudo se proclama que algo es tradicional porque arranca de un pasado que se juzga remoto (aunque sea relativamente reciente). Cualquier tradición ha debido aparecer por primera vez en un momento dado de la historia. En el momento de aparecer no era en absoluto tradicional, sino revolucionaria, por lo nueva.
Por desgracia, conociéndoos, se que muchos de vosotros al leer eso exclamareis: ¡¡ Qué bestias ¡¡ o ¡¡ Qué animales ¡¡.
Eso demuestra que sois unos monos a los que también os han domesticado vuestras expresiones junto con vuestras mentes.
¡¡ No seáis hipócritas y expresaros correctamente de una puñetera vez ¡¡.
¿Acaso conocéis a otro animal, aparte de vosotros, que se comporte así ? Ninguno ¿Verdad? Pues exclamaros con un ¡¡ QUÉ HUMANOS ¡¡ … Y haréis justicia a la realidad de vuestra horrible naturaleza humana.
Eso demuestra que sois unos monos a los que también os han domesticado vuestras expresiones junto con vuestras mentes.
¡¡ No seáis hipócritas y expresaros correctamente de una puñetera vez ¡¡.
¿Acaso conocéis a otro animal, aparte de vosotros, que se comporte así ? Ninguno ¿Verdad? Pues exclamaros con un ¡¡ QUÉ HUMANOS ¡¡ … Y haréis justicia a la realidad de vuestra horrible naturaleza humana.
El trato que dais a tantos animales en las fiestas populares de tantos y tantos pueblos de vuestro País, nos habla, bien a las claras, de la miseria de vuestra condición humana.. y de paso, de la de vuestros perversos dioses, los cuales, según vosotros os crearon a su imagen y semejanza.
Nosotros, los bonobos, visto vuestro comportamiento criminal, nos congratulamos de no pertenecer a vuestra especie. Pienso que, para bajar del árbol y evolucionar hasta convertirnos en lo que os habéis convertido,…mejor nos quedamos en nuestros árboles, disfrutando en paz de nuestros bosques y de la vida animal que nos rodea.
1 comentario:
Cuánta razón. Gracias por el artículo.
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