domingo, 23 de agosto de 2009

LA ESTUPIDEZ HUMANA

En mi afán por conoceros me introduzco en una tertulia de monos domésticos que debaten sobre diversos temas en un camping del norte de Catalunya. El grupo esta formado por humanos adultos de diferentes edades que oscilan entre los 40 y los 74 años. Debaten sobre diferentes temas que abarcan lo divino y lo humano.


En el grupo se hallan representadas todas las capas sociales: un teniente de alcalde, un director de la Caixa, un directivo de un equipo de fútbol, un albañil, etc. Al poco rato se añade al grupo un conductor de autobús.

En un momento dado el recién llegado afirma que “el hombre NO es un animal” y que “los animales no piensan”.

No me sorprendo demasiado pues, en el año y medio que os he ido tratando, me he hecho a la idea de que la imbecilidad de algunos humanos no tiene límite.


Me dirijo al insensato y le pregunto:

- Pero tú ¿No eres un mamífero?

- Por supuesto que no ¡¡ me responde.

Me armo de paciencia y me dispongo a hacerle razonar (algo verdaderamente difícil en el ser humano).

- ¿Tienes pezones?, le pregunto.

- Sí, responde.

- ¿Te amamantó tu madre de pequeño?

- Sí, replica.

- Pues si mamaste de pequeño y tú mismo tienes pezones será que eres un mamífero ¿Verdad?

- Sí, pero no soy un animal.

- Y entonces ¿Qué eres?

- Soy un humano terrestre ¡¡

- Ah ¡¡ pero… ¿Es qué hay humanos acuáticos o aéreos?, le pregunto.

Baja la cabeza desconcertado… pero yo le sigo presionando.

- Y…. ¿Quién te ha dicho que los animales no piensan?

- Lo sé yo y lo dice todo el mundo.

- Vamos a ver… Imagínate que en una habitación, donde hay un chimpancé, colocas una silla, un par de bastones y del techo cuelgas un plátano. El chimpancé ve que no puede llegar al plátano, por ello arrastra la silla hasta colocarla justo debajo de la fruta y al ver que no llega, intenta alcanzarla con un bastón desde la silla. Al comprobar que el palo es demasiado corto, le enchufa el otro para poder, de esta manera, hacer caer de un golpe seco el plátano. El chimpancé tenía un problema y lo ha resuelto a base de razonar, y si ha razonado es, evidentemente, un animal racional. Cosa que desgraciadamente no puedo decir de ti, puesto que tú no has razonado antes de expresarte. Ante este ejemplo ¿Todavía mantienes que los animales no piensan?


Destrozados sus “argumentos” no sabe que responder y, al no saber que decir…se retira por “el foro” abandonando el grupo avergonzado.

Imagino que él queda desconcertado ante su ignorancia,... y yo me convenzo un poco más de la imbecilidad humana.

Luego me cuentan que es un conocido Testigo de Jehová…y entonces aun me encajan mejor las piezas.


Toma la palabra el albañil, de origen gallego:

- Los animales son muy malos. En mi tierra los lobos matan a todas las ovejas del redil para comerse sólo a una.

Todos asienten a sus palabras… aunque dejan de mover la cabeza en sentido afirmativo cuando le pregunto al albañil su opinión sobre la bondad o maldad del hombre.

- El hombre es bueno, me responde sin dudar.


Le acerco un periódico y le invito a que lea en voz alta los titulares. Poco a poco aparecen las masacres por bomba en Irak, episodios de violencia de género, incendios forestales intencionados, etc. Una vez repasada la lista de las habituales fechorías humanas, le recuerdo que eso son algunos “detalles” del comportamiento del ser humano durante el día anterior.

Ante la evidencia, intenta escapar del bochorno recordándome de nuevo la “maldad” del lobo que “mata a muchas ovejas para sólo comer una”.


Una vez más me impongo el deber de ayudarle a reflexionar aunque, al ser un mono domestico, asumo que será una tarea ardua…

- Imagínate por un instante que tú eres el lobo. Tienes hambre y deseas cazar por la noche una oveja por sorpresa. Al llegar al cercado te encuentras con que ante tu presencia todas las ovejas rompen a balar en el silencio de la noche “chivándole” al pastor tu presencia en el redil. El lobo, que esta hambriento y necesita comer para sobrevivir, muerde a las ovejas en la yugular para irlas silenciando una a una con inusitada rapidez. Convendrás conmigo que no tiene otra manera de conseguirlo. Por último, huirá con el cuerpo de la última oveja “silenciada” que devorará tranquilamente en un lugar apartado.

Aquí no hay maldad, sólo previsión, lógica y comportamiento inteligente.


El albañil ya no abre más la boca, y yo me pregunto ¿Por qué a los humanos les da tanta pereza pensar y razonar, antes de sentenciar?


La mayoría de los asistentes a la tertulia son ciudadanos de Portbou, un bello pueblo de la costa catalana, el último pueblo español antes de entrar en Francia.


Me cuentan algunos de los contertulios que su principal distracción la encuentran en la pesca.

Me intereso por la fauna marina de sus aguas y me desgranan una lista interminable de los peces que capturan. Al terminar la lista, uno añade que también capturan, matan y comen un mamífero marino. Yo salto en mi silla a la vez que les pregunto por el nombre de esta especie y todos al unísono me informan que se trata de una raya, en concreto, la Raya común (Raja clavata). Me pongo las manos en la cabeza ante semejante disparate. ¡¡ Lo que faltaba, esta gente confunde peces con mamíferos ¡¡

- ¡¡¡ La raya común ¿ UN MAMIFERO? ¡¡¡ exclamo.

- Por supuesto, me responden. .. Gestan fetos, dan a luz a sus crías, tienen huesos y dan de mamar a sus bebes, como los mamíferos, y eso lo saben todos los pescadores del pueblo, todos lo comentan y siempre se ha dicho y ha sido así.

Mis ojos siguen abiertos como platos.


Les pregunto si conocen las características de los mamíferos.

Les recuerdo que son animales de sangre caliente, con mamas, que son alimentados con la leche de sus madres cuando son crías. Les aseguro que las rayas no tienen ninguna de estas características al tratarse de peces y que por lo tanto no pueden ser mamíferos.

Les pregunto si alguna vez se les ha ocurrido pensar sobre esto o si han mirado alguna enciclopedia, diccionario o buscado por Internet (casi todos tienen ordenador).

Respuesta negativa. Todo el pueblo se limita a seguir y a creer lo que las diferentes generaciones se han ido pasando boca a boca por el pueblo. Gracias a ello han institucionalizado la ignorancia en el pueblo at eternum.


Y de nuevo os he de preguntar ¿Por qué os costará tanto a los humanos pensar con lógica?


Para colmo, uno de los asistentes me recuerda que la ballena es un pez ya que lo dice la Biblia a propósito de la historia de Jonás.

No tengo más remedio que recordarle que eso demuestra que la Biblia está escrita por "catetos" en temás de Ciencia.


Aparte de demostrarme que los monos domésticos frecuentemente tenéis urticaria y mareos cuando os toca pensar, el ejemplo de la raya en Portbou nos explica de manera clara y diáfana el porque del éxito de las religiones entre vosotros. Os creéis a pies juntillas los disparates escritos en libros supuestamente “santos” y os ahorráis pensar con lógica, no fuera que os pudiera estallar la cabeza.


Preferís vivir en la ignorancia y la superstición y así abonáis el terreno a los brujos tribales que viven a costa de vuestra ignorancia.

Me queda muy claro que sólo los animales humanos podéis tener religiones ya que en vosotros se dan todas las circunstancias para su éxito. Por eso TODAS las religiones son enemigas del progreso.


Pongo la tele y el Telediario me reafirma más en mis creencias basadas en evidencias.

Resulta que en el pueblo de Sitges (importante centro turístico y capital gay de Europa) al mono doméstico se le prohíbe mostrar la carne de su torso por las calles. Así son las disposiciones municipales.

Contranatura, la Ley prohíbe en plena canícula de agosto del 2009, con termómetros a 40 grados que el primate humano se desplace sin camisa, la multa es de 350 euros.

ESTAIS DOMESTICADOS hasta este punto.

Ah, pero eso sí, si queréis enseñar el culo en Sitges no tendréis problemas, os podréis pasear por las calles del pueblo en tanga, siempre que os tapéis el torso.


Lo dicho, estáis “piraos”. Sois el hazmerreír del Reino animal. No conozco animales más estúpidos que los de vuestra especie.


Después de tan ilustrativo Telediario decido seguir un programa cultural sobre la vida del animal humano en Marruecos. Ante las cámaras aparece una hembra marroquí que nos cuenta que en su cultura, cuando una mujer quiere conquistar a un hombre, debe lavarse la vagina con agua y con esa misma agua le preparará acto seguido un te al hombre que desea enamorar.

Conclusión: si bien suspendéis en inteligencia, en guarrería, os aseguro que sacáis un notable alto.


Evidentemente, si sois capaces de creeros tales cosas, de echar las cartas, de creeros a Rappel, a lo que dice la Biblia y a la bruja Lola, no me vengáis luego con el cuento de que sois animales racionales…que no cuela.


Apago la Tele y abro un periódico, allí leo que la Iglesia debe cambiar sus costumbres. El temido virus H1N1 acecha al “Rey de la creación” el cual, admitiendo su derrota, se verá obligado a cambiar su forma de vida de ahora en adelante… ¡¡ Qué paradoja ¡¡.


La medalla de la “Virgen del Sagrario” en Toledo, que habitualmente besabais, ya no la podréis besar…. Sólo tocar.

Ya de por si, el hecho de que os creáis que tocando un determinado metal os podías santificar, es un claro ejemplo de que no estáis en vuestros cabales aparte de ser un claro ejemplo de fetichismo de los múltiples que os inculca y fomenta la Iglesia Católica.


Os debo confesar que como bonobo estudioso del comportamiento del primate humano, suelo visitar vuestras iglesias, plagadas de fetiches, para observar vuestros esperpénticos ritos tribales dirigidos a vuestros dioses.

En una de ellas se desarrolla estos días un nuevo ritual recién estrenado en honor del virus de la gripe A.

Sobre una mesita se deposita un trozo de metal, una medalla de la Virgen bendecida por el brujo de la tribu. Previamente se ha encargado de engañaros convenciéndoos de que el trozo de metal os transmitirá poderes mágicos benéficos. Bastará con tocarla, ya no podrá besarse como antes. Hay que evitar la contaminación vírica a toda costa.

Naturalmente como sois humanos y tenéis limitadas vuestras facultades intelectuales, en ningún momento se os ocurrirá pensar que si los poderes de la Virgen no sirven para derrotar al virus … MEJOR SERÍA ADORAR AL VIRUS ¡¡¡.


Pero volvamos a la mesita, la medalla se deposita en un extremo de la misma sobre un papel con las instrucciones de manejo pertinentes. En el centro de la mesa, el brujo de la tribu, infinitamente más listo que vosotros, ha colocado una bandeja llena de monedas y de billetes para “sugerir” lo evidente. Si observáis la distribución de los objetos veréis que la bandeja es la que preside la mesa, relegando la medalla a un extremo de la misma. (OBSERVAR ATENTAMENTE EL VIDEO)


Y ¿Cómo actúa el mono domestico para sustituir el beso prohibido?

De las maneras más diversas, todas ellas dignas de estudio. Unos se besan la mano y, a continuación tocan la medalla, piensan que con semejante maniobra- trampa es como si hubiesen besado la medalla. Sin embargo, al ser humanos, no se les ocurrirá pensar que habrán contaminado su mano al tocar donde todos tocan y que, a continuación contaminaran todo lo que toquen con esa mano….incluso su boca (la que en ningún momento tocó la medalla).

Una feligresa, creyéndose muy lista, le cuenta a la cámara que graba el reportaje, que ella se limita a lanzar el beso al aire y que “la Virgen ya lo recogerá¡¡ Pobres diablos ¡¡ ¡¡Santa inocencia¡¡ Uno ya no sabe si reír o llorar …en fin, lo de siempre.


Hoy empieza el Ramadán, durante un mes el primate humano que siga determinada religión se vera obligado a pasar hambre y sed, desde la salida del sol, hasta su puesta. Durante este tiempo tampoco podrá tener ningún comportamiento sexual (una vez más el sexo como víctima propicia de las religiones). Un nuevo y claro ejemplo de cómo la religión os domestica a fondo.

Domestica durante horas vuestro aparato digestivo y reproductor. Poco importa que en pleno agosto las altísimas temperaturas despierten vuestra sed como un aviso de que el cuerpo se deshidrata y necesita urgentemente incorporar más agua. ¡¡Hay que joderse ¡¡… pero cuidado, EN SENTIDO FIGURADO, que el sexo también está prohibido ¡¡¡¡.


Cuando explico estas costumbres a los demás animales que nos acompañan en la selva y les pregunto si esas son costumbres de animales inteligentes o son un ejemplo de todo lo contrario, su respuesta es unánime….y, por supuesto coincide con la mía.


Los monos domésticos os pasáis la vida persiguiendo la inteligencia y el sentido común…el problema es que tanto una como el otro, corren mucho más que vosotros.


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