miércoles, 20 de agosto de 2008

VUESTRAS HEMBRAS Y EL ISLAM



En países como Irak, gracias a un decreto del ór­gano supremo de justicia, un marido puede matar a su mujer, su madre, su her­mana, su nieta o su sobrina, por adulterio, sin que por ello tenga que res­pon­der ante la justicia. Basta con la sola sospecha. Este decreto que exime a los machos de responsabilidades penales por el asesinato de cualquier hembra de su familia responsable de adulterio, fue promul­gado por el propio Consejo de la Revolución de Irak.
Las autori­da­des de Irak jus­tificaron en su día la iniciativa legal del decreto menciona­do en la necesidad de "proteger del vicio a la socie­dad y fo­mentar la virtud y la moralidad".
La realidad es que dicho decreto les permite eliminar a las disidentes políticas progre­sistas, a la vez que ejercer un eficaz sistema de control demográfico, teniendo en cu­enta que des­pués de ocho años de in­tensas guerras había crecido mu­cho la población femenina. Aún hoy, en Irak, se suele lapidar a las mu­jeres en pala­cios de deportes para poder ofrecer el espectáculo a una mayor au­dien­cia de público.

La mujer argelina se enfrenta con problemas de parecido estilo. Desde 1990, los fanáticos de Alá (Comandos Defensores de la Fe) sa­quean las casas de las divorciadas o, incluso, de las mujeres que vi­ven solas; atacan a las que no llevan chador o a las que se vis­ten al uso occidental. Su intolerancia les lleva a destrozar an­tenas de te­le­visión, para que estas no puedan detectar las "imágenes pecami­no­sas pro­pias de la cultura europea".
Los más osados, arra­san las salas de baile, llegando incluso a incendiar las casas de las prosti­tutas con ellas y sus hijos dentro. Pretenden que la mujer no salga de casa sin permiso de su esposo, hermano, padre o tío, que permanezca en la tí­pica "zenana" (sala donde se retiene a la espo­sa, en la que sólo puede pene­trar su marido, su padre, su hermano o su tío).

E­xigen la posibi­lidad de poder repudiar a la mujer y de darle muerte si es sos­pe­chosa de adul­terio. Para ello se la suele introducir den­tro de un saco y se le da muerte a pedradas.


En algunos lugares, como en Irán, la mujer es también víctima del fana­tis­mo religioso. Bajo el régimen de Jomeini (durante los años o­chen­ta) cualquier mujer que mos­trara parte del antebrazo podía ser a­rres­tada y mutilársele una mano.
Se las obligaba a vestir luto per­ma­nen­te por las víctimas de la guerra con Irak. Podían ser encar­ce­la­das si se las veía usar un pañuelo de otro color o por no llevar me­dias bajo el chador, aunque lo más probable era la flagelación pú­bli­ca. La rein­cidencia implicaba la pena de muerte.
Si llevaban el velo bajo, los guardias de Jomeini se lo subían hasta la frente, don­de se lo clavaban con chinchetas. Caso de ser descubiertas con los la­bios pin­tados, se los frotaban con un trapo y cristales rotos.
Las tor­turas eran de lo más sofis­ticadas: desde lanzar contra las pi­ernas de las detenidas je­ringuillas llenas de ácido, con la ayuda de tira­chi­nas, a introducir­les ser­pientes en la vagina, una vez viola­das.
Los fusi­lamientos fingidos estaban a la orden del día. Du­rante las no­ches, los altavo­ces reprodu­cían los gritos que se habían graba­do a las tor­turadas durante el día. Ello aterrorizaba a las 40 pre­sas que se amon­tonaban en cada una de las celdas pensa­das para 10 personas.

La mujer iraní necesita el permiso (escri­to) de su ma­rido para poder tra­bajar, estudiar o, incluso, salir de casa.
Según el Islam (Artículo 13), "No puede con­siderarse a las mu­jeres como perso­nas fia­bles, por ello no podrá con­fiárseles puestos de respon­sabili­dad".
Cu­ando el marido llega a ca­sa, la mujer debe reci­birlo con agua y una toa­lla limpia, para darle la bienvenida; lo cual me recuerda, por sospechosa coincidencia, los consejos de la católica Pilar Primo de Rivera (ver mi último post publicado el 10 de agosto).

El a­dulte­rio se paga con la mu­erte (pero sólo en la mujer). El código penal jomei­nista reza: "La mujer será enterrada hasta el pecho y será lapi­dada hasta la muerte por piedras que la cubran por completo. Pie­dras que no serán lo suficiente­mente grandes como para matar de un sólo golpe, ni tan pequeñas que no se las considere "piedras". La muerte debe ser lenta y será provocada por las heridas o por la asfi­xia bajo las pie­dras". Si sobreviven de­masiado tiempo, se las remata allí mismo.
Para las lapi­daciones no hay límite de edad. Se lapida tanto a niñas como a ancia­nas.
Las que son vírgenes son violadas con an­teriori­dad a su muerte, ya que su religión asume que si mueren vírge­nes van al cie­lo.

Durante el mandato de Jo­meini se utilizaron (y aún se utili­zan) unos aparatos diseñados para cortar limpiamente, manos, pies y bra­zos. La infección de las heridas provoca la muerte a mu­chos mutilados.


Los padres podían ser procesados y los hijos flagelados si, al entrar un inspector de Jomeini en sus casas, se descubría que los hi­jos y las hijas no esta­ban separados por sexos.

En los cole­gios, los sexos se mantienen separados, y las maestras cobran un ter­cio del sala­rio de los maestros. Las ni­ñas, úni­camente pueden ser enseñadas por mujeres, y el escaso número de és­tas pro­voca que el 70 % de las hembras sean analfabetas. Por otra parte les está prohi­bido es­tu­diar canto, ya que: "la voz de la mu­jer excita al hom­bre", según manifiestan las autoridades iraníes.

Hace tan solo tres semanas, en pleno siglo XXI, en Yemen, unos 2000 clérigos musulmanes se unieron a políticos conservadores y jefes tribales para declarar que la participación de las mujeres en política es “haram” (¡¡ Pecado ¡¡).
A continuación redactaron un edicto islámico o “fetua” que prohíbe la participación de mujeres en las elecciones.

En la declaración de esos “iluminados” figura el siguiente párrafo: “Advertimos que si abrimos las puertas a las mujeres, saldrán de sus casas y se mezclaran con los hombres”.. “Si salen de sus hogares y coinciden con hombres en los lugares de trabajo, surgirán relaciones al margen del matrimonio, situaciones indecentes, adulterio e hijos ilegales”.

Antes de dar por terminada la asamblea crearon un comité “para la promoción de la virtud y la prevención del vicio” dirigido por 42 clérigos, cuyos agentes, recorrerán las calles y lugares públicos en busca de lo que ellos llaman “comportamientos indecentes”.
Ni que decir tiene que en esta conferencia de monos domésticos del Yemen sólo asistieron los machos de la especie, ya que se prohibía la presencia de hembras.

La conferencia determinó que se consideraría “vicio”: consumir alcohol, asistir o participar en desfiles de moda, bailar con personas… ¡ DE SEXO OPUESTO ¡, que las mujeres canten en público, enviar a las chicas a estudiar al extranjero sin que las acompañe un macho de su familia …¡¡ que las vigile ¡¡¡, etc.
Las cosas han llegado hasta tal punto, que la comisión parlamentaria de la sharía islámica, que comprueba la conformidad de las leyes con la religión musulmana, ha rechazado una enmienda del Gobierno que hubiese equiparado las indemnizaciones por muerte accidental de las mujeres a lo que ya perciben los familiares de los hombres fallecidos. Todo queda como antes, es decir, la compensación por fallecimiento de un macho duplica lo que perciben los familiares de una hembra fallecida.

El Parlamento aprobará en breve una ley que permitirá encarcelar DURANTE UN AÑO a los hombres y mujeres que se reúnan a solas SIN QUE EXISTAN ENTRE ELLOS LAZOS FAMILIARES ¡¡¡

Para que os hagáis una idea de lo que esto representa debéis considerar que, por ejemplo, ningún hombre podrá dar clases particulares a una mujer, si esta no esta acompañada por un familiar… o que ninguna mujer podrá tomar un taxi, o ser explorada por un médico si no le acompaña alguien de la familia… etc.

En fin, que una vez más se demuestra que vuestras religiones os domestican hasta el delirio ¡¡¡. Que sois monos domésticos porque os encontráis bien con vuestras cadenas, imposiciones y obligaciones.

Si fueseis hembras con sentido común y amantes de la libertad, como lo son las hembras de los demás primates, os rebelaríais contra tanta humillación que no tiene otro fin que denigrar vuestro sexo.
En otras palabras, vuestra actitud pasiva y sumisa ante tanto maltrato social inspirado en la religión nos convence a los bonobos de que tenéis el trato que os merecéis.
Y es que estáis tan domesticadas que algunas de vosotras organizáis incluso manifestaciones para revindicar el “placer” de salir a la calle cubiertas con velos.
Los demás primates de vuestra familia os observamos con ojos "como platos".

Nosotros sin esas cortinas que cuelgan de vuestras cabezas nos sentimos frescos, limpios, ágiles y libres de cualquier estorbo, y nos congratulamos, una vez más, de ser bonobos, chimpancés, gorilas y orangutanes.. en lugar de ser patéticos "monos textiles" domesticados ….como vosotros.


Hasta la próxima semana en la que trataremos el tema del suicidio.

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