lunes, 21 de julio de 2008

LA CASTIDAD

La pasada semana os hablaba de la homosexualidad y terminaba resaltando la homofobia del Papa y de su ejército de obispos contra ese colectivo.
Vimos como esos mismos purpurados que critican el comportamiento homosexual (siempre desde su ignorancia) se atreven a recomendaros la castidad.
Dicen que la homosexualidad no se da en la naturaleza y que implica la extinción de la especie, pero con argumentos científicos y hechos probados les destrozamos sus teorías y pusimos al descubierto sus mentiras basadas en su ignorancia o en su malicia.

Hablábamos de más de 1500 especies con comportamiento homosexual comprobado…desde primates a gusanos, y aportábamos videos para reforzar nuestros argumentos.

Hoy, como os prometí, os quiero hablar de la alternativa sexual recomendada por la Iglesia católica: LA CASTIDAD.

Lo primero que cabe decir, es que la castidad es un comportamiento antinatural (ya que no se da en la naturaleza) que comporta la extinción de la especie.

Como siempre la Iglesia es muy capaz de ver la paja en el ojo ajeno pero en cambio no ve la viga en el ojo propio.
Conocemos muchas especies animales con comportamiento homosexual y, en todo el ámbito natural, sólo vuestra estrafalaria especie practica la castidad.
Vuestros obispos, sin embargo, no saben lo primero e ignoran lo segundo.
Afirman que la homosexualidad implica la extinción de la especie… pero no reparan en que la castidad es la negación de la reproducción.
Ante esto yo me pregunto ¿Debemos considerarlos entes inteligentes?

Cojamos un diccionario y busquemos la definición de “comportamiento desviado”; Leeréis que comportamiento desviado “es aquel comportamiento que se aparta de la norma”.

La norma en el mundo de los vertebrados es hacer uso de sus órganos sexuales tan pronto llegan a la madurez sexual, y como la castidad se desvía de la norma, es un comportamiento desviado, y como hablamos de sexo, podemos concluir que se trata evidentemente de una desviación sexual.

Argumentareis que el homosexual tampoco se reproduce, cierto, pero no os olvidéis de que utiliza sus órganos sexuales, mientras que el primate humano que ha hecho voto de castidad, ni se reproduce, ni hace uso de sus órganos sexuales durante el resto de su vida. Es pues, a todas luces, un comportamiento doblemente desviado.

Los bonobos, por tanto, consideramos desviados sexuales, desde el punto de vista biológico, a vuestros papas, cardenales, obispos, curas y monjas… y a cualquiera que haga voto de castidad y ejerza de casto.

Alguno de ellos, en el colmo de la desvergüenza, a la vez que predican castidad, no dudan en manipular genitales infantiles con las mismas manos que una hora antes estaban consagrando la “Sagrada Hostia” ¡¡¡.

Pero la castidad es algo más, es un comportamiento egoísta para con los demás, un ejemplo de comportamiento insolidario, ya que se trata de un “NO COMPARTIR”.

Por otra parte se me antoja como un desprecio para con “El Creador” (en el que creen los defensores de la castidad) ya que reniegan de unos órganos sexuales que les fueron regalados por su Dios y que llevan colgados en su propio cuerpo.

También me queda muy claro que la castidad es un comportamiento, además de poco práctico, muy poco inteligente.
Pasemos a desarrollar este punto a continuación:
El argumento de “…nada de sexo hasta que nos casemos” se cae por su propio peso.
Cuando una pareja está en fase de noviazgo, intenta a través de una relación muy estrecha e intensa, conocer cuantas más cosas mejor el uno del otro.
Antes de firmar el contrato, y para no verse abocados al fracaso, conviene que los futuros esposos sepan que carácter y que gustos tienen, sus filias y fobias, sus aficiones y cada uno de los posibles comportamientos ante las más diversas situaciones.
Como se supone que el matrimonio para los cristianos es un contrato de por vida, será necesario calibrar con toda seguridad los pros y los contras de la futura relación, sin olvidar, por supuesto, la afinidad sexual, tan importante en la vida de pareja.

¿Cómo pueden recomendar los obispos a los novios, que intenten conocerse en todo, MENOS EN LO QUE ATAÑE AL SEXO?.
¿Cómo pueden recomendar a los jóvenes cristianos que se lancen a ciegas a por el “contrato” sin conocer este aspecto primordial?
¿Es este un comportamiento inteligente?
¿Es esa una recomendación útil y lógica, o es un consejo disparatado por lo estúpido?

Imaginad por un momento que vais a comprar un televisor y el que os lo intenta vender os enseña la estética del aparato, os explica todas sus prestaciones, os muestra la imagen en la pantalla… pero se empeña en no mostraros el sonido, argumentando que el sonido ya lo comprobareis por vosotros mismos una vez hayáis comprado el aparato y lo tengáis instalado en vuestra casa.
¿Haríais caso a ese vendedor? ¿Compraríais ese televisor?
Y por encima de todo ¿No consideráis que es más importante saber como va a funcionar vuestra pareja, que averiguar como funcionará vuestro televisor?

Los bonobos no podemos entender como podéis creeros castos e inteligentes a la vez… se nos antoja un problema metafísico ¡¡

Tampoco entendemos el porque de la obsesión por el sexo en los papas, cardenales, obispos curas, monjas y miembros de sectas religiosas.

Todos ellos son unos auténticos obsesos sexuales, ya que según vuestros diccionarios un obseso sexual es cualquier persona obsesionada por el sexo. Y queda claro que cualquiera que este siempre pensado en el sexo, ya sea para practicarlo o para reprimirlo con amenazas de condena eterna, es un OBSESO SEXUAL.

Sois una especie de monos tan desesperadamente patética, hipócrita y falsa, que sois capaces de comer cuando tenéis hambre; de beber cuando tenéis sed; de defecar cuando tenéis ganas, o de dormir si estáis cansados, mientras que cuando os envuelve el deseo sexual os da por rezar el Santísimo Rosario u os ponéis a leer cualquier periódico. ¿Es ese un comportamiento inteligente?

Sois el hazme reír de los primates, la negación de la inteligencia y, por encima de todo, un ejemplo impactante de la más esclavizante domesticación.

En el paroxismo de vuestra locura llegáis al extremo de inventar artilugios para encerrar bajo llave vuestros órganos genitales.
¿A qué otro animal, aparte de vosotros, se le ocurriría la sandez de encerrar su pene en una jaula o mantener su vulva domesticada y prisionera bajo llave?.

Las risotadas de los demás primates que observan vuestro comportamiento se oyen por toda la selva al constatar vuestra última moda en cinturones de castidad ¡¡¡ ¡¡¡ Y es que estais verdaderamente “piraos” ¡¡¡¡








Nosotros, sin embargo, consideramos que no todo es malo en la castidad, la castidad también tiene sus ventajas.
En primer lugar, vuestro comportamiento casto nos entretiene y nos proporciona tema para el cachondeo y, en segundo lugar, debo confesaros que a nosotros nos encantaría, incluso más que a vuestro Papa y que a vuestros obispos, que practicaseis, TODOS, la virtud de la castidad… ya que de esta manera os extinguiríais y así la Naturaleza volvería a sonreír ¡¡

Practicad el sexo... os da buen rollo, os relaja, mantiene el aparato reproductor en buenas condiciones, y es gratis y solidario.

Dejad a los curas y a las monjas que se consuman en su propia frustración.

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