Bandura y Walters, demostraron en 1973, a base de experimentos que, en la formación del comportamiento agresivo del animal humano es de suma importancia el aprendizaje del éxito, el del modelo social y, por último, la educación dirigida sobre el premio y castigo.
Para comprobarlo, estudiaron el efecto que producen los diversos modelos de agresión en grupos de niños. El primer grupo fue testigo directo de como un adulto maltrataba a una muñeca de goma; el segundo grupo presenció la misma escena a través de la televisión; al tercero le fue pasada una película de dibujos animados en la que un gato sustituía al primate humano en la misma escena de agresión, y al cuarto y último grupo se le proyectaba un film "neutro", sin ningún atisbo de agresividad. Acto seguido se situó a los cuatro grupos de niños en una situación de frustración, y se observaron sus juegos: los tres grupos que habían presenciado el comportamiento agresivo, se comportaron con una agresividad a todas luces mayor que la de los del grupo que habían visto el film "neutro", y que era el grupo de control del experimento. Por otra parte, los que habían observado la escena agresiva por la pantalla del televisor se mostraron más agresivos que los que habían presenciado la agresión en la realidad.
Los que han aducido el efecto liberador de tensiones que provocan las películas violentas, pretendiendo con ello haber demostrado el carácter inocuo de la representación de la violencia, sólo tienen presente el efecto a corto plazo; olvidan que existe otro a largo plazo, consistente en un aumento de la agresividad, fenómeno muy similar al que sucede en los diferentes tipos de deportes de lucha.
Cada vez son más los autores que cuestionan que las emisiones televisivas de contenido agresivo y los programas de humor de característica mordaz, liberen tensiones, argumentando que dichos espectáculos más bien incitan a la agresividad. Aunque la película este construida de forma que permita el desahogo del espectador, hay que tener en cuenta el principio de que la activación repetida de un sistema fisiológico, puede desencadenar su puesta en marcha.
Desde estas líneas le sugiero al lector de espíritu inquieto que acuda a la proyección de una película de contenido violento, y que intente captar las exclamaciones que parten del patio de butacas, durante la proyección. Este experimento puede completarse acudiendo a diversos cines al término de las sesiones, para observar al público que va saliendo, comportándose de manera diversa según haya sido el contenido del film.
Muchos investigadores, entre los que destacan Robert Liebert y Robert Baron, han demostrado que la visión de películas violentas incrementa la agresividad de una amplia gama de sujetos entre los que se incluyen amas de casa, jóvenes delincuentes, estudiantes de bachillerato y enfermeros de hospital, entre muchos otros. Concretamente de las 18 investigaciones llevadas a cabo en esta dirección, 16 confirman la teoría de que observar actos violentos implica una mayor probabilidad de generar otros actos violentos por parte de los observadores.
En un ejemplo concreto, Liebert y Baron mostraron a un grupo de niños un episodio de la violenta serie televisiva de gángsteres "Los intocables" (famosa en los años 60), mientras que un grupo control veía durante el tiempo que duraba el telefilm, un partido de fútbol americano. A continuación se dejó a los niños jugar en un cuarto distinto con otros niños. Los niños que habían presenciado el telefilm se mostraron mucho más violentos que los que habían visto el partido de fútbol.
Una película o un espectáculo de contenido agresivo, puede actuar como un elemento liberador de tensiones, pero a la vez puede desencadenar un comportamiento agresivo en el espectador que no se encuentre en un estado de ánimo violento y que, al ver la película puede excitarse hasta llegar a la violencia.
Normalmente lo que ocurre es que el espectador se identifica de manera clara con lo que está sucediendo en la pantalla. La estrategia de las películas de violencia consiste en que, en primer lugar, se debe activar la agresividad del espectador contra uno o algunos de los protagonistas (los "malos" de la película), para a continuación (una vez se halle ya el público sensibilizado), pasar al desenlace trepidante de violencia en el que el héroe de la historia vence al villano. Ello satisface a cierto tipo de espectadores que descargan así sus impulsos agresivos, pero, por otra parte, provoca la excitación a otros, a los que incrementa su agresividad.
El gran éxito y demanda de películas de contenido violento por parte del espectador, indica claramente que esta temática le satisface una necesidad. Todo el mundo sabe que las películas de acción y de terror se encuentran entre las más taquilleras. A la hora de alquilar cintas de vídeo o de bajarse películas de Internet, los jóvenes muestran cada vez mayores preferencias por las películas de horror sanguinario, y por las historias de suspense con desenlace brutal.
El aumento de la demanda de los films de contenido duro se evidencia entre los jóvenes de la capa de la clase media-baja, que buscan la fórmula: miedo-diversión-emoción.
Una encuesta efectuada por la Generalitat de Catalunya, reveló que entre las películas favoritas de los escolares de 13 años destacan las que muestran escenas de carnicería en las que se maltrata y despedaza a personas.
Esta demanda de violencia en el cine ha propiciado la aparición de segundas, terceras, e incluso cuartas y quintas partes de películas de corte agresivo.
Recuérdense los ejemplos de:
"ROCKY" (Rocky Balboa, Rocky II, Rocky III, Rocky IV, Rocky V, Rocky VI, Rocky VII).
"RAMBO" (Rambo, Rambo II, Rambo III, Rambo IV, Rambo V).
"TIBURÓN" (Tiburón, Tiburón II, Tiburón III, Tiburón IV, Tiburón V, Tiburón VI, Tiburón VII).
"LA MATANZA DE TEXAS" (La matanza de Texas, La matanza de Texas II, La matanza de Texas III, La matanza de Texas IV, La matanza de Texas V, La matanza de Texas VI).
“EL PADRINO” (El padrino, El padrino II, El padrino III, El padrino IV, El padrino V).
“EL MUÑECO DIABÓLICO” (El muñeco diabólico, El muñeco diabólico II, El muñeco diabólico III, El muñeco diabólico IV, El muñeco diabólico V).
“VIERNES 13” (Viernes 13, Viernes 13 II, Viernes 13 III, Viernes 13 IV, Viernes 13 V, Viernes 13 VI, Viernes 13 VII, Viernes 13 VIII, Viernes 13 IX, Viernes 13 X).
“PESADILLA EN ELM STREET” (Pesadilla en Elm Street, Pesadilla en Elm Street II, Pesadilla en Elm Street III, Pesadilla en Elm Street IV, Pesadilla en Elm Street V, Pesadilla en Elm Street VI, Pesadilla en Elm Street VII, Pesadilla en Elm Street VIII).
“HELLRAISER” (Hellraiser, Hellraiser II, Hellraiser III, Hellraiser IV, Hellraiser V, Hellraiser VI, Hellraiser VII, Hellraiser VIII).
“HALLOWEEN” (Halloween, Halloween II, Halloween III, Halloween IV, Halloween V, Halloween VI, Halloween VII).
SCREAM (El grito)” (Scream, Scream II, Scream III, Scream IV, Scream V, Scream VI).
“THE RING” (The ring, The ring II, The ring III).
“ALIEN” (Alien, Alien II, Alien III, Alien IV, Alien V).
“REC” (Rec, Rec II).
“EXTERMINIO” (Exterminio, Exterminio II, Exterminio III, Exterminio IV).
“
“DESTINO FINAL” (Destino final, Destino final II, Destino final III, Destino final IV, Destino final V, Destino final VI, Destino final VII, Destino final VIII).
“EL JUEGO DEL MIEDO” (El juego del miedo, El juego del miedo II, El juego del miedo III, El juego del miedo IV, El juego del miedo V, El juego del miedo VI, El juego del miedo VII, El juego del miedo VIII).
“El retorno de los malditos” (El retorno de los malditos, El retorno de los malditos II).
Y otras muchas.. entre las que destacan decenas de películas sobre Drácula, Frankenstein, “Hombres lobo”, Fantasmas, Muertos vivientes, etc., etc., etc.
Las series de "Rambo" (por ejemplo) constituyeron un enorme éxito de taquilla, y en el interior de las salas de exhibición el público coreaba cada una de las acciones violentas.
"Rambo", es un auténtico ejemplo del "born to kill" (nacido para matar), encarnación mítica del héroe norteamericano de la Guerra de Vietnam.
"Rambo II", ofrecía 200 escenas violentas y 44 muertes, sin contar las causadas por las 70 explosiones que se dan en el transcurso de la película. La frecuencia de escenas violentas es de más de 2 por minuto. El film recaudó en las primeras seis semanas de proyección en los EE.UU. 23.100 millones de las antiguas pesetas. En "Rambo III" (cuya acción transcurre en Afganistán) se dan 245 actos de violencia y 123 muertes en combate, sin contar los que mueren en masa.
Las enormes recaudaciones obtenidas por los films protagonizados por Sylvester Stallone, nos sirven para indicar el interés que este tipo de películas suscita en los espectadores.
Cada una de las siguientes 21 películas protagonizadas por este actor recaudó cifras millonarias. "Rocky" (en cada una de sus 7 capítulos), “Rambo” (en sus 5 partes), “ La cocina del infierno", "FIST", "Halcones de la noche", "Evasión o victoria", "Rhinestone", "Cobra", "Yo, halcón", "Encerrado" y "Tango y Cash" fueron éxitos rotundos en taquilla.
Esta parafernalia de violencia se vio superada en el film "La Jungla 2". En esta película, se demuestra la gran paradoja del cine norteamericano (represión para las escenas de sexo, y liberalismo y expresividad al máximo para las escenas de violencia).
Durante el desarrollo del film, mueren 265 personas (ninguna de muerte natural), con una media de 3 muertos por minuto de proyección. En la mayoría de este tipo de películas, las cámaras se recrean en escenas brutales, por su violencia, utilizando las técnicas de cámara lenta y de "zoom".
La aparición esporádica de francotiradores que disparan sus armas de manera indiscriminada contra los transeúntes o clientes de bares, demuestra hasta que punto las escenas de un film pueden influir en determinados espectadores.
Estos, para llevar a cabo la masacre, llegan incluso a vestirse como los protagonistas del film.
Supongo que no hará falta que os recuerde las frecuentes masacres perpetradas en Institutos y escuelas norteamericanas por alumnos de los centros que se presentan un buen día en clase vestidos a lo “Rambo” cargados con diversas armas que disparan a diestro y siniestro contra sus compañeros y profesores hasta vaciar los cargadores, reservándose una última bala para poderse inmolar una vez consumada su “hazaña”.
No debe sorprendernos en absoluto el interés de los niños por las películas de "guerra", de "indios" o de "policías y ladrones", ya que a estos mismos niños los habéis ido formando vosotros a través de la violencia. La televisión que censuraba escenas de sexo, jamás hacía lo propio con las escenas de violencia. Los films de "romanos" o de "indios" (extremadamente violentos), siempre han sido "aptos para todos los públicos".
Los films donde se da el más frenético ritmo de violencia (las películas de dibujos animados) van dirigidos, precisamente, a un público infantil; como también a él van dirigidas las tiras de comics y tebeos, donde el mamporro y el accidente es la tónica dominante.
Cualquier película de dibujos de Walt Disney, o de Fred Quimby, es una sucesión imparable de actos violentos.
Todo el mundo recuerda las agresiones continuas que se producen en las películas de "Tom y Jerry", del " Ratón atómico" o en “Bola de Dragón” (por poner sólo algunos ejemplos).
En 1990 psiquiatras y grupos de ciudadanos de varios países asociados en la "Coalición Internacional contra la Violencia en el Ocio" protestaron públicamente por la emisión de la serie de dibujos "Las fabulosas tortugas Ninja", por considerarla psicológicamente dañina. En esta serie de 65 episodios se suceden una media de 194 actos violentos por capítulo. Fue emitida en 1990 por TV3 de Catalunya los sábados a las 15.15 horas, y repetida los domingos a las 11 horas, es decir, en los días y horas de mayor audiencia infantil.
La oferta televisiva para niños se complementaba con la serie "Campeones" de Tele 5 (protagonizada por un grupo de niños de rostros desencajados y dientes apretados, cuya única pasión era ganar jugando al fútbol, lo que fomentaba la competitividad sin límite en los muchachos), y por "La pandilla basura" en el canal autonómico madrileño, famosa por la constante exhibición de comportamiento agresivo y antisocial. Sus protagonistas vivían en estercoleros, se reventaban espinillas infectadas, buceaban por retretes, pasaban sus cerebros por pasapurés y se arrancaban los intestinos unos a otros.
Televisión Española dedicaba un espacio a la guerra con "Caballeros del Zodíaco", donde se mostraba al Caballero del Mal viviendo en un castillo que tenía el suelo cubierto de sangre, dedicándose a practicar todas las posibilidades de tortura.
Los dibujos que tienen la guerra como fondo nunca hablan de sus aspectos negativos, como destrucción, pobreza o miseria. De esta manera los niños terminan por creer que la guerra es una apasionante aventura.
La violencia es también palpable en la mayoría de los álbumes y tebeos infantiles.
En "Astérix" los romanos reciben todo tipo de agresiones; los galos, muestran un notable chovinismo y xenofobia, siendo ejemplo constante de gula y pareciendo estar permanentemente "enganchados" a una determinada pócima.
"El Capitán Trueno" o el "Guerrero del Antifaz" lanzaban, desde sus páginas, mensajes subliminales de pulsiones masoquistas.
El comic japonés "Akira", de gran éxito en España, llega al paroxismo de la violencia al presentar como protagonistas a niños que disparan todo tipo de armas modernas.
Otros personajes de comics se caracterizan por lanzar otro tipo de mensajes. Así, por ejemplo, Tintín muestra un racismo larvado, mientras que el capitán Haddock está casi permanentemente borracho.
Los "pitufos" disponen de una sola "pitufa", con lo que su vida sexual debe ser de lo más compleja...,etc.
En vuestro país, España, hay en el mercado no menos de 60 superhéroes, que cada semana desde los quioscos siembran ideas de violencia y venganza en las mentes infantiles.
La violencia televisiva sirve, en muchos casos, de modelo de conducta para los niños y jóvenes. George Gerbner y su equipo hicieron un análisis meticuloso de la programación de televisión en algunos estados de EEUU en las horas de máxima audiencia, incluyendo la mañana del sábado. Comprobaron que en ocho de cada diez programas había actos violentos. Los programas favoritos de los pequeños, los dibujos animados, eran los de máximo contenido de violencia. De 95 películas de dibujos animados analizadas, únicamente UNA de ellas se hallaba exenta de actos violentos.
Los escolares de España y de otros países de Occidente pasan una media de 1.450 horas al año delante del televisor. La cifra dobla el número de horas que pasan en las aulas. Es verdaderamente impactante contrastar estas estadísticas con las que nos dicen que sólo el 11 % de los niños de 6 a 13 años lee algo diariamente.
Hoy día, la mayoría de escolares de Barcelona disponen, como mínimo, de los 44 canales gratuitos de TDT (sin contar las películas de vídeo). Si se conectan al satélite Astra (vía Canal +) dispondrán de unos 200 canales más a los que se deberá añadir todo lo que se puedan bajar de Internet, con lo cual al multiplicarse la oferta televisiva y de Internet, aumentan exponencialmente las posibilidades de verse influenciados por la pequeña pantalla del ordenador y del televisor.
En los Estados Unidos hay quienes calculan que un joven estadounidense promedio habrá visto 200.000 actos de violencia en la televisión, incluyendo 16.000 asesinatos, antes de cumplir 18 años .
La Asociación de Psicología de los Estados Unidos, asegura que al concluir la escuela primaria un niño ha visto en televisión 8 mil asesinatos y 100 mil actos de violencia .
En Venezuela, se estima que al llegar a los 18 años un joven ha presenciado más de 113.500 muertes, 65 500 escenas bélicas y 8.763 suicidios .
En México se calcula que los niños, en promedio, “han sido expuestos a 8 mil asesinatos y 100 mil acciones violentas en la televisión, al momento de terminar su educación primaria” .
Los balazos, acuchillamientos, palizas y bombas aparecen en las películas de “acción” y en muchas de las series televisivas. En estas series se multiplican por mucho los crímenes que se dan en la vida real, y la policía sabe muy bien que cuando la televisión proyecta un film con determinadas escenas de violencia, existe una cierta probabilidad de que se produzcan, en los días que siguen al pase del film, actos violentos basados o inspirados en estas escenas.
No os debe, por tanto, extrañar, que a la hora de escoger sus juegos de ordenador o de consola, las crías de mono doméstico se inclinen en su mayoría por los juegos en los que la violencia esta presente.
Por desgracia, y pese a todas estas consideraciones, os veis obligados a educar a vuestros hijos entre mensajes agresivos e imágenes de violencia. Esta es la sociedad que habéis creado.
Visto lo visto, llegáis a la conclusión de que a vuestros hijos no se les debe evitar las experiencias con la agresión, pues si carecen de ellas estáis convencidos de que tendrán serios problemas para la socialización y asimilación de la agresividad que continuamente se da en vuestra sociedad y en vuestra vida diaria.
La sociedad actual, le pide al líder, al ejecutivo, al deportista, etc., una cierta dosis de agresividad, sin la cual, jamás podrá auparse hacia jerarquías superiores en la sociedad de los agresivos y violentos monos domésticos. … Y así os va por la vida ¡¡¡
2 comentarios:
Que familiar resultas. No estaría de más recordar que un mono no puede experimentar nada más allá de sus sentidos y que todo el contenido del post no es más que un epifenómeno de su pensamiento, cuyo contenido ha venido puesto por la cultura
Tu apreciación me sirve de ejemplo para demostrar y demostrarme cuan incultos sois los monos domésticos.
No estaría de más que recordaras que LA IGNORANCIA ES MUY ATREVIDA y tú, con tu escrito, demuestras cuan acertada es esa aseveración.
Por tu bien (y para evitarte un nuevo ridículo) te recomendaría que leyeras algo sobre el comportamiento de los “monos” (como tú les llamas) antes de atreverte a opinar.
Habla con algún primatólogo para que te ilustre un poco y te haga ver que metiste la pata hasta el fondo.
Veo que ignoras que los chimpancés son capaces de construir frases para comunicarse con los humanos, que son capaces de crear vocabulario, de aprender el lenguaje de los sordomudos, de resolver problemas, de extrapolar, de usar su imaginación, de entender conceptos abstractos, de construir herramientas, etc.,etc.
También ignoras que tienen tres tipos de cultura diferentes y desconoces que tienen conciencia de si mismos.
En resumen ignoras demasiadas cosas sobre los primates no humanos para poder opinar y lo que es peor para tener la osadía de pontificar que “un mono no puede experimentar nada más allá de sus sentidos..”
Advierto en tu frase el tufillo nazi de Hitler. Ambos tenéis cosas en común. Él creía que su raza aria era superior a las demás. Tú crees que tu especie es superior a las demás. El fue un RACISTA, tú eres un ESPECISTA… lo cual es aún peor.
Tú no eres superior a ningún otro animal, como mucho eres diferente…. Para tu desgracia ¡¡¡.
No te preocupes demasiado, tu desvarío tiene fácil solución, sólo debes aplicarte un poco en la lectura de tratados de primatología. De esta manera te informarás, te culturizarás y podrás opinar sin equivocarte ni hacer el ridículo.
Un abrazo
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