Al estudiar vuestro comportamiento, una de las cosas que más me sorprenden son las actitudes, rituales y posturas que utilizáis para dirigiros a los dioses que os habéis creado. El hecho de que tengáis tantos dioses diferentes induce a pensar que son más falsos que una moneda de tres euros.
Queda claro que en el hipotético caso de que existiera un Dios verdadero, todos los demás serían falsos y por ello siempre tendríamos a la inmensa mayoría de la humanidad perdiendo el tiempo al dirigirse a dioses inexistentes. A pesar de ello, todos los monos domésticos creyentes estáis convencidos de que vuestro particular dios es el único verdadero, ya que así os lo han hecho creer desde pequeños.
A lo largo de vuestra historia no habéis dudado en enzarzaros en sangrientas batallas que duraron siglos para imponer, por la fuerza de las armas, vuestro Dios a los congéneres que tenían otro punto de vista.
El elenco de dioses falsos es enorme si consultamos la historia de la humanidad y repasamos los dioses de un pasado (dioses griegos, romanos, bárbaros, celtas, etc.) y los presentes (dioses hindúes, cristianos, musulmanes, etc.).
Como vuestra delirante fantasía ha inventado tantos dioses distintos no es de extrañar que también se os hayan ocurrido las más diversas posturas y rituales para “contactar” con ellos durante vuestros rezos. Y, naturalmente, al no coincidir los dioses tampoco coinciden los rituales de oración.
Como sois animales domésticos es evidente que la doma ideológica a la que os han sometido vuestros brujos tribales ha hecho profunda mella en vuestras débiles mentes. Por otra parte tampoco es de extrañar que estas disparatadas costumbres hayan sido aceptadas sin oposición, dadas vuestras limitaciones intelectuales.
Por lo que vemos los bonobos, estamos cada vez más convencidos que ante las religiones os aborregáis hasta límites extremos.
Los judíos se han impuesto por tradición rezar en dirección a Jerusalén, hacia el este. También es tradicional entre ellos la veneración de un muro que se halla en Jerusalén, llamado “Muro Occidental” o también, “Muro de las lamentaciones”, entre cuyas piedras depositan mensajes.
Destaca entre sus costumbres la oración de la "bendición del sol", que se reza cada 28 años. Este rezo saluda la vuelta del sol a la posición que supuestamente tenía cuando se creó el mundo hace 5.769 años, según una tradición que se remonta a la Edad Media.
Sorprende la “precisión” con la que determinan el año de la “creación” del mundo. Como también nos sorprende la ignorancia supina de los que eso afirmaron ignorando los más elementales conocimientos de geología, biología, evolución y sentido común. No nos sorprende en cambio, que miles y miles de fieles sigan a rajatabla semejante disparate…al fin y al cabo se trata de animales humanos. Los bonobos no caeríamos en el mismo error.
Los budistas, no rezan a un Dios, rezan a la imagen de Buda a la que ofrecen con sus oraciones una vela o una barrita de incienso. Sus peregrinaciones se dirigen hacia cuatro puntos que para ellos son sagrados. Esos lugares son: 1) Lumbini, donde nació Buda; 2) Bodhgayar, donde obtuvo la iluminación; 3) Sarnath, donde predicó su primer sermón y puso en marcha la rueda de la ley y 4) Kushinagara, donde murió y fue incinerado.
Los seguidores de Buda se quitan los zapatos antes de entrar en los templos y al hacerlo se inclinan tres veces con las manos juntas para saludar a la imagen. Deben circular por sus templos en el sentido de las agujas del reloj para imitar la circulación de los planetas alrededor del sol. Algún día, alguien tuvo esta ocurrencia… y quedó institucionalizada.
Si se trata de budistas tibetanos, el modo de orar cambia radicalmente. Ellos creen que si algunos sonidos (Mantras) se repiten reiteradamente, pueden abrirles la mente…"Om mani padme hum".
Las “banderas de oración” y las “ruedas” son otras formas inusuales de oración. En el interior de los cilindros de rueda hay un documento en el que se desplazan enrolladas miles de oraciones escritas.
También hay oraciones escritas en banderas que ondean al viento. Los budistas creen que cada flameo de la bandera y cada girar de la rueda significa una oración.
Las comunidades budistas suelen hacer coincidir sus festivales religiosos con las noches de luna llena.
Los cristianos al igual que los musulmanes se humillan para dirigirse a sus dioses, y así, mientras los primeros se colocan de rodillas, los segundos oran postrados en reverencia profunda. Tanto unos como otros, al adoptar tales posturas de sumisión, dejan a un lado su dignidad para dirigirse a unos espíritus divinos que se nos antojan temibles y soberbios.
A los musulmanes les da por rezar cinco oraciones al día. Las oraciones son realizadas al amanecer, al medio día, a media tarde, al caer el día y por la noche. Aunque el horario depende de la época del año y la zona.
Las reglas obligan al musulmán a rezar mirando a la Meca y, para no equivocarse, disponen incluso de brújulas que indican la dirección correcta.
Pueden rezar en cualquier sitio limpio, pero la tradición les lleva los viernes a acudir a la mezquita, aunque tampoco es obligatorio. Algunas congregaciones permiten acumular todos los rezos en uno solo, al final del día.
Los musulmanes al recitar versículos del Corán colocan las manos como si sujetaran un libro invisible, mientras que los cristianos aplican una mano contra la otra en la llamada postura de rezo. Este gesto lo repetís los monos domésticos occidentales cuando pedís perdón o le “rogáis” un favor a alguien. También es frecuente observar a los cristianos golpearse el pecho en los templos con la punta de los dedos y el puño cerrado al entonar el “mea culpa”. Esta acción es una más del ritual de acciones y posturas de sumisión y humillación.
Antes de entrar en sus edificios sagrados, los musulmanes, se despojan de los zapatos (cosa que no hacen los cristianos al penetrar en los suyos y sí los budistas).
Los musulmanes, muchísimo más limpios (por lo general) que los cristianos, efectúan unas abluciones previas antes de sus rezos (se lavan tobillos, cuello, cara y nuca) para presentarse limpios ante Alá.
Por ello también la cultura musulmana es una cultura del agua (quien lo dude no tiene más que visitar la Alhambra).
La cultura del agua les acompaña hasta la muerte. Cuando muere un musulmán, su cadáver debe ser lavado a fondo.
A los bonobos no nos cabe la menor duda de que vuestros traseros occidentales están siempre más sucios que los de los árabes. No es que nos importe demasiado la limpieza de vuestra retaguardia pero… pensándolo bien, si los árabes se limpian el trasero con agua y los cristianos con papel de celulosa… hasta el más tonto de los bonobos adivina quien lleva el culo más limpio ¡¡¡.
Si alguno de los que me leen pone en duda mis aseveraciones sólo tiene que seguir el siguiente ejemplo práctico que demostrará lo atinado de la puntualización. Necesitareis un tarro de Nocilla (crema de chocolate), un rollo de papel higiénico, una cuchara y un vaso de agua.
Sobre la parte superior de vuestro brazo izquierdo esparcid con la cuchara una línea de unos 4 centímetros de Nocilla. Unos centímetros más allá repetid la operación. Ahora limpiaros la primera línea frotando con agua. A continuación limpiad la segunda con papel. La diferencia es evidente. La zona tratada al “estilo occidental” quedará aún un tanto pringosa y olerá a chocolate (aunque no quede rastro aparente de Nocilla), mientras que la línea eliminada al “estilo árabe”, utilizando simplemente agua, quedará limpia y sin olor alguno.
Sugiero esparcir la crema de chocolate sobre la parte superior del brazo porque en esta zona hay pelo (como lo hay en vuestra zona perianal. Y os recomiendo utilizar para el experimento crema de chocolate, por el color y por la textura pastosa similar a la de vuestros excrementos.
Son muchos los animales pueden dar lecciones de limpieza al más limpio de los monos domésticos humanos. El gato sería un buen ejemplo en el que reflejarse.
Un consejo a los occidentales usuarios de papel higiénico… Visto que sois incapaces de utilizar el agua, ya va siendo hora de que cambiéis el color de vuestro papel higiénico y, en lugar de utilizar rollos blancos, usadlos de color verde. Si tuvierais algo del sentido estético que tenemos los bonobos, convendríais conmigo que el verde queda mejor con el marrón ¡¡.