Cuadrilla de obispos en pleno “trabajo”
Hace tan solo unos días vuestros obispos se quitaron la careta para mostraros la verdadera faz de la Iglesia. A los muy sinvergüenzas no se les ocurrió otra cosa que aprovecharse del paro reinante en España para intentar paliar en parte el creciente déficit vocacional que va vaciando sus conventos. Para ello tomaron 7.000 euros de sus bien repletas arcas para confeccionar un vídeo propagandístico a fin de captar funcionarios para su anacrónica secta católica.
Hamelín, con música, se llevó a las ratas y a los niños del pueblo. Los obispos, con su spot publicitario, se los llevan al convento.
Hamelín utilizó una flauta para sus propósitos. La Iglesia utiliza el paro y el hambre del pueblo para captar mercenarios.
Y digo bien al escribir “mercenarios” porque el cebo que les proponen es el económico. Pretenden encandilarlos con un trabajo fijo y seguro, con los gastos pagados y pensión asegurada para el resto de sus vidas, sin pagar un puto euro, para que puedan vivir…¡¡¡ como curas ¡¡¡
Antes prometían la vida eterna…ahora les prometen un sueldo para siempre. ¡¡ Esos, y no otros, son los “recortes” que aplica la Iglesia en medio de una demoledora crisis ¡¡.
Entre las muchas crisis que sufre la Iglesia católica no entra la crisis pecuniaria, ya que dinero no les falta. Su crisis más evidente, por lo terrible y demoledora, es la crisis de vocaciones que va vaciando sus conventos.
Han intentado maquillar sus carencias con “fichajes” de sudamericanos, africanos y asiáticos. Por ello, uno de los sacerdotes que aparecen en el vídeo-panfleto de reclutamiento es un chileno; se le utiliza como un guiño al inmigrante.
Los inmigrantes, por su parte, encuentran en el seminario o el convento, una manera fácil de obtener por la vía rápida “los papeles” y un sueldo de por vida para disfrutar de eternas y placidas vacaciones.
A los futuros mercenarios no se les habla de VOCACIÓN en el anuncio, eso no cuenta para los obispos, lo que verdaderamente importa es que firmen a toda costa, por eso les prometen el fin de sus problemas económicos y el principio de “una vida apasionante”.
Hay que ser muy miserable para comportarse así en tiempos de escasez, con la mitad de los jóvenes en paro y con una reforma laboral “que no creará empleo a corto plazo” según afirma vuestro presidente Rajoy.
Los brujos del cucurucho han sabido mover sus viscosos tentáculos para colocar estratégicamente su propaganda.
Su panfleto digital ya está colgado en Internet (YouTube) y extendiéndose por las redes sociales gracias a Facebook y Twitter.
Lo han hecho así por dos razones:
1º) Internet y las redes sociales son lugares frecuentados por los jóvenes.
2º) Más de la mitad de los jóvenes está sin trabajo.
Los curas católicos llevan centenares de siglos viviendo bien con la excusa del Gran Fantasma. Y es que las religiones (todas) viven inmersas en inacabables cuentos de hadas.
Richard Dawkins (Catedrático de la Universidad de Oxford) lo explica a la perfección:
“Llaman loco a una persona adulta que cree en un “Amigo Imaginario” al que adora. Este fantasma vive en una nube, y tuvo un hijo cuyo padre fue una paloma y de mayor solía andar sobre el agua". Si son muchos los que creen en esta fantasía, al Fantasma se le llama “Dios” y al fenómeno….“Religión”.
En otras palabras: ”Cuando una persona sufre una alucinación, se le llama locura. Cuando muchas personas sufren la misma alucinación…se le llama Religión”
Los curas católicos afirman ser ministros del "Amigo Imaginario" en la Tierra, y de ello sacan beneficios suculentos. En los pueblos son autoridad, junto con el alcalde y la Guardia Civil.
Viven a cuenta vuestra, seáis católicos, agnósticos, ateos, judios o islámicos. Muchos los consideran auténticos parásitos sociales (en Biología se llama parásito al animal o vegetal que vive a costa de otro ser vivo).
Como se ve, su espiritualidad cada día está mas en el cepillo que en los Evangelios.
Disfrutan más que la “Vieja del Visillo” indagando los secretos de alcoba en la oscuridad de los confesionarios. Están al día de quien se trajina a quien. Ciertamente material para sus fantasías sexuales no les debe faltar.
Cuando les pregunto por qué alguno tiene tantos callos en su mano derecha, me contestan que es de trabajar tanto en el huerto… no cuela ¡¡
En su sueldo no hay recortes, van de “gorra” a todos los eventos, tienen vivienda gratis, gas, agua y electricidad pagada, 800 euros de media para gastos extras; médicos y medicinas gratis… y los del “cucurucho” y otros muchos curas de “a pie”, tienen incluso “ama de llaves” (antes tenían Barraganas).
Trabajan 30 minutos al día… con pan y vino. El resto del día pueden dedicarse a fabricar licores (ellos) y a elaborar galletas y pasteles (ellas). Si no les va la bodega o la cocina pueden optar por la magia y la milagrería y, si les sobra tiempo, lo pueden dedicar a engatusar a la gente….preferentemente joven ¡¡.
Teóricamente trabajo no les faltará, mantener sus mentiras durante dos mil años cada día cuesta más en la era digital.
El sadismo de algunos de ellos se ve recompensado cuando aterroriza a los fieles al hablarles del diablo o de las penas eternas del infierno, reservadas para los que no comulguen con sus disparatadas fantasías.
Otros muchos dispondrán de internados o de grupos de catequesis donde podrán disfrutar a fondo de los niños (ver los centenares de artículos dedicados a la pederastia sacerdotal aparecidos año tras año en los periódicos de todo el mundo)
Ni que decir tiene que si les pillan, la Iglesia les ofrecerá cobertura y complicidad, mientras se encarga de pagar la indemnización correspondiente a la victima del abuso sexual.
Volvéis a los tiempos del Mayorazgo, cuando los hijos “segundones” se hacían sacerdotes para evitar la miseria.
Se trataba de “Huir de la azada para vivir del hisopo....y del cuento”.
Antiguamente una familia numerosa que se preciase, debía enviar a un convento de clausura a una hija, consagrar un hijo a Dios y otro a la Guardia Civil. Así se aseguraban el Cielo…. Y, de paso, el favor de la Benemérita ¡¡¡. Con ello disfrutaban de enchufe celestial y terrenal.
Supongo que no hará falta que os haga notar que la oferta de trabajo con contrato indefinido que ofrece la Iglesia va dirigida únicamente a mercenarios masculinos. No cabía esperar otra cosa de una Iglesia tan misógina como misógino fue su fundador, el supuesto Jesucristo, al despreciar a la mujer para dar autoridad ministerial únicamente a doce machos llamados "apóstoles".
Cuando el pepero Rajoy os vendía la nueva reforma laboral como excusa para crear empleo y cuando Arenas os prometía millares de nuevos puestos de trabajo, quedaba claro que ya contaban con la oferta de los obispos para absorber a los miles y miles de obreros que el PP (Partido Puritano) sigue mandando al paro día tras día.
No es de extrañar que peperos y obispos vayan de la mano a las mismas manifestaciones.
Como tampoco me extraña que vuestro presidente Rajoy cruja a todos los ciudadanos con impuestos y recortes…mientras permite que la Iglesia no pague tributos y se libre de todo tipo de impuestos y rebajas salariales.
Aún recuerdo uno de los titulares aparecido hace sólo dos meses en el diario Público del 6 de febrero de este mismo año. El titular decía textualmente:"El arzobispo de Granada dice que querer ser funcionario es una enfermedad social"
Insultó de tal guisa a los funcionarios en un sermón en plena Abadía de Sacromonte durante la misa en honor de San Cecilio, patrón de Granada.
Entre otras sandeces dijo: “Hice alguna encuesta cuando estaba empezando a ser obispo, y un porcentaje muy alto, cercano al 80% de los chicos, buscaban ser funcionarios; eso es una enfermedad social”
Parece claro que sus palabras iluminaron al resto de obispos y tan solo tres semanas más tarde, ofrecían a los jóvenes de España la posibilidad de vivir como funcionarios….sin tener que ganar unas oposiciones ¡¡¡
Gracias a ello, vuestros seminarios recibirán pronto un batallón de mercenarios, enfermos sociales (según el obispo) sin vocación, para mayor gloria de vuestro eterno y etéreo “Amigo Imaginario”.
Los monos domésticos, ciertamente, no tenéis solución....
