martes, 30 de septiembre de 2008

MALTRATANDO A VUESTROS HIJOS (II)



El animal humano no se detiene ante la posibilidad de mandar a sus crías a la guerra, para que maten o les maten, ese es otro de los muchos “detalles” que os hacen especialmente odiosos para los bonobos y demás primates.
La convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, otorgó en enero de 1990, la total plenitud de derechos ci­vi­les y po­líticos a los niños. Entre los 54 puntos se aprobó uno que prohíbe re­clutar para la guerra a niños menores de 15 años. Es­tados Unidos fue el único país occidental defensor de esta medida.
Ello quie­re decir que se permitía reclutar a niños de 15 años para que matasen a otros hu­manos, y para que a su vez encontrasen la muerte.

En el vera­no de 1989 el Tribunal Supremo de los EE.UU. autorizó a los Estados de la Unión a ejecutar a delincuentes menores de edad, o a disminui­dos psí­quicos. En 1990, 30 jóvenes que cometieron delitos de sangre antes de la mayo­ría de edad se hallaban en el "corredor de la muerte" espe­rando ser eje­cuta­dos; la presión popular logró finalmente derogar esta ley el 2 de marzo del 2005, mientras que la ley que permitía ejecutar a los disminuidos quedó finalmente retirada el 21 de junio del 2002, por el Tribunal Supremo.

Entre 2001 y 2007, niños y niñas menores de 18 años se han visto implicados en conflictos armados en Afganistán, Angola, Birmania, Burundi, Colombia, República Democrática del Congo (RDC), Costa de Marfil, Guinea, India, Irak, Israel y territorios ocupados, Indonesia, Liberia, Nepal, Filipinas, Rusia, Ruanda, Sri Lanka, Somalia, Sudán y Uganda.



En ese mismo periodo se comprobó que los Ejércitos nacionales de al menos diez países habían utilizado a menores de edad en sus frentes de combate. Ocho de estos países eran africanos (República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Burundi, Guinea, Liberia, Ruanda, Sudán y Uganda), y los otros dos eran Birmania y Estados Unidos.

Estados Unidos, a pesar de que ratificó en diciembre de 2002 el Protocolo Facultativo de la Convención sobre “Derechos del Niño” de la ONU (que permite el reclutamiento voluntario de menores de 18 pero prohíbe su envío al frente), utilizó entre 2003 y 2007 al menos a 62 soldados menores de edad en las operaciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán.

Según la responsable del Equipo de Menores de Amnistía Internacional-España, se puede hablar de 500.000 menores reclutados en el mundo, de los cuales 300.000 están en primera línea. La mayoría de los menores reclutados tienen edades que oscilan entre los 15 y los 18 años, pero se ha constatado la presencia de niños de 10 a 12 años, e incluso de siete años, en países como Birmania o la RDC. Esta realidad se plasma a la perfección en la película “Diamante de sangre” estrenada en el 2007.



Las niñas participan en los conflictos también para combatir, no sólo para labores logísticas o de cocina. No obstante, también son víctimas de explotaciones sexuales u obligadas a casarse a la fuerza con los combatientes.

En la guerra Irán-Irak fallecieron en el frente, más de 95.000 niños. Algunos de ellos resultaron muertos por las llamadas "bombas mariposa", un tipo de bombas de aspecto atracti­vo, dirigidas expresamente a los niños del ene­migo. El artefacto es­talla al ser manipulado por el niño que lo toma por un juguete, de esta manera se intenta desmoralizar al enemigo, ata­cándole en su pun­to más vulnerable. …y es que en el mono domestico abundan este tipo de “planificaciones maquiavélicas”.



En Brasil se venden niños a 42 euros. La pobreza im­pulsa a los padres a vender, incluso se llevan a las jóvenes madres a otras na­ciones vecinas para facilitar el proceso de venta que puede dar a los padres entre los 3.000 y los 15.000 euros por niño, para ser ven­dido en el lugar de destino (EE.UU., Canadá, Alemania Federal, Fran­cia o Israel) por más de 55.000 euros.
En Sierra Leona, aún se siguen vendiendo, anualmente, centenares de niños como esclavos. Los niños son comprados a un precio irrisorio (entre 12 y 109 euros) a sus propios padres para luego ser vendidos como esclavos a familias ri­cas de varios países, entre ellos, Líbano y Reino Unido. Los pe­queños viajan convencidos de que obtendrán educación a cambio de tra­bajo, cuan­do en realidad se les somete a trabajos duros durante unas 16 ho­ras dia­rias, siete días a la semana. A las niñas se las fu­erza a prostituirse.
En otros lugares os vendéis a vuestros hijos por 16.50 euros. Si formáis una familia con tres hijos, os los podéis vender todos por 50 euros, eso es lo que ocurre en Benin, los compran los traficantes de niños para venderlos más tarde a capataces de las plantaciones como esclavos.

Otras veces alquiláis vuestros hijos a pederastas para su disfrute y para vuestro beneficio económico… poco os importa lo que pueda sentir las pobres víctimas que no dejan de ser, carne de vuestra carne.

En otras ocasiones vendéis los niños a trozos. Niños de América Central y de América del Sur, así como los de otras zonas pobres de la tierra, son ingresados en clínicas clan­des­ti­nas de los EE.UU. donde se les extraen las vísceras, para luego tras­plantárselas a los niños enfermos con padres pudientes.

Otras re­des clandestinas de este tipo se hallan esparcidas por otros rin­cones del mundo, a fin de poder dotar de órganos a los hospi­tales de los paí­ses ricos (según denuncias reiteradas de la Asociación In­ter­nacional de Juristas Democráticos). Las denuncias concretas argu­men­tan que a los pequeños se les utiliza, preferentemente, para tras­plantes de médula espinal, o de diversos órganos, e incluso, para obte­ner cremas de reju­ve­necimiento para vuestras hembras presumidas.

Determinadas religiones y ritos satánicos, utilizaron y utilizan a los niños como víctimas de sacrificios. La Biblia de los cristianos esta plagada de citas al respecto.
Fenicios, hebreos y púnicos celebraban el rito Molk mediante el cual se sacrificaban niños recién nacidos en Fenicia, Israel y Cartago.

Pero el asesinato de niños no es cosa del pasado, dece­nas de niños son dego­llados a­nualmente en Sudáfrica, en rituales satá­nicos. Tales prácti­cas se con­tinúan llevando a cabo en el siglo XXI.
Los "gamines" son una verdadera tropa de niños que se pa­san los días vagando por las calles de Bogotá en la pobreza más abso­lu­ta. Son niños abandonados por sus padres o que han huido de su ho­gar, debido a los malos tratos que sufren a manos de sus padres. Viven de lo que encuentran y de lo que se procuran a base de hur­tos. Para poder soportar tales condiciones de vida, in­halan cola o in­cluso se tienden en medio del asfalto para aspirar con todas sus fuerzas el humo del tubo de escape de los autobuses urba­nos.

A fina­les de los ochenta y principios de los noventa, grupos paramilita­res, integrados en su mayoría por policías, se pro­pusie­ron limpiar de po­bres las ca­lles de Bogotá para "lavar la cara" de la ciudad. Sus métodos fueron de lo más coercitivo; se de­dicaron a asesi­nar a bala­zos a los "gami­nes" que encontraban a su pa­so... los viernes por la noche. Para ello las fuerzas paramilita­res llegaron a cons­tituir una divi­sión es­pe­ciali­zada, los M.A.G. (Muerte a los Gamines) que se encargó de llevar a tér­mino tan sucia tarea.


En Brasil, los "gamines" son eliminados por los Escua­dro­nes de la Muerte, organización parapolicial que durante los años 70 se dedicó a asesinar a militantes de izquierda; en los 80, persi­guió a homo­sexua­les y enfermos del Sida, mientras que en los años 90, y en la actualidad, se de­dica pre­fe­rentemente a asesinar a niños vagabundos.
Los Escuadrones de la Muerte (for­mados por policías en sus horas libres), son financia­dos por vecinos y comerciantes, que de esta manera se sienten prote­gidos con­tra las ra­pi­ñas de los "gamines".
Durante 1990, 445 niños y adolescentes murieron en Río de Janeiro asesinados por los "escuadrones de la muerte" (cifra muy supe­rior a los muer­tos en la guerra de Líbano, donde, según cál­culos de la Cruz Roja, en todo el año murieron 52 niños).
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) reveló que el 63 % de los niños de 9 a 12 años que murieron en el país fueron asesinados, y que 43,6 millones de niños brasileños aun viven en la más absoluta miseria. De estos, según datos oficiales, ocho millones habitan en las calles, muchos de ellos sin la menor referencia familiar.



La cifra de 445 ni­ños ase­sina­dos en una ciudad en el término de doce meses (por terri­ble que sea) no se acerca a la realidad, puesto que muchos más cadáve­res son ente­rrados de manera clandestina y otros asesinatos no son de­nunciados por las familias por temor a las represalias del propio Es­cua­drón de la Muerte. A otros se les cap­tura y posteriormente se les tor­tura en las dependencias policiales. Muchos de estos niños son ob­jeto de las perversiones sexuales de los propios policías.
La psi­có­loga Ana Vas­concelos, denunció el hecho de que en algunas comisa­rías, los po­li­cías patean los vientres de las niñas embarazadas. Estas niñas son deteni­das por ejercer la prostitución.

En Brasil, me­dio millón de niñas en edades comprendi­das entre los 10 y los 17 años se dedican a la prostitución. Recientemente, la organización bri­tánica Ox­fam calculó que, sólo en el nordeste brasi­leño, 50.000 niñas fueron reclutadas para tal menester. La prostitu­ción infan­til se anuncia en los propios diarios de Sao Paulo, donde se publi­can pá­gi­nas ofreciendo "meninas nimfetas" en casas de masa­jes.

La connivencia del ciudadano con la represión de la poli­cía a los "gamines" es tal que, en anteriores elecciones un can­didato de Río de Janeiro, eli­gió como "slogan" para su campaña electo­ral, la si­guien­te frase: "El único bandido bueno, es el bandido muer­to". Dicho can­didato fue elegido por los ciudadanos, con gran mayo­ría de votos.

Amnistía Internacional denuncia reiteradamente la prác­tica de tor­turar niños en Irak, como instrumento de represiones que son culmi­nadas con la ejecución de miles de presos políticos. Según Am­nis­tía, los niños son secuestrados, torturados y muertos con la fina­lidad de obtener confesiones de sus padres.

Para "ablandar" a un preso se le obliga a presenciar como se aplican descargas eléctricas a sus hijos de corta edad (en algunos casos a bebés) y a sus ancianas madres. En mu­chas cárceles hay criaturas recluidas con sus padres, a las que no se alimenta para forzar las declaraciones de éstos. Si no confiesan se les apalea, flagela, viola, se les aplican descargas e­léctricas, se les cor­tan los pezones y se les arrancan las uñas, se les amputan los penes que posteriormente son introducidos en la boca de sus pro­pios padres. Lo mismo se hace con sus narices y orejas. Por último se les sacan los ojos...todo ello delante de sus progeni­tores, que son obligados a pre­senciar los hechos. En caso de que se fusile a sus hijos, se obliga a los padres a pagar las ba­las y a ca­var sus tumbas.
Ya se que al leer esto a muchos se les escapará la expresión ¡¡Qué bestias ¡¡ en cambio a NINGUNO se le ocurrirá la expresión correcta … que no es otra que ¡¡ Qué HUMANOS ¡¡ …. Ya que ni yo, ni vosotros, ni nadie, conoce a ninguna bestia que pueda comportarse así … APARTE DE VOSOTROS ¡¡, naturalmente.

A muchos lectores les podrá parecer una exageración la sugeren­cia de que cualquiera de vosotros lleva dentro de sí, de forma laten­te, ciertas tendencias paranoicas proclives a la brutalidad. Sin em­bargo a las evidencias nos remitimos. De siempre, el espectá­culo al aire libre de mayor éxito en la historia de la humanidad, han sido las ejecuciones públicas, capaces de llenar enormes explanadas, y de mo­ti­var a los curiosos hasta el punto de obligarles a hacer va­rias jor­na­das de viaje para poder presenciar tal espectáculo. Era impres­cindi­ble llegar unas horas antes para no per­derse la castración pú­blica de los condenados a muerte, hecho que aún se practi­caba en In­glaterra durante el siglo pasado.

La brutalidad, ha sido, es y será una de las características de vuestra especie. En los dos últimos posts he querido recordaros hasta que punto sois brutales con los seres más indefensos… vuestros niños. El hecho de que seáis capaces de maltratarlos, violarlos, prostituirlos, venderlos, explotarlos y exterminarlos, os hace en verdad diferentes a todos los demás animales, de hecho os convierte en el peor de los animales. Por eso los bonobos nos avergonzamos de teneros tan cercanos en nuestro árbol evolutivo y de compartir tanto de vuestro maldito ADN.


viernes, 26 de septiembre de 2008

MALTRATANDO A VUESTROS HIJOS (I)



Todos los animales tienen como fin primordial de su exis­tencia en esta Tierra, la perpetuación de su especie. Todas sus lu­chas y es­fuerzos, se encaminan a buscar el éxito en esta misión.

A los bonobos se nos hace difícil imagi­nar que un animal maltrate o mate a golpes a sus propias crías. Sólo una especie ani­mal es capaz de hacerlo con total impunidad, la vuestra; sólo vosotros, malditos monos domésticos, sois capaces de tamañas fechorías.

"Un hijo o un esclavo son propiedad, y nada de lo que se hace con la propiedad es injusto". Así pensaba Aristóteles, uno de vuestros venerados pensadores, sobre el valor de los hijos, 400 años antes de la Era Cristiana.

El sacri­ficio del hijo para complacer a Dios aparece en el Génesis, y el in­fantici­dio, como parte de un sacrificio ritualizado, fue muy común en tiempos bí­bli­cos. Leyendo vuestros libros sagrados veo que es vuestro Dios el que pide a Abraham que cometa un infanticidio, le pide que asesine a su hijo y le ofrezca su cadáver como prueba de fidelidad. Ante tamaña brutalidad y crueldad ¿Qué esperáis que pensemos los bonobos de un Dios que ordena a un padre que asesine a su propio hijo para glorificarle a él? ¿Es posible adorar a un Dios que induce al asesinato de niños a mano de sus padres? …Un Dios así sólo es posible para vosotros, los humanos, pero para nosotros… ¡¡ ciertamente no ¡¡
Con tales “divinas sugerencias” no es de extrañar que los asesinatos y malos tratos a los niños sigan en plena vigencia dentro de vuestra especie en pleno siglo XXI.

La infancia ha sido considerada por el mono doméstico como un grupo social de segunda categoría. Hasta el siglo XVIII no aparece la pediatría, y es desde los años sesenta cuando los neurólogos, pedia­tras y radiólo­gos se in­teresan por la relación existente entre las lesiones traumá­ticas y los malos tratos a los niños.
El bebé es la víctima ideal puesto que no habla, y por lo tan­to, no denuncia; no anda y por eso no puede escapar a la lluvia de gol­pes; es débil y desvalido, lo que signifi­ca que no podrá de­fen­derse y oponer resistencia. Se ha demostrado que muchos sujetos de vuestra especie (no sólo los trastornados y violentos) pue­den llegar a maltratar a un niño cuando las circunstan­cias le son adver­sas.



En España, la mayoría de los malos tratos físicos no se consideran de­li­to sino lesión, quedando el desamparo completamente al margen de la ley. La lesión se considera como falta y, únicamente si el agre­dido tarda en curar más de quince días y menos de treinta, se consi­dera de­lito. La incidencia cada vez mayor de malos tratos sufridos en el seno de la institución familiar, ha acabado por llevar el tema a de­bate hasta el Senado, donde el asunto aún estaba pendiente de estu­dio en 1990.


Los malos tratos infligidos por adultos a menores son frecuen­te­mente de tipo sexual, entre los que destacan las violacio­nes a las propias hijas. Por desgracia muchos de estos casos son en­cubi­ertos por parte de los familiares y vecinos de las víctimas. En otros ca­sos, se trata de malos tratos de tipo sádico: quema­duras en los ge­nitales u otras partes sensibles del cuerpo, palizas, fracturas de huesos, etc. .. Y es que vosotros sois así….


Según un estudio elaborado por la Comisión interminis­te­rial de la Juventud, el 30 % de los padres españoles impone a sus hi­jos unas rígidas relaciones en las que se involucra el castigo fí­sico, la pa­liza y el grito. En muchos casos la situación de violen­cia con­tra el niño se desencadena por problemas laborales de los pro­pios pa­dres (u­ni­dos a los problemas económicos) o por las malas rela­ciones de la pareja. Los niños, para vosotros, son la “cabeza de turco” ideal para descargar vuestra agresividad redirigida. El hecho de que sean débiles e indefensos os facilita “la tarea”.

Cada año se denuncian en España 50.000 casos de niños, maltratados (según testimonio conjunto de UNICEF España y el Ministe­rio de Traba­jo y Seguridad Social), aunque se sospecha que existen unos 500.000 niños sometidos a a­gresiones físicas y psíquicas, abu­sos sexu­ales, abandonos y explota­ciones de todos tipos, y de que uno de cada veinte pa­dres maltrata física­mente a sus hijos, según datos aportados por la Asociación Española Pro Derechos del Niño (PRODENI).

Los malos tratos físicos (no de tipo sexual) se ceban en tres niños-tipo: los no de­sea­dos, los que pre­sen­tan anomalías desde los primeros días de su vida y en tercer lugar los minusválidos o los niños hiperactivos.
Los ni­ños con edades entre cero y un año son los que sufren el peor tra­to por parte de sus pa­dres. Esta cifra la interpretan los especialistas como la ex­pre­sión del na­cimi­ento de niños no deseados. A la misma conclu­sión llega­mos al comprobar que son las madres y no los padres, las que ma­yorita­riamente in­fligen es­tos malos tratos (65 % el padre, 78 % la madre, y otras per­sonas en un 11,4 %). Durante el primer año de vida es cuando se ex­presa de manera más evidente el afecto o el rechazo, y además, es cuando el niño se muestra más indefenso. Otras etapas igualmente du­ras para el niño se sitúan en­tre los ocho y los nueve años, y en­tre los doce y los trece años.

El 90 % de los casos atendidos presenta lesiones cutá­ne­as. Lo más típico es la clásica escaldadura causada al haber ver­tido sobre los niños o bebés, líquidos en estado de ebullición (ya sea agua o aceite hirviendo). También son típicas las quemaduras con cigarrillos en lugares estratégicos del cuerpo del bebé, tales como los genitales (presumiblemente como castigo por haberse orinado o defecado encima) y las alopecias provocadas al serles arrancado el cabello a puñados. Este cúmulo de barbaridades os hace especialmente odiables, como especie, a los ojos de los demás primates.

Como se demuestra, muchas de las víctimas son hijos no de­seados, lo cual es un argumento definitivo para pregonar las exce­len­cias (y la conve­nien­cia) de prac­ticar el control de natalidad en todas aque­llas situa­cio­nes en las que traer un nuevo hijo al mundo pudiera ser causa de pro­blemas, para la pareja o para el hijo. El interés por no procrear un hijo, que se convertiría en víctima, debe prevalecer so­bre los intereses religiosos que se opongan al control de natalidad. ¿SE ENTERAN SEÑORES OBISPOS?

Según la experiencia de los centros hospitalarios, el 50 % de los niños víc­timas de malos tratos, que regresan a su hogar, vuelve a ser agredido por sus padres. El riesgo de que sean asesina­dos es del 10 %. Ade­más, las tres cuartas partes de los casos de malos tra­tos son de índole psí­qui­ca, no pudiéndose castigar a los padres en estos casos, puesto que el Código Civil sólo menciona la agresión fí­sica, como pu­ni­ble.

Cada año mueren unos 3.500 niños en los países industrializados a causa de maltratos físicos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), estas cifras ponen en evidencia la gran mentira de que la violencia infantil es un fenómeno casi exclusivo de las naciones pobres.
Según estas cifras, cada día matáis una media de 9,6 niños en los países ricos, muchos de ellos asesinados por sus propios padres. Y si estos son los muertos… ¿Os atrevéis a imaginar a cuantos dejáis mal heridos diariamente?
Las cifras son verdaderamente impresionantes, y le será fácil al lector adivinar cuantos centenares de niños reciben diariamente brutales palizas por parte de sus proge­nito­res, sin que lleguen a morir y, por lo tanto, sin que figuren en estas negras es­tadísticas. Se calcula que en vuestro país los casos detec­tados y de­nunciados, no supera el 10 % de los casos reales.

En los EE.UU., las estimaciones son verdaderamente es­ca­lo­friantes, puesto que la cifra de los niños que su­fren anualmente malos tra­tos supera los 15.000.000, y la de muertes se si­túa en unos 20.000.
¿Os imagináis cual debe ser la cifra de mártires infantiles en el “Tercer Mundo”?
Según un estudio comparativo sobre maltrato infantil en Chile, Egipto, India y Filipinas, el porcentaje de madres que
admitían haber golpeado a su hijo con un objeto (en una parte del cuerpo distinta de las nalgas) iba desde el 4% en Chile al 36% en la India.
La situación de violencia que se da en el seno familiar fuerza a algunos adolescentes a huir del hogar paterno. En Gran Bre­ta­ña, por ejemplo, se fugan cada año una media de 25.000 niños.

Los malos tratos en la infancia repercuten más tarde en el com­por­tamiento del adulto. Tras 40 años de investigacio­nes, un equi­po de criminólogos norteamericanos comprobó, en 1986, los antece­dentes fa­miliares de 500 delincuentes con condena en firme. El re­sultado re­veló que el 72.5 % había sido castigado por el padre con exceso de seve­ridad o de manera caprichosa; el 82.2 % había sido a­tendido por su madre de ma­nera deficiente; un 75.9 % había sido tra­tado con total indiferen­cia por parte del padre; el 86.2 % no se ha­blaba con su ma­dre y el 96.9 % se crió en el seno de una familia sin espíritu de comuni­dad afectiva.

Los menores también son explotados por vosotros por razones económicas, y eso es otra forma de maltrato.
Según la Organización Internacional del Trabajo, más de 400.000 niños, menores de 14 años, realizan en España trabajos ilega­les y clandestinos. La misma organización denuncia que en el mundo hay unos 55 millones de niños que son explotados de la misma manera. A­pro­ximadamente una tercera parte de los niños del mundo de edades compren­didas entre los 10 y los 14 años sufren explotación por causa de su tra­bajo. Sí, habéis leído bien,.. ¡¡¡ Una tercera parte de los niños del mundo de entre los 10 y los 14 años ¡¡¡

Unos 40 millones de niños son explotados en el Su­reste Asiático, otros 10 millones en África. En América Latina, unos tres mi­llones y me­dio, mientras otro millón y medio lo es en Europa, Oce­anía y América del Norte. En EE.UU., en los estados de Califor­nia, Ari­zona y Texas, se explota a unos 800.000 niños en las faenas agríco­las. Habitualmente se emplea a los pequeños en la minería, agricultu­ra, industria textil (don­de a veces realizan trabajos que no pueden realizar los adultos, como tejer alfombras, debido al mayor tamaño de las manos de estos), labores domésticas, venta ambulante, mendicidad, lim­pieza, pros­titución y venta de droga. En Israel se emplea a niños para la­var cadáveres (desde los 6 años).

Todo ello sucede a pesar de que la Declaración Univer­sal de los Derechos del Niño dice: "El niño debe ser protegido contra toda per­sona de abandono, crueldad y explotación". El Pacto Inter­nacional de Dere­chos Civiles y Políticos de 1976, habla de los dere­chos del niño a ser protegido, no sólo por su familia, sino también, por la sociedad y el Estado.
A ningún otro animal se le ocurriría explotar de manera tan vil a sus criaturas, sólo vuestra abominable especie es capaz de tal monstruosidad.

Pero vuestro maltrato de los niños indefenso va más allá.. y es que, en vuestra maldad, también los hacéis víctimas de vuestros abusos sexuales.

Peter McKelvie, de la unidad de protección infantil de Hereford y Worcester, de Gran Bretaña, señala que el 95 % de los abu­sos y veja­ciones sexuales de los niños tiene lugar en el seno fami­liar. En la primera infancia, los abusos sexuales, tienen igual incidencia en niños que en niñas. Al aproximarse la e­tapa de la pu­ber­tad el por­cen­taje se eleva en las niñas hasta el 70 %.
El Dr. Silbert, reali­zó un estudio, sobre las prostitutas de San Francisco, las cuales de­clararon que el 60 % de ellas se habían iniciado a la pros­titución en una etapa infantil. El 17 % de ellas su­frieron abu­sos sexuales por parte de sus familiares durante muchos años.
Por otra parte, el Ministerio para Juventud, Familia y Sa­nidad de Alemania Oc­cidental, considera que se dan entre 150.000 y 300.000 casos anuales de niños utilizados por personas mayores para re­laciones sexuales, incluida la pornografía.
La prostitución infantil es un recurso de subsistencia familiar en el Tercer Mundo, de la que os aprovecháis de manera muy espe­cial los occidentales. Los primeros clientes, fueron los solda­dos nor­teameri­canos durante la guerra del Vietnam y más tarde, la prostitución in­fantil pasó a ser una oferta más para el turista occi­dental.

En al­gu­nos países occidentales, los negocios pornográficos establecen su o­ferta a base de catálogos con fotografías de niños y los "servicios" que ofre­cen.
La revista "Stern" ha detectado casos de abuso sexual en niños de año y medio de edad. Los países que más se distinguen en la explotaci­ón sexual de sus niños son: Filipinas, Tai­landia y los de América Lati­na. Este tipo de prostitución ha crecido de manera pro­porcional al "boom" turístico en estas zonas. En los folletos de al­gunas agencias de viajes “Undercover”, figuran las posibili­dades de contactos se­xuales con niños fili­pinos o tailandeses de am­bos sexos.
Las listas de menores que han sufrido abusos sexuales a manos de sacerdotes pertenecientes a la Iglesia Católica, crece y crece en cada uno de los cinco continentes, hasta el punto de que el propio Papa se ha visto obligado recientemente a pedir perdón ante la magnitud del escándalo persistente.

En Inglaterra existen redes de pederastas que se ha­llan impli­ca­das en la confección de películas pornográficas de meno­res que con­cluyen con el asesinato de los pequeños ante las cámaras. Inves­ti­gando a las 3.000 personas fichadas en el Reino Unido por acti­vida­des rela­cionadas con abusos sexuales a menores, se pudo des­cubrir una de estas redes, en agosto de 1990, después de haber asesi­nado ya a 20 ni­ños. Las víctimas eran niños y niñas que habían aban­donado sus casas y vivían perdidos en las grandes ciudades. De ellos se nu­trían los productores de los "snuff movies". En un momento del film, se pro­duce la violación del niño o de la niña y, finalmente, se le mata a cuchi­lladas, muchas de estas imágenes muestran bebes abiertos en canal…. ¡¡ PARA VUESTRO ENTRETENIMIENTO ¡¡



En Ámsterdam y en Tailandia, se encuentran las prin­cipales dis­tribuidoras de estas pelícu­las, cuyo precio de compra pue­de llegar a Los 9.000 euros. Por un pase de película se piden unos 100 euros en el 2008.

Lo dejo aquí para reflexionéis durante unas horas sobre el comportamiento de vuestra especie.
Volveré sobre el tema, dentro de tres días (antes de que acabe el mes) con la segunda parte, en la que trataremos otros aspectos de vuestro maltrato a vuestra prole. Os hablaré de cómo utilizáis a vuestros niños para matar en las guerras o para delinquir impunemente, también os hablaré de las maneras que tenéis para sacar dinero de ellos vendiéndolos a otras personas en adopción o, simplemente, para trasplante de órganos. Terminaré hablando, como no, del exterminio infantil en todas sus formas… en esto sois verdaderos especialistas.



¡¡ Que la vergüenza de vuestra especie os confunda ¡¡…
…. Y que la paz del bonobo os acompañe.



sábado, 20 de septiembre de 2008

VUESTRA POLIGAMIA

Algunos de vuestros pueblos practican la poligamia, y el matrimonio en grupo.

La poligamia fue abolida por la fuerza, por el có­digo de Justi­niano en el siglo VI. Sin embargo, sigue practicándose aún.

En la po­liginia, el macho de la especie humana controla y domina a dos o más hembras, a las que considera como objetos de su exclusiva pro­pie­dad. Las re­cluye permanentemente, y las vigila para que no entren en contacto con otro macho. Si a pesar del control estricto, alguna mujer le es infiel, esta será castigada sin piedad, peligrando inclu­so su vida, o pa­sando a ser escla­va. Ni que decir tiene que la infidelidad del ma­cho pasa sin sanción.

La poliandria es mucho más rara que la poligi­nia. Se da en las contadas comunidades en las que escasean las muje­res.
Mientras la ley musulmana permite tener hasta cuatro es­posas, las normas judeocristianas admiten una sola. Desde el punto de vista biológico, las leyes musulmanas (en este detalle) tienen más sentido que las cris­tia­nas.

En todo el mundo animal, mientras la estrategia masculina con­siste en maximizar la diseminación de su esperma, la estrategia de la hembra se basa en optimizar el destino de sus óvu­los.

Vuestros parientes más próximos (chimpancés, bonobos, gorilas, etc.) son polígamos como vosotros, sin embargo, los monos domésticos os empeñáis en que no lo sois, proclamáis a diestro y siniestro que sois monógamos porque vuestros domesticadores así os lo han hecho creer durante siglos. Pero el hecho de que os hayan instruido en la mentira no justifica vuestra estulticia, y menos aun, si seguís insistiendo en que sois inteligentes.
Como los demás monos vosotros sois polígamos por naturaleza aunque pretendáis ser monógamos por imperativo social.

¿Por qué tendríais que ser una excepción a lo que es norma biológica?.

Mientras la mono­gamia es rara entre los mamíferos, la practican el 92 % de los pájaros. ¿Por qué se comportan los pája­ros de mane­ra tan di­ferente a los mamíferos?. La respuesta se encuentra en la distinta estrategia de re­produc­ción de los dos grupos: los pájaros ponen huevos, mientras que los mamíferos dan a luz a crías vivas que maman. Una vez pues­tos los huevos deben ser incubados y pro­tegidos de los de­preda­dores. Es prácticamente imposible para un pájaro encontrar comida por su cuenta a la vez que esta sentado sobre los huevos, sin embargo, dos pájaros pueden compartir la tarea por relevos.
Después de haber nacido las crías el problema continua, ya que las deben alimentar, cobijar y protegerlas de peligros. Todo queda re­suelto si uno de ellos se puede quedar en el nido mientras el otro va a buscar comida.
Ante esta situación el macho no obtiene su máximo éxito repro­duc­tor inseminando un gran número de hembras. Es mejor si con­centra sus esfuerzos en asegurarse el éxito de una sola pollada en una estación determinada. Por ello la inmensa mayoría de los pájaros son monóga­mos.
Sin embargo, en los mamíferos, la hembra puede ali­mentar al em­brión y a su vez alimentarse a si misma. Al nacer las crías las pue­de alimentar con su propia leche mientras se desplaza en busca de alimento, ella sola se basta para las dos funciones. Al des­pla­zarse la madre, la cría se agarra a su vien­tre y cuando es mayor ca­balga sobre su espalda.
Incluso si el macho contribuye a la super­viven­cia de los jóve­nes per­maneciendo junto a la hembra, puede seguir co­pu­lando con di­ver­sas hem­bras y protegerlas a todas como un harén, pero sin formar lazos especiales con ellas. Estratégicamente, le interesa más practicar la poligamia.

Las diferentes sociedades de mono domestico reac­cionan de manera diferente ante la infidelidad de la hembra o la del macho. Mientras la del macho sue­le tolerarse y entenderse, la de la hembra puede llegar a castigarse con la pena de muerte. Sois así de machistas ¡¡
Tenéis varias evidencias de que vuestra poligamia forma parte de vuestra biologia, una de ellas la tenemos en el hecho de que antes de la coloniza­ción occidental y de la impo­sición del imperialismo judeocristiano, la gran mayoría de las so­ciedades humanas eran polígamas. Mayoritariamen­te se imponía en ellas que el hombre tuviera varias esposas.

Como sabeis, me divierto leyendo vuestra Biblia, disfruto especialmente con la gran cantidad de disparates y contradicciones que contiene. Las recomendaciones en favor de la poligamia no tienen desperdicio.
En ella leo: En Génesis 4:19, “Y Lamec tomó para sí dos mujeres;…”
En 2 Samuel 12:8, Dios hablando a través del profeta Natán, dijo que si las esposas y concubinas de David no fueran suficientes, Él le habría dado aún más.
Salomón tuvo 700 esposas y 300 concubinas (esencialmente esposas pero de un menor rango) de acuerdo a 1 Reyes 11:3.,etc.

Muchos de los hombre prominentes en el Antiguo Testamento fueron polígamos. Abraham, Jacob, David, Salomón, y otros; todos tuvieron varias esposas.

La propia biología huma­na apoya la idea de que el hombre sea polígamo. El modelo difun­dido entre las especies polígamas, presenta a los machos algo más grandes y más agresivos que las hembras, mientras que estas alcanzan su madu­rez sexual antes que los machos. Todos estos factores se dan preci­samente en el primate humano.
La necesidad biológica del macho de la especie humana de relacio­narse con más hembras se hace evidente en sus reacciones perso­nales. Al lector le bastará para convencerse, ob­servar las reacciones que despierta, en el sexo opuesto, una atractiva hembra de la especie humana cuando pasea por una concurrida calle.
La hipo­cresía so­cial, típica del domesticado primate hu­mano, disfraza una verdadera po­liga­mia, a base de apuntarse a una serie de apareja­mien­tos monógamos su­cesivos que la sociedad occidental admite. En rea­lidad, es una ma­nera de hacer buena la fra­se popular de "..Hecha la ley, hecha la trampa..". En Madrid, en estos momentos, el número de divorcios ya iguala el número de matrimonios.

El vínculo matrimonial no es un vínculo de sangre, como lo es el de madre-hijo. Por esta razón, el lazo de unión es verdade­ra­mente débil. Se trata de dos seres que deciden vivir juntos por cues­tiones de interés social y/o sentimental, y por eso el frágil vín­culo se rompe tan fácilmente.
Para darle más consistencia, la socie­dad ri­tuali­za el matrimonio bajo la forma de contrato, el cual debe ser refrendado por una autoridad civil o religiosa, y firmado ante la presencia de tes­tigos. Las leyes se encargan de velar por el cum­plimiento de los a­cuerdos a la vez que prohíben otros vínculos ofi­ciales mientras dure el contrato matrimonial.
Todos los actos de legalización y la cantidad de leyes necesarias para su protección, nos hablan en realidad de la fragilidad del lazo matrimo­nial monógamo.

La prostitución es otra manera de manifestar las ape­ten­cias polí­gamas del macho humano. La prostitución masculina ape­nas existe, mientras que la femenina cada vez se hace más diversifi­cada, como puede constatarse en tantas y tantas páginas de periódicos dedica­das a anunciar contactos, masajes, etc. El cliente, atado al vín­culo monó­gamo por la doma social, podrá disponer de más hembras en un mo­mento dado, a con­dición de que pague por ellas, de esta manera, y previo pago, podrá ser polígamo durante 30 minutos…varias veces.

Las revistas eróti­cas o por­nográfi­cas se venden casi exclusi­vamente entre el sexo mas­cu­lino. En sus páginas hay 10 o 12 bellas modelos que el lec­tor-mirón hará mental­mente suyas a través de sus fan­tasías masturbato­rias. De hecho se trata de otra manera indirecta de ejercer la po­ligamia, la que llamaremos "poligamia mental" o “poligamia de coco”...la más barata de las poligamias.
Lo mismo es valido para vuestras hembras ¿o es que os creéis que las esposas que llevan unos años casadas piensan en sus maridos durante sus fantasías masturbatorias? ¿Quién las podrá excitar más, el marido barrigudo que mira la tele con la cerveza en la mano luciendo su camiseta “imperio”, o aquel simpático y esbelto seductor compañero de planta en la oficina?

Según un estudio efec­tuado por la UGT, el 27 % de las mujeres que trabajan han sufrido roza­mientos, to­ques, pe­lliz­cos, acorralamientos, etc., en sus puestos de trabajo. Esta ci­fra de acoso sexual se eleva al 84 %, cuando se in­cluyen en la lista, conductas como chistes, comenta­rios sexuales, sil­bi­dos, piropos, etc., hechos a propósito ante la tra­bajadora. Este aco­so, es e­jercido tanto por parte de los jefes como por par­te de sus com­pañeros de trabajo (solteros o casados). Las más soli­cita­das se sitúan entre los 26 y los 30 años. Las separadas, viu­das, y divorciadas son las que sufren el acoso más intensamente, especialmente si forman parte del escalafón más bajo de la jerarquía la­boral. Sólo el 11 % denuncia el acoso a sus superiores, por miedo a represa­lias. Estas cifras nos muestran, también, la evidencia de un comportamiento generali­zado de tendencias polígamas.

En Italia, desde 1990, en todos los contratos labo­rales se especi­fi­can normas contra las molestias y agresiones sexuales a la mujer. El diario "La Stampa" realizó una encuesta entre miles de muje­res trabajado­ras en Roma. Los resultados revelaron que el 35 % de las entrevistadas de­claraba haber sufrido molestias por parte de los hom­bres. Los índices más altos se registraron en los hospitales (un 60 %) y en los mi­nisterios (un 43 %). Ante el rechazo, el acosador muestra una frialdad desacostumbrada contra la mujer y empieza a remarcarle faltas mínimas o inexis­tentes en su trabajo, obligándola a realizar traba­jos más peno­sos, a la vez que se le retiran las ventajas laborales.

¿Os habéis preguntado alguna vez por qué os veis obligados a penalizar las violaciones casi con los mismos años con los que castigáis un asesinato? ¿O por qué se castiga incluso con la pena capital a la mujer infiel en el Islam?
¿Habéis reflexionado alguna vez sobre lo que les suele ocurrir a las hembras del enemigo en tiempo de guerra?
Queda claro que en vuestra autodomesticación os habéis visto obligados a imponeros graves sanciones para evitar tocamientos, abusos sexuales, la trata de blancas, el turismo sexual con menores, etc. Incluso ahora habéis tenido que prohibir la prostitución callejera para tapar evidencias.
Sabéis de sobra que tipo de “uso” dais (y habéis dado a lo largo de la historia) a vuestras esclavas.
No dudo que alguna vez habréis oído hablar del “derecho de pernada” o de “harenes” de mujeres al servicio de los sultanes del pasado, del presente y del futuro o de la enorme proliferación de clubes de contactos, de intercambio de parejas y de agencias de ligue en Internet para así poder potenciar vuestra poligamia en el presente y en el futuro.
La cifra de vuestros divorcios se dispara año tras año.. ¡¡Cuantos y cuantos divorcios son debidos a casos de infidelidad ¡¡
Incluso uno de los famosos diez mandamientos legados por vuestro supuesto Dios está dedicado a intentar frenar vuestra poligamia al castigarla con las penas eternas del infierno … “NO DESEARÁS LA MUJER DE TU PRÓJIMO”.
Y así podría seguir y seguir con más y más evidencias…

Esta pasada semana me he partido de risa con vosotros.. una vez más. Resulta que ahora en un laboratorio han descubierto que tenéis un gen que os hace ser polígamos ¿No os habéis dado cuenta hasta el 2008? ¿Dónde está vuestra supuesta inteligencia?
Miraba el otro día la televisión catalana en la que entrevistaban a una azarada supuesta bióloga que confesaba, muy nerviosa, el descubrimiento del “gen de la poligamia” a la vez que se apresuraba a afirmar que sólo aparecía en un 40% de los machos humanos, para insistir, acto seguido, que en el hombre NO TODO ES ANIMAL ¡¡¡ ¿Será posible? ¿Aun con esas? ¿Tenéis por ventura algo de vegetal, o se refería quizá a vuestras prótesis de plástico o de titanio?
La joven hembra afirmaba que también hay una parte “humana” ¡¡ en el hombre ¡¡, y yo pregunto ¿La parte humana.. no es también de naturaleza animal?
Por otra parte ¿Se les ha ocurrido a vuestros científicos pensar en que el resto de los hombres que “SUPUESTAMENTE” no son polígamos, puede que no lo sean por ausencia del gen (la variante 334) sino por haber sucumbido a la doma religiosa y social que os obliga a actuar contra natura para poder ser aceptados socialmente? Por lo que veo, seguro que no han atinado a pensar en ello. Algo por otra parte muy normal…tratándose de vuestros científicos.

La publicación del “hallazgo” en la revista científica PROCEEDINGS OF THE NATIONAL ACADEMY OF SCIENCES muy probablemente pasará a complicaros aun más vuestras vidas ya que, a partir de ahora, puede que las hembras que quieran firmar un contrato matrimonial con machos de vuestra especie, exijan antes un certificado genético a sus futuros “socios de contrato”, ya que la presencia del alelo 334 podría significar el anuncio de futuras infidelidades.

El comportamiento de cualquier primate debe considerarse bajo tres conceptos: el genético, el social y el psicológico, todos ellos tienen su influencia en el mono domestico, por ello cabe decir que tanto la doma social como la presión psicológica puede actuar contra la lógica biológica de lo genético y modificar el comportamiento natural del animal humano.
Según vuestros expertos el amor tiene tres componentes: sexo, amistad y ternura; con harta frecuencia estos tres componentes se encuentran repartidos entre varias personas en lugar de encontrarse en un único sujeto. Cualquiera que no encuentre estos tres atributos en su “media naranja”, será un serio candidato para engrosar las filas de los infieles.
Todos sabéis, por otra parte, que cuando una relación personal monógama se prolonga durante bastantes años existe el evidente peligro de caer en una rutina que puede convertir la relación en tediosa, lo que también lleva a la infidelidad al tener que buscar fuera del matrimonio el aliciente que la rutina mató y que la novedad aporta.

Muchos de los que fuerzan una relación monógama contra lo que es habitual entre los primates descubren, muy a su pesar, que la primera crisis matrimonial suele aparecer a los cuatro años de relación. Esta crisis parece genéticamente programada y se explicaría por el hecho de que cuatro años de pareja monógama bastarían para proteger a la cría en los primeros años críticos. Tres años para gestación y amamantamiento y uno más de sobreprotección a la cría.

En vuestro país, la última encuesta sobre adulterio del Centro de Investigaciones Sociológicas es ya muy antigua (1995). Por aquellas fechas un 46 % de los españoles reconocían tener relaciones adulteras heterosexuales. Convendréis conmigo que si un 46% admitían haber sido adúlteros la cifra autentica debería ser muy superior a la publicada.
La falta de sinceridad en las respuestas se demuestra con el hecho de que sólo el 17% de las mujeres admitieran haber sido adulteras. Esta cifra no encaja (ni de lejos) con las cifras de adulterio confesadas por los hombres. ¿Cómo puede ser que existan muchos hombres infieles y tan pocas mujeres adúlteras? (las visitas a prostitutas no se consideraba como adulterio en esta encuesta)… La explicación del desfase de cifras estaba en la mentira de las hembras.
La poligamia y la infidelidad es la principal fuente de ingresos de los detectives y cada vez existen más y más empresas que se ofrecen al infiel para darle cobertura a fin de que pueda seguir engañando a su pareja con éxito. Sería interesante que dierais un vistazo a la web: http://coartadaclub.com/ para convenceros de la cantidad de ayuda que se puede poner al alcance del infiel para que sus aventuras no sean descubiertas.
Vuestra sociedad intenta defenderse del desbordante índice de poligamia que se evidencia en todas las estadísticas eliminando del concepto “poligamia” a toda relación que no muestre un vínculo establecido.

En vuestra hipocresía no consideráis que exista poligamia, cuando en la relación se dan relaciones sexuales casuales como orgías, intercambio de parejas, amoríos diversos, prostitución, etc. De esta manera pretendéis disimular lo que es evidente. Naturalmente, y como es norma en vosotros, consideráis polígamo a cualquier animal de otra especie que frecuente diversas hembras en cualquiera de los supuestos antes expuestos.
Sois, y siempre seréis, así de falsos y así de hipócritas.


domingo, 7 de septiembre de 2008

LA TORTURA


Todos los que me estáis leyendo tenéis la desgracia de pertenecer a la más destructora de las especies que pueblan la faz de la tierra.
El animal humano es el único ser vivo del planeta capaz de torturar. Por mucho que revisemos el com­porta­miento de cualquiera de las demás especies animales, jamás en­con­traremos un sólo caso de animal que disfrute ocasionando dolor a otro.
Cantidad de veces hemos tenido que oír la aseveración (muy arraigada entre el pueblo llano) de que “el gato disfruta tortu­rando al ratón”. El gato juega con el ratón de la misma manera que juega con cualquier pequeño objeto móvil o inmóvil. Ello le propor­ciona el entreno necesario para poder desa­rrollar sus reflejos y su elas­ticidad de manera efectiva. Es en extremo improbable que el gato “disfrute” al saber que el ratón está sufriendo. Por la misma regla de tres me podrías decir que cuando el gato clava sus garras a una pelota de papel está disfrutando pensando que la esta torturando. Si en este caso pensáis que esta jugando … ¿Por qué no pensar lo mismo en el caso del ratón?.

Sólo el hombre, con su enorme capaci­dad para el o­dio, es capaz de prolongar la agonía de los que tortura (a menudo por ideas que no coinciden con las suyas) y de disfrutar con el dolor ajeno.

Las torturas in­fligidas siguen la regla de aplicar el máximo do­lor posible durante un máximo de tiempo.

La crueldad en los demás animales es un mito, en el hombre, es una san­grante y ver­gonzosa realidad.

Uno de los horrores que más me preocupa de vuestra especie es el que obliguéis a contemplar a familiares de primer grado cómo son torturados sus seres que­ridos.
La mayoría de los supervivientes de esta “tortura sobre tortura” siente com­plejo de culpabilidad por haber sobrevivido a la víctima. Ya que la tortura no termina con el final del acto en sí mis­mo puesto que queda el recuerdo imborrable de la memoria.

Habéis re­finado, con el paso del tiempo, las técnicas de tor­tura. La tra­di­cional paliza ha dado paso a métodos sofisticados, que cuentan con la colaboración de cien­tíficos que a­portan sus conocimientos.

En Filipinas se introduce un clavo por la frente, con mu­cha preci­sión, hasta situarse entre los dos hemisferios cerebrales. Esta tor­tura no produce la muerte, pero la persona queda paralizada por com­pleto, sin ninguna posibilidad de volver a controlar sus reac­ciones sensoriales. Si el clavo fuera extraído moriría en pocos mi­nu­tos. Es evidente que para ello se ha requerido los servicios de un neuro­ciru­ja­no. Sólo un especialista lo puede colocar con tanta pre­ci­sión, en el lugar exacto para no causar la muerte.

Una de las torturas más comunes utilizadas en Argentina, durante la época de Videla, para torturar a las mujeres embarazadas. Consis­tía en hacer penetrar una cucharilla por la vagina hasta la en­tra­da del útero. La cucharilla estaba electrificada y, al dar la co­rrien­te, se electrocutaba al feto en el interior de la madre. Los brincos del feto, añadían el dolor psíquico al físico.
¿Conocéis, por ventura, algún otro animal, aparte de vosotros claro está, que pueda idear semejante aberración?

En el campo de exterminio de Toul Sleng, situado a dos kilómetros de Phnom Penh, se terminaba con los prisioneros torturados aplastándolos entre dos "bulldozers". Más de 20.000 fueron eliminados de esta manera. Nada más ingresar los prisioneros en el campo, les a­rranca­ban las uñas. Antes de morir eran torturados con instrumentos prima­rios de tor­tura: barras de hie­rro, alicates y tijeras.
A las mujeres les a­rran­ca­ban los pechos con ali­cates y luego colocaban ta­rántulas sobre las heri­das. Se ataba a los prisioneros a la cama por medio de gri­lletes, luego se les introducía agua por la nariz en tu­bos de goma hasta que el estó­mago se hin­chaba; después el guardián saltaba sobre el vientre desde la altura de una silla,..para reventarlos …. Como para sentiros orgullosos de vuestra especie ¿Verdad?.


En muchas comisarías de policía de los más diversos paí­ses del mundo se practica la tortura de manera habitual. Se aplica el "quirófano", colocando al torturado sobre una mesa con la cabeza colgando y dándole golpes en el estóma­go, o el "sub­mari­no", que consiste en sumergir la cabeza de la víctima en una bañe­ra de agua pútrida llena de excrementos, colillas y esputos, hasta llegar al pun­to de asfixia. La operación se repite de manera intermitente. Otros aplican la "pica­na"; consistente en colocar electrodos en lugares especial­mente sensibles como, ano, clítoris, pezones, labios o testí­culos. Otros prefieren la "rue­da", donde varios hombres van gol­peando a la victima que está desnu­da, mientras se la van pasando de uno a otro. A veces se envuelve al sujeto con una man­ta húmeda azotándole con un cable grue­so en cabeza y espal­da. Se co­loca a la víctima de cuatro patas y se la golpea en las plantas de los pies y en los testículos con porras, de cuando en cuando apagan sus ciga­rrillos en las nalgas.
En otras oca­siones a­nun­cian con anterio­ridad el tipo de castigo que le van a dar para au­men­tar la tortura psíqui­ca. También se aplica la "falanga", la cual consiste en provocar que­maduras en la planta de los pies.
La priva­ción de sueño es prác­tica común, así como los simu­lacros de ejecu­ción, amena­zas sexuales, amena­zas contra la familia, y el "cerro­ja­zo" (conti­nuo abrir y cerrar cerro­jos de la celda para mante­ner a los prisioneros en perpetuo te­rror al pensar que han vuelto los tortura­do­res).
Otro tipo de tortura muy extendida es el "baile", el cual consiste en poner a la víc­tima de pie y darle dos fuertes palmetazos sobre am­bos oídos a la vez, de manera reiterada. Otras ve­ces, los torturadores, colocan bajo los codos y las rodi­llas una ba­rra me­tálica (tortura de la "barra") de largas dimen­siones, con una curva­tura en el centro, colgán­doseles por espacio de unas tres horas con la cabeza para abajo impi­diéndoles tocar el suelo. Duran­te este tiempo se les balancea para aumentar el dolor, se les golpea, y se les arranca el pelo a mechones.
A veces se les deja atados en una silla durante días sin que puedan comer beber o hacer sus necesida­des fisiológicas. Las sesiones de interrogatorio suelen durar unas ocho horas.

Un ejemplo de tortura sofisticada es el de la inocu­la­ción de cáncer a los detenidos. Se espera con ello producirles una muerte lenta en medio de te­rribles dolo­res, ya que a estos pri­sioneros se les negará la asistencia médica, tanto para curar el cán­cer inocu­la­do, como para mitigar sus dolores.
Para inocular un cáncer es necesario antes resolver el efecto del re­chazo. La introducción de células cancerosas ajenas a un de­termi­nado organismo sano, provoca la movilización de defensas con­tra el cuerpo extraño. La célula cancerosa será rechazada y expul­sada o en­quistada para inutilizarla y hacerla inofensiva.
Para que la implantación tenga éxito se utiliza la si­gui­ente téc­nica:
1.- Se toma una muestra de tejido sano de la víctima, con la excusa de un supuesto chequeo. Se deposita la muestra en una placa de Petri provista de una solución nutriente para el cultivo de célu­las.
2.- Se disocia la muestra en pequeños cubos de un milí­me­tro de lado. Se aíslan en otras cápsulas cada uno de los cubitos.
3.- Se trasladan las cápsulas a una estufa de cultivo. Con­tro­lando los factores abióticos a su nivel óptimo. Se ambienta el cul­tivo con anhídrido carbónico.
4.- Se cancerifican las muestras, a base de inocular­les vi­rus (las probabilidades de cancerificación son del or­den del 85 %). Esta gran probabilidad se puede incrementar aún más al dispo­ner de vari­as muestras y de diversas líneas de trabajo.
5.- Al terminar el proceso, se dispone ya de células can­cero­sas del sujeto prefijado.
6.- Se prepara al sujeto para recibir sus propias cé­lu­las cancerosas. Para ello se busca una excusa para ingresarle en un hospital, donde se le someterá a un tratamiento de inmunosupresión con dro­gas inyectables, al estilo del que se practica con los recep­tores de trasplantes para evitar el rechazo del organismo.
7.- Se inyectan las células cancerificadas, por vía in­tra­venosa con la excusa de una inyección tópica. Las células irán a parar al corazón que las distribuirá a los pulmones, hígado, riñón, bazo y a otros lechos vasculares. Con ello la víctima podrá sufrir varios cánceres, que a la larga producirán una "muerte natu­ral" que resultará im­posible de investigar, caso de haber posterio­res averi­gua­ciones.
¡¡ Vergüenza y asco os debería dar el hecho de pertenecer a vuestra especie ¡¡ ¿Qué opinaríais de una especie que actuase de esta manera?

Como ya hemos dicho, para vejar al que se tortura, se le introduce a veces en el ano una serie de objetos, mientras se obli­ga a los familiares a presen­ciar las tor­turas humillantes del ser querido. En otras oca­siones se fuerza a los propios compañeros o familiares del dete­nido a que tor­turen a su amigo o pariente.

Mientras en los demás animales la figura del de­rro­ta­do de­sarma la agresividad del vencedor, en el hombre, las pautas de su­mi­sión del vencido apenas son tomadas en consideración y, en muchos ca­sos, el vencedor se ceba con los vencidos sometiéndoles a una tira­nía despótica, salpicada con las más diversas represalias.

Cuando una animal se pelea con otro y presiente que va perdiendo la pelea, por regla general, opta por acurrucarse y “hacerse más pequeño” encogiendo su cuerpo. Este hecho “desarma” la agresividad del contendiente que va venciendo, el cual, ante esta muestra de sumisión, suele frenar la acometida, dando la pelea por terminada ante las muestras de sumisión.
El torturador de vuestra especie, lejos de seguir estas pautas naturales, coloca en primer lugar a su víctima en pauta de sumisión. Le venda los ojos, le ata las manos, la mantiene de rodillas, etc. Y una vez colocado el mártir en postura de sumisión, procede a torturarlo. Si se da el caso de que la víctima pierde la conciencia… el verdugo se apresurará a “resucitarla” con un poco de agua para que se entere de la crudeza del dolor.


Como veis, vuestro comportamiento es diametralmente opuesto al de los demás animales. Vuestro cruel comportamiento os distingue de los demás seres vivos de manera concluyente.
La cruel­dad con la que el primate humano trata al enemigo vencido, puede únicamente inter­pre­tar­se en términos de la más absoluta venganza.

Torturáis a los demás animales y a vuestros congéneres, en tiempos de guerra y en tiempos de paz… en las comisarías, en las cárceles, en los internados, en los institutos… y en casa maltratáis a vuestras propias mujeres, o a vuestros ancianos…llegáis hasta el disparate de torturar y matar por vuestras ideas políticas o religiosas… ¡¡ sois una especie maldita ¡¡


Como ya os he comentado muchas veces, habéis creado a Dios a vuestra imagen y semejanza, por ello no os ha de extrañar que vuestro Dios lleve a cuestas todas vuestras miserias. Y como una de vuestras “taras” es la práctica de la tortura os habéis inventado también un Dios torturador para que se os parezca aún más. Y así, nos habláis de un Dios que mandó a su hijo a la Tierra para que sufriera tormento con la excusa de “salvaros” del pecado .. ¡¡ Como si un Dios todopoderoso no tuviese otra manera de salvar a la humanidad ¡¡
O nos explicáis que Dios pidió a a Abraham que sacrificara a su único hijo en su honor para probar si le era fiel...
También contáis que ese Dios vengativo condena a morir a todas sus propias criaturas … y no de cualquier forma, sino sufriendo hasta el suspiro final, en la gran mayoría de los casos … ¡¡ Como si un Dios todopoderoso no tuviese otra forma de dar muerte a sus criaturas ¡¡¡ … y lo que es peor, no contento con daros muerte y procurar que esta sea dolorosa después de soportar la tortura de la enfermedad, se encarga de castigar a los que no le siguieron a las más terribles torturas del infierno POR TODA LA ETERNIDAD.
Luego nos venís con las milongas de que Dios es todo amor.
Los demás primates os preguntamos ¿Dónde veis ese amor?
Nosotros, los bonobos, todavía lo estamos buscando…